De nuevo los neoliberales usan su artillería contra lo público. El consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid se ha declarado partidario de que la educación deje de ser gratuita en los tramos que no son básicos. No es la primera vez que se dice algo así. Esperanza Aguirre atacó en la […]
De nuevo los neoliberales usan su artillería contra lo público. El consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid se ha declarado partidario de que la educación deje de ser gratuita en los tramos que no son básicos. No es la primera vez que se dice algo así. Esperanza Aguirre atacó en la misma dirección, hace unos meses , cuando dijo que si la educación es obligatoria y gratuita en una fase, a lo mejor no tiene que ser obligatoria y gratuita en todas las demás fases.
El señor Manglano añade que se devuelvan competencias al Estado, que si el modelo autonómico se mantiene tal y como existe, tiene que adaptarse a las circunstancias. Esto es, nos chantajea con el pago por la educación pública si no se desmantela el estado de las autonomías. Muy en línea con lo que viene defendiendo su jefa y presidenta para convertirse en referencia interna y externa cuando los mercados y la calle se lleven por delante a Rajoy.
Vamos a recordarles que la educación no es gratis. Que los políticos y gestores del PP no nos pagan la educación o la sanidad y otros servicios públicos. Que está financiada por los impuestos de los ciudadanos y, de forma especialmente generosa, por los trabajadores y capas populares, por el alto peso en la recaudación impositiva que tienen los impuestos indirectos y el IRPF. Que cada mes nos quitan de la nómina 300, 400, 500…euros, además de cada día un IVA cada vez más alto y otros impuestos especiales: agua, teléfono, electricidad, gas, transporte, bebidas, tabaco, gasolina, libros, cine, bares, espectáculos, etc. Y desde el momento en que pagamos el primer céntimo los ciudadanos, se acaba lo gratuito. Y los que quieren hacernos creer que la educación es gratis para que paguemos dos veces por ella son unos ignorantes o unos atracadores políticos.
Es un escándalo que se hagan estas declaraciones al mismo tiempo que se suben brutalmente todos los impuestos que gravan el consumo y las rentas de trabajadores y autónomos y se amnistía a los defraudadores. Y a la vez se disparan las tasas universitarias y de los ciclos superiores de Formación Profesional, se suprimen becas al estudio y ayudas para libros y comedores escolares, y se sube del 4 al 21% el IVA del material escolar. El retroceso de los presupuestos educativos corre paralelo al aumento del esfuerzo familiar. Esto prueba que lo que plantean como novedad se viene aplicando hace ya tiempo.
En segundo lugar, también deberían de saber que la financiación educativa debe ser suficiente, sostenida y equitativa. Y en España, nunca se han alcanzado los niveles del % del PIB dedicado a gasto público educativo que permitan hablar de suficiencia y de términos similares a los países de nuestro entorno y con mayor éxito escolar. Por ello no es de recibo que, cuando la debilidad de nuestra financiación es histórica, algunos se plantear reducirla e introducir medidas de copago o repago.
Hay que decir que no es un problema de crisis o de recursos: hay ideología detrás de estos ataques a la educación pública. Podríamos hablar de cómo podría aumentar la la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida, reduciendo gastos de la clase política, casa real, financiación a la iglesia, gastos militares, rescates al sistema financiero… Pero hay datos que indican que no es por la crisis: el RD 20/2012, que recorta derechos de todos y 65.000 millones de euros, destina importantes partidas para que Wert extienda los conciertos educativos al Bachillerato y FP. Consultar el famoso Real Decreto-ley de 13 de julio, BOE nº 168 de 14 de julio. En la página 50508, anexo IV «Módulos económicos de distribución de fondos públicos para sostenimiento de centros concertados» aparece una partida presupuestaria por aula no solo para educación obligatoria (primaria y secundaria) sino para bachillerato y ciclos formativos (de hecho, las partidas más grandes). Es decir, dentro del plan de ajuste presupuestario, van a sufragarse en centros privados a partir de ahora enseñanzas no obligatorias de las grandes ciudades, cuando dicen que no hay dinero para las escuelas rurales.
¿Tiene esto alguna lógica que no sea la de desmantelar la escuela pública? No y esa es la ideología: acabar con el carácter gratuito de la educación pública o, lo que es lo mismo, acabar con su universalidad y transferir recursos públicos al sector privado.
Porque lo paradójico es que los contribuyentes vamos a pagar una educación separada para los hijos y las hijas de la clase alta, lo que supone dar dinero a los que ya lo tienen: ue tendrán derecho a llevar a sus hijos donde quieran, pero no a costa del presupuesto público que no debe financiar un sistema segregador.
La actual financiación estatal de una doble red conduce al desmantelamiento de este modelo de escuela pública como un proyecto solidario de vertebración social. No es compatible un sistema público de calidad con el crecimiento de la red privada, necesariamente selectiva y generadora de un mercado educativo que multiplica las desigualdades.
La educación pública no es gasto, es inversión y nuestro país ha invertido cada vez menos en educación durante décadas. Para lograr una educación de calidad en España hay que igualar el gasto público educativo a la media europea, hasta alcanzar el 7% del PIB. Resulta inadmisible que con el pretexto de la crisis se estén aplicando brutales recortes que afectan a la calidad de la educación pública, o se quieran aplicar fórmulas de repago que refuercen la creciente privatización del sistema educativo y el consiguiente retroceso en su equidad y democratización.
Fuente: http://www.cuartopoder.es/tribuna/repago-en-educacion/3026