Hace unos veinte años, Francisco Fernández Buey y Jorge Riechmann escribieron un libro sobre redes, unas redes sociales que daban libertad a los activistas implicados y a toda la ciudadanía en general [1]. Otras no, otras redes no buscan ni permiten ni facilitan esa finalidad básica, esencial, irrenunciable. Lo suyo, que va de suyo, apunta […]
Hace unos veinte años, Francisco Fernández Buey y Jorge Riechmann escribieron un libro sobre redes, unas redes sociales que daban libertad a los activistas implicados y a toda la ciudadanía en general [1]. Otras no, otras redes no buscan ni permiten ni facilitan esa finalidad básica, esencial, irrenunciable. Lo suyo, que va de suyo, apunta en otras direcciones muy otras: poder, dinero, acumulación, elitismo, nuevas redes de privilegiados.
Dos ejemplos de ello:
Arantza Quiroga, la presidenta del PP vasco, se ganó el lunes 24 de junio según dicen la admiración de muchos militantes de su partido cuando, en presencia de Rajoy, dijo que el caso Bárcenas le parecía «vomitivo», y que estaba convencida de que los militantes del partido estaban tan «asqueados» como ella. El PP debía «afrontar la recuperación de la confianza perdida» por culpa de una minoría. Mientras algunos, añadió, «íbamos con las piernas temblando a los plenos», otros estaban para otras cosas, para forrarse (como el mismísimo don Zaplana Telefónica confesó en su momento).
No han tardado en aparecer comentarios críticos informados hacia Quiroga y su entorno más o menos inmediato. Con razón: su marido, el ex jinete Álvaro Arrieta, está hecho una buena pieza. Parece que sí, que mientras Quiroga iba a los plenos con algún riesgo, Arrieta y sus influyentes amigos -Urdangarin, Carles Vilarrubí- estaban «para otras cosas». Para forrarse como don Zaplana.
Gracias a los buenos oficios del yernísimo ante los dirigentes del PP de la Comunidad Valenciana, Oxer Sport, la empresa que dirige con Carles Vilarrubí, se hizo con la organización en Valencia del Global Champions Tour de Hípica entre 2009 y 2013. «Las tres primeras ediciones del evento, celebradas entre 2009 y 2011, le costaron a la Generalitat y al Ayuntamiento levantino 2,25 millones, cantidad a la que hay que sumar el gasto en publicidad, que también corrió a cuenta de ambas instituciones» [2]. ¡La diseñada e incesante usurpación de los bienes públicos!
¿Quién es ese tal Carles Vilarrubí? Don CV, presidente de Oxer Sport, es también vicepresidente del FC Barcelona, un centro de poder, contactos y redes sociales elitistas importantísimo en Cataluña, y está casado en segundas nupcias con Sol Daurella, una distinguida señora de la gran burguesa catalana. Fue CV, según cuentan, quien impulsó la «carrera empresarial» del yernísimo. Fue también él quien colocó al duque palmesano en «el consejo de administración de Motorpress Ibérica -una editora de revistas deportivas, donde cobraba más de 300.000 euros anuales-» y fue él también quien le abrió «muchas puertas en el mundo del patrocinio deportivo». Redes acumulativas.
Vilarrubí tiene más conexiones más redes. Es íntimo amigo (en el sentido en que son amigos los miembros de los grupos dirigentes) del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol (fue éste quien en 1996 le colocó en el Consejo de Telefónica, un centro de enchufismo y conexiones altos vuelos). En otro momento, don CD se convirtió en el más firme defensor de la continuidad del duque de Palma en la Fundación FC Barcelona [3]. Fue también Vilarrubí quien introdujo al señor Duque en Octagón Esedos, otra firma especializada en la organización de acontecimientos deportivos.
El escándalo Urdangarin no ha sido obstáculo para que el dúo Vilarrubí-Arrieta diera el pasado mes de mayo su último gran golpe en la capital de España: en nombre de Oxer Sport [4], se han hecho con la organización del centenario Concurso de Saltos Internacional de Madrid, «la prueba ecuestre más importante de las habidas en España, que se celebra en el recinto del Club de Campo madrileño, y que el propio Club venía organizando desde hace 103 años». Vilarrubí y Arrieta han convencido a la alcaldesa Botella y a José Manuel Berzal, presidente del Club de Campo, «para hacerse con el evento y seguramente quedárselo de por vida» [5]
El segundo ejemplo de estas conexiones nada emancipadoras:
La burguesía barcelonesa está algo alterada «por culpa del celo que la Agencia Tributaria está poniendo en la persecución de aquellos que, bajo el paraguas de las sociedades interpuestas y sistemas fines, tratan de dar esquinazo a Hacienda» [6]. Y si no es la AT, es la Fiscalía barcelonesa, que se ha lanzado a fondo a perseguir el incumplimiento fiscal sistemático de no pocos grandes apellidos catalanes, los de toda la vida, las 400 familias de las que nos habló el señor Millet, tarea en la que se distingue «la división de delitos económicos que encabeza Francisco Bañeres, origen de las causas judiciales que han puesto contra las cuerdas a la familia Carulla (Agrolimen), a Emilio Cuatrecasas (emblema del famoso bufete de abogados del mismo nombre), por no hablar de esa pareja de ricos-y-elegantes-de-toda-la-vida formada por Liliana Godia (Abertis) y Manel Torreblanca». Además, por supuesto del caso Messi.
