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Reflexión y propuesta sobre resultado elecciones 1-D en Catalunya

Fuentes: Rebelión

La candidatura de «Catalunya en Comú Podem» (en adelante «Comuns») ha sufrido una fuerte derrota en las elecciones autonómicas de Catalunya, celebradas en pasado 21 de diciembre, pasando de 367.613 votos, de «Catalunya sí que es pot» en las anteriores autonómicas de 2015, a los 323.331 votos, con una pérdida de 44.282. Y pérdida también […]

La candidatura de «Catalunya en Comú Podem» (en adelante «Comuns») ha sufrido una fuerte derrota en las elecciones autonómicas de Catalunya, celebradas en pasado 21 de diciembre, pasando de 367.613 votos, de «Catalunya sí que es pot» en las anteriores autonómicas de 2015, a los 323.331 votos, con una pérdida de 44.282. Y pérdida también de 3 diputados, pasando de 11 a 8.

Es todavía más difícil entender como se ha podido pasar de los 848.526 votos de «En Comú Podem» en las elecciones generales en 2016, a los actuales, con una pérdida de apoyo de 576.973 personas.

El éxito de las candidaturas de «En Comú Podem» en las generales de 2016, en mi opinión, hay que atribuirlo a que desde «Unidos Podemos» y en concreto por parte de sus dirigentes, se insistió durante la campaña electoral en reivindicar el derecho de Catalunya a decidir su vinculación con España y que, si se hace un referéndum, Unidos Podemos defenderá que Catalunya siga integrada en España.

EN COMÚ PODEM

Diputados 12

Votos 848.526

24,51%

¿Cuáles pueden ser las razones de estos resultados, de esta disminución de apoyo popular?

En mi opinión, la razón fundamental es la indefinición por lo que respecta al planteamiento de los «Comuns», sobre la relación de Catalunya con España.

Estas elecciones centraban el interés y la preocupación de todos los catalanes y de los españoles, en la cuestión de las relaciones mutuas y, por lo tanto, en el posicionamiento de los partidos que se presentaban a las elecciones, respecto de su posición a favor o contra a la independencia de Catalunya.

Según explicaban los candidatos y dirigentes del «Comuns» en sus mítines, se trataba de no tomar partido, para no entrar en una dinámica de confrontación entre dos bloques; los partidarios de la independencia y los contrarios, con el objetivo de evitar la polarización de la población en los extremos y explicando que son posibles vías intermedias, mejorando las relaciones y su marco legal y evitando la confrontación y todos los problemas de comporta.

Otro elemento fundamental en el planteamiento de los «Comuns» ha sido la defensa de los intereses de los trabajadores y de las políticas sociales, en su sentido más amplio, para avanzar en una transformación de la sociedad, impulsando los valores de la igualdad, de la justicia, de la solidaridad, de la igualdad de género…

La defensa de estos valores, para la construcción de una sociedad mas justa e igualitaria, son patrimonio de las organizaciones de izquierda y, muy especialmente, de los «Comuns», sus señas de identidad, su ADN político. Sus avances políticos estarán en relación a su defensa y a los logros que los trabajadores y la sociedad perciban en la práctica, como consecuencia de su actuación.

Lo que no han tenido en cuenta los «Comuns» es que la polarización hace ya muchos meses, por no decir años, que existe, que se ha generado a consecuencia de los recortes e intransigencia del PP y también del PSOE, hacia los derechos de Catalunya en aspectos básicos como la lengua, la cultura y la economía e infraestructuras y comunicaciones de Catalunya.

Y desde Catalunya, por la manipulación irresponsable de los dirigentes de los partidos nacionalistas que, después de años de apoyar a los gobiernos del PSOE y el PP en las Cortes, han creído encontrar una mina de oro política en promover la confrontación con España, mediante el impulso del independentismo.

En este contexto, no es posible y no debe intentarse por ningún partido, zafarse del problema y tomar y promover posturas ambiguas o equidistantes, ante la población que ve en peligro no solo la relación, con todas sus consecuencias, sino incluso el trabajo de tantos años de exitosa integración cultural, económica y social.

Sobre el idioma en Catalunya, que es expresión de una realidad social, puede consultarse:

https://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_espa%C3%B1ol_en_Catalu%C3%B1a

Que dice: «Según una encuesta realizada por la Generalidad de Cataluña en 2013, el castellano es la lengua materna del 57,58% de los ciudadanos censados mayores de 15 años, mientras que el catalán lo es de un 33,46%, incluyendo en ambos casos a los bilingües perfectos por lo que la suma supera el 100%. 3 ​ Según la misma encuesta, un 57,55% de los ciudadanos mayores de 15 años usa como lengua habitual el castellano, mientras que un 43,11% el catalán (incluyendo en ambos casos a los bilingües habituales).»

