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Entrevista a Agustín Morán (Caes)

‘Rompamos el Silencio’ necesita ser la chispa que incendie la rebeldía de millones de personas

Fuentes: La Haine

El Centro de Asesoría y Estudios Sociales (CAES) ha realizado la cobertura legal de la semana de lucha social «Rompamos el Silencio 2006». Además, ha participado de esta campaña en ediciones anteriores. Hablamos con el coordinador y militante Agustín Morán, para recibir su valoración y análisis de los resultados de este año.

Mariano Pujadas.- La semana de lucha social «Rompamos el Silencio» (ReS) no es una campaña común. Podría decirse que no está «abierta a la población» porque las acciones que se realizan pocos las conocen y además las convocatorias se difunden con muy poco tiempo de antelación. Por contra, este año ReS ha coordinado a cerca de 40 colectivos políticos, ecologistas, barriales, de contrainformación, etc. ¿Qué es ReS? ¿Cómo lo definirías? ¿Es una campaña que fortalece al movimiento anticapitalista «hacia adentro», es decir, engrasando las redes internas?

Agustín Morán.- La identidad de la «Semana de Lucha Social» protagonizada por numerosos colectivos madrileños entre el 25/VI y el 1/VII de 2006 se deriva de las acciones, consignas y discursos que se han realizado. Pero no debemos olvidar que la 2ª naturaleza de un fenómeno, tan real como la que se nos muestra ante nuestros ojos, es su genealogía, su pasado. Necesitamos indagar el conjunto de factores que explican que el fenómeno analizado, en este caso R.e.S de 2006, sea así y no de otra manera, tenga tales actores y no tales otros, sea producto de un proceso acumulativo continuo o por el contrario, su desarrollo haya estado presidido por discontinuidades.

La ejecución de R.e.S. en 2006 – segunda edición tras el vacío entre 2001 y 2004 ambos inclusive – muestra la enorme fuerza de este modelo de intervención social. Poco se puede decir, además de felicitarnos por las ocupaciones, apostasias y acciones de protesta contra las Instituciones de Menores, las multinacionales, la Sociedad General de Autores, el Ministerio de Defensa, el imperialismo capitalista de la Rusia actual, el cambio de placas con nombres franquistas de las calles de Madrid y las actividades a favor del feminismo, la agroecología y el consumo responsable. Por lo tanto, más allá de las deficiencias parciales, que deben ser corregidas, el balance es claramente positivo y la continuidad de esta forma de lucha, deseable.

El documento central de la edición de 2006 dice: «Queremos romper el silencio. Una vez más. Y lo seguiremos haciendo hasta que nuestras voces sean escuchadas. Por todo Madrid. Voces que no quieren ser ahogadas por la alienación que nos produce este sistema capitalista voraz. Voces para desenmascarar la miseria y la injusticia que provoca. Voces para escapar al control social impuesto. Es por ello que unimos nuestras voces disidentes: Voces para recordar la militarización creciente de las sociedades. Voces para rasgar la rutina del trabajo, de la vivienda inaccesible y de la compra insípida en el súper. Voces contra el patriarcado sobre el que se sustenta este «viejo» paradigma liberal.

Voces para romper ese falso escenario de ensueño que es la publicidad y mostrar que tras él se esconde la miseria de lxs oprimidxs y de un planeta que ya no aguanta más devastación. Voces que denuncian un sistema de relaciones internacionales injusto y antidemocrático, que provoca y sostiene el endeudamiento de los pueblos, sometiéndolos a la economía de mercado. Voces que gritan que, en esta ciudad escaparate, hay bolsas de marginación, donde la pobreza se castiga con drogas, cárceles y centros de menores. Voces para romper los muros racistas que se erigen como separación entre la opulencia y el expolio. Voces roncas que desgarrarán la contaminación y el asfalto. Voces que hablan de una cultura libre y popular, de todxs y para todxs, fuera de un sistema que todo lo compra y todo lo vende. Voces para recuperar la memoria histórica de quienes fueron reprimidxs por luchar contra la explotación. Voces de lxs que buscamos ser dueñxs de nuestras vidas, organizarnos sin jerarquías e imaginarnos nuevos mundos donde quepan muchos mundos.

Sí, nos vamos a hacer oír, nos vamos a unir para enfrentar al poder desde nuestros medios, a través de acciones directas no violentas para romper su impunidad, destrozar la cotidianidad, para denunciar todo aquello que se oculta en los medios de comunicación de masas.

Somos colectivos de toda índole, que trabajamos por la construcción de barrios vivos organizados por sus vecinxs, por la transformación de los valores masculinos impuestos durante siglos, colectivos de solidaridad con otros pueblos, contra las guerras, contra las cárceles, contra la prepotencia fascista y quienes la sustentan, por un planeta sano, por recuperar nuestra soberanía alimentaria, por construir nuevos espacios de intervención política y social. Somos aquellxs cuyas voces no verás en los medios, pero sí en la calle. Y es ahí donde nos vas a encontrar.»

Pero R.e.S. es también su pasado. R.e.S. fue inventado en 1998 por diversas redes sociales con la centralidad de las que confluyen en la Parroquia de Entrevías (Madres contra la Droga, Coordinadora de Barrios, Coordinadora de solidaridad con las personas presas, afectados por el SIDA, Traperos de Emaus, etc).

Esta experiencia surgió, por un lado desde un proceso de apoyo a sucesivas acciones de los colectivos de Entrevías en defensa de los derechos humanos de las personas presas (acampada de 7 días en Mayo de 1996 frente al Ministerio de Sanidad, ocupación durante 6 días de la Catedral de la Almudena en XII´97). Por otro, de relaciones de apoyo mutuo entre estos colectivos y diversas redes sociales con una identidad más política: marcha a la cárcel de Carabanchel en el marco de las Marchas Europeas Contra el Paro a su paso por Madrid (del 18 al 21 de Abril de 1997) que confluyeron en Ámsterdam el 15/06/97 y participación esporádica de Madres contra la Droga en la Plataforma Cívica por los Derechos Sociales y el Movimiento AntiMaastrich (MAM), desde 1996 en adelante.

Durante los años 1998, 1999 y 2000, R.e.S. se realizó en Madrid entre finales de mayo, junio y primeros de julio. En 1999, a la vista del éxito de la edición de ese año y sin que hubiera acuerdo suficiente para ello, las redes de Entrevías organizaron una edición estatal en Córdoba que se enmarcaba en el horizonte de llevar la denuncia social a centros católicos relevantes: 1997 La Almudena (Madrid); 1999 la Mezquita de Córdoba, 2000 Santiago de Compostela y 2001 Roma. Muchos preferimos equivocarnos sin romper la unidad y apoyamos esta acción que al final y a pesar de todo, salió bien.

La identidad de ReS en su 1ª etapa con cuatro ediciones, está en sus textos y en sus actos:