Uno de los que peor lo ha pasado ha sido y sigue siendo Felip Massot: 68 años y propietario de Vertix [7]. Un hombre hecho a sí mismo, según dicen en la jerga empresarial: a los 15 años trabajó de mozo en una gasolinera de Andorra (yo empecé a los 13 de botones en el hostal Peninsular, próximo al Liceo); después fue ayudante de camionero (yo fui trabajador-botones en Banca Catalana, la del señor Jordi Pujol) y más tarde empleado del camping La Ballena Alegre de Viladecans (yo llegué a ser auxiliar de banca). Massot acabó siendo albañil (yo oficial de primera) y más tarde empresario de la construcción (yo me quedé en profesor de Instituto).
¿Su secreto? ¿El secreto de don Massot? El mismo de tantos y tantos empresarios del sector en Madrid, Barcelona o en otras ciudades españolas: «Nacionalista de pro, también como mandan los cánones, Massot supo pronto que para hacer fortuna en el mundo del ladrillo había que ponerse a la sombra del poder político local -con especial dedicación a los concejales de urbanismo-, provincial y autonómico… Su éxito camelando políticos [8] ha sido tal que de él se dice que «es uno de los promotores que ha cambiado el mapa de Cataluña a través de la urbanización del Baix Llobregat, desde Gavá, donde empezó su actividad promotora en los años setenta, hasta otras localidades como Viladecans, Sant Feliu de Llobregat, El Prat, Canovelles, Sant Cugat o Sitges». ¡Ahí es nada, un ser angelical, un emprendedor de los grandes, un referente de la Cataluña neoliberal! Don Felip no paró ahí, «él quería volar alto, más alto, mucho más largo, hasta darle a la caza de los amos de Cataluña, alcance a la familia Pujol y al actual presidente de la Generalitat, Artur Mas».
La Agencia Tributaria le ha abierto una inspección tributaria («brutal», en expresión de una persona de su entorno). Massot tiene serias dificultades, para explicar el origen y destino de una parte de su fortuna. «Tantas dificultades y tan fuerte era, es, la presión de la Fiscalía que el aludido pidió el fin de semana del 22/23 de junio pasado un encuentro urgente con don Artur, para hacerle partícipe de su angustia». Sus declaraciones según se cuenta, su sesuda reflexión sobre redes político-empresariales: «me están apretando tanto que no voy a tener más remedio que soltar lastre y cantar la gallina, decir de quién es ese dinero por el que están preguntando…¿qué vamos a hacer? ¿Qué podemos hacer?».
¿Y qué pinta don Artur Mas en este entramado? Por aquí pueden los tiros: el 16 de noviembre de 2012, como se recuerda, El Mundo abrió su portada con el titular: «La policía vincula cuentas en Suiza de Pujol y Mas con la corrupción de CiU», el famoso y polémico informe [9] de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que, pocos días antes de las últimas autonómicas catalanas, convulsionó el panorama político nacional y nacionalista. ¿Qué hizo don Felip? «Viajar a Ginebra de prisa y corriendo en compañía de otro muy notorio Felip, entonces conseller de Interior de la Generalitat y mano derecha de Mas» (¡Nada menos, ahora lo es de Ocupación y empresa!). A última hora de la tarde de ese o 16 de noviembre, «ambos Felips fueron vistos, y copiosamente fotografiados por agentes del CNI, saliendo juntos de la sede de Lombard Odier & Cie en el número 11 de la Rue de la Corraterie». Massot vive sin vivir en sí: «¿quién le va a sacar las castañas del fuego, quién del embrollo político-empresarial en el que su desmedida ambición le ha metido?»
Aunque hay que tomar todas estas informaciones con la máxima cautela: ¿está claro qué redes elitistas trazan las clases dominantes y dirigentes? ¿Se vislumbran los mecanismos, ocultos y permanentemente renovados que usan para consolidar su poder… y sus miserias?
Su lema: sin límites, sin normas, sin leyes, sin marcos de actuación aceptados.
Notas:
[1] Francisco Fernández Buey y Jorge Riechmann, Redes que dan libertad, Piados, Barcelona, 1994.
[3] Cuestionada, claro está, por cubrir las apariencias, tras la imputación del yerno del Rey en el asunto del instituto Nóos et alteri.
[4] Don Arrieta fundó Oxer Sport en 2004 con amigos de San Sebastián. Meses después, entró en la compañía como accionista Vilarrubí, presidente de la misma tiempo después. En la firma trabaja Iosune Quiroga, hermana de Arantza, y Rafael Badía Llach, mano derecha de Vilarrubí. Arrieta formó también parte de la primera dirección de Octagón Esedos, de la que Urdangarin fue directivo entre 2001 y 2003. Oxer, Octogón y el Instituto Noos, el nudo es importante, han compartido socios y directivos a lo largo de los años. Además, por supuesto, han organizado varios de los millonarios eventos deportivos impulsados por el Gobierno de Camps, uno de los gobiernos más corruptos de la historia española, europea y mundial.
[5] Es la sospecha de algunos socios del Club. Objetivo de fondo: dotar a Oxer Sport del monopolio de todas las grandes pruebas hípicas que se celebren en España. ¡Nada menos!
[6] http://www.vozpopuli.com/buscon/27628-es-felip-massot-uno-de-los-testaferros-de-artur-mas
[7] La segunda inmobiliaria de Cataluña tras Serivhabitat.
[8] Con sus escándalos: cambio de uso del polígono Mas Blau (El Prat de Llobregat), vinculado a la compra por Vertix de unas fincas de la familia de Antoni Subirá, un convergent, amigo de Jordi Pujol, de toda la vida.
[9] Una chapuza en toda regla según muchos.
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)
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