Si se tiene en cuenta que la mayoría de castellanohablantes, procede de la emigración económica desde otras regiones de España, en primera, segunda o tercera generación, se comprenderá su gran preocupación por la relación de Catalunya con España y su voluntad y firme decisión de evitar que se rompa.

Esta voluntad y no otra razón es la causa de la derrota de «Comuns» en estas elecciones autonómicas. Como la es también del éxito de la candidatura de Ciudadanos, que ha tenido 1.101.279 votantes, la inmensa mayoría de ellos en los barrios obreros de Barcelona y en las comarcas y localidades del cinturón industrial.

«Comuns» hizo su mitin central de la campaña en 9 barrios de Barcelona y el mitin final de campaña en Santa Coloma, en uno y otro con la participación de los principales dirigentes de «Comuns» y de Podemos de España.

En Barcelona, Ciudadanos ganó en los siguientes distritos: Nou Barris, Ciutat Vella, Horta-Guinardó, Les Corts, Sant Andreu, Sant Martí y Sarrià-Sant Gervasi.

C’s

218.746

23,94 %

ERC-CatSí

191.226

20,92 %

JUNTSxCAT

178.880

19,57 %

PSC

132.400

14,49 %

CatComú-Podem

85.239

9,33 %

En las elecciones municipales de 2015, en Barcelona, los votos a la candidatura de Ada Colau, fueron de: 176.337 votos, el 25,21%. Más del doble que a «Comuns» en estas elecciones autonómicas de 2017.

En las elecciones generales de 2016, los votos obtenidos en la ciudad de Barcelona por «En Comú Podem», fueron 196.205, 20.000 más que en las municipales y más del doble que en estas autonómicas.

Los resultados de las elecciones en Santa Coloma el 21-D, han sido: C’s 21.799 votos, el 35,47 % «Comuns» 6.641 votos, el 10,8 %. Otros: PSC: 14.589, 23,74 %. ERC-CatSí: 8.068, 13,13 %. PP: 4.085, 6,65 %. JUNTSxCat: 3.359, 5,46 % CUP: 1.653, 2,69 %.

Se deduce fácilmente que una parte importante de los votos que habían obtenido «Comuns» en elecciones generales en 2016 y en el Ayuntamiento de Barcelona, han votado por otras opciones: una gran parte de los votantes por Ciudadanos.

Es evidente que la inmensa mayoría de estos votantes que han dejado de votar a «Comuns» tienen en cuenta que esta es la organización que mejor defiende sus intereses como trabajadores. Pero también es evidente que han dado prioridad a asegurarse que Catalunya y España sigan unidas.

Las razones de esta necesaria unidad son claras y antiguas.

Claras porque los intereses de clase, como trabajadores, de los catalanes, siendo catalanes, como definía el PSUC, todos los que viven y trabajan en Catalunya, son los mismos que los trabajadores del resto de España, de cualquier otra de las comunidades.

Antiguas, porque el PSUC, partido obrero, de los trabajadores de Catalunya, en su programa fundacional el año 1936, ya planteaba que: «Catalunya debe poder ejercer el derecho de decidir su permanencia o no en España, el PSUC defenderá el ejercicio de este derecho mediante un referéndum. Y cuando se lleve a cabo este referéndum, el PSUC defenderá que Catalunya siga formando parte de España, porque los intereses de los trabajadores de Catalunya son los mismos que los de los trabajadores de toda España».

Hay otra razón por la que la continuidad de la permanencia de Catalunya en España es un objetivo de los trabajadores y las clases populares de Catalunya. No es lo mismo, para asegurar el futuro, en trabajo y en condiciones de vida, formar parte de un país que, como España, forma parte de la UE, que la «aventura» de que una parte, como es Catalunya, se separe y vaya por su cuenta, quedando al margen de la UE y sin saber si algún día puede ser aceptada y en qué condiciones.

Naturalmente, esto no presupone aceptar la UE con su actual legislación y estructura de poder, y como actúa ahora, mediante políticas que favorecen el dominio por parte de las oligarquías y la explotación de los trabajadores.

Cara al inmediato futuro, desde mi punto de vista, es imprescindible y urgente que los «Comuns» corrija su postura y opte y explique y defienda abiertamente que su política es la de la permanencia de Catalunya en España y que su actuación será la defensa de esta política.

Este planteamiento es totalmente compatible con defender el derecho de Catalunya a decidir su vínculo con España en un referéndum, pero creo que este debe ser un objetivo y no una condición. Y creo que cuando se lleve a cabo, el modelo de relación a defender es el de seguir formando parte de España con una estructura federal.

Mi propuesta es defender que esta sea la política a adoptar por ICV y que sea la que ICV proponga y aporte a los «Comuns».

Creo que, si ICV elabora y aporta su propia política autónomamente, se podrá fortalecer en número de militantes y organizativamente y podrá aportar también su fuerza organizativa a los «Comuns». Contribuirá así a dar un impulso muy positivo a su actividad y a sus posibilidades políticas futuras.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.