El 11 de Julio de 2008 un grupo variado de colectivos y personas ocupó la antigua nave de la empresa Flex en el barrio gijonés de la Calzada. Esta fábrica llevaba muchos años abandonada por su propietario, que esperaba paciente a que una reordenación urbana le diera los apetecibles frutos inmobiliarios. Con esta ocupación convertimos […]
El 11 de Julio de 2008 un grupo variado de colectivos y personas ocupó la antigua nave de la empresa Flex en el barrio gijonés de la Calzada. Esta fábrica llevaba muchos años abandonada por su propietario, que esperaba paciente a que una reordenación urbana le diera los apetecibles frutos inmobiliarios.
Con esta ocupación convertimos en realidad una necesidad. La necesidad de crear centros sociales autogestionados, unos espacios diferentes a los que dirigen las instituciones públicas, regidos por su modelo único de pensamiento, cultura, estructura social y organización económica.
Con esta ocupación también convertimos en realidad un sueño. Frente a la cultura mercantilizada y unidireccional, formación y aprendizaje críticos. Frente a la insolidaridad y el egoísmo, apoyo mutuo. Frente a la «democracia» orgánica, participación abierta, horizontal y antiautoritaria. Frente al conformismo y la pasividad, acción e ilusión por construir un barrio, una ciudad, un mundo mejor.
No sólo son palabras, no fueron sólo palabras. Durante los once meses que duró la experiencia, se hicieron infinidad de actividades (charlas, representaciones teatrales, comedores populares, recitales poéticos, conciertos y un largo etcétera), se impartieron talleres y cursos (de llingua, de castellano a personas inmigrantes, por ejemplo), se organizó una biblioteca, un skatepark y la tienda gratis, una práctica anticapitalista real donde la gente podía llevarse libremente lo que necesitara. La Reflexón era un espacio abierto a todos los colectivos y a todos los vecinos que quisieran participar en él.
El 5 de Junio de 2009 todo esto desapareció. El desalojo de La Reflexón tuvo una respuesta inmediata en una manifestación que terminó con la ocupación simbólica de un edificio en la céntrica calle de Los Moros. Algún mes después, un grupo de personas llevó a la práctica el tan repetido lema «un desalojo, otra ocupación» entrando en un edificio abandonado sito en la calle Chile, propiedad de la constructora San Andrés del Valle, S.L.
La policía, el sistema judicial y la constructora tardaron tan poco en acabar con el proyecto que ni siquiera lo dejaron comenzar.
Y a modo de escarmiento ejemplarizante contra cualquier otro intento de ocupación, imputan a cinco personas un delito de robo, por el que piden varios meses de cárcel, y otro de daños, por el que piden miles de euros. La constructora, queriendo además sacar un beneficio extra, acusa a los imputados de causar unos daños que ya existían en un edificio abandonado a su suerte desde hace años.
El juicio por estos hechos tendrá lugar el 6 de Abril. Después, aún sin fecha, habrá otro por la ocupación de la Flex. Ante estas desproporcionadas medidas penales y económicas, debemos apelar a vuestra solidaridad para que nos ayudéis en la medida que podáis y para que participéis en las diferentes actividades y actos que organizaremos en los próximos meses.
Nosotras seguiremos reivindicando, frente a los edificios abandonados, tristes, muertos de la especulación, los espacios vivos de la ocupación.
SOLIDARIDAD CON LAS REPRESALIADAS POR OKUPACIÓN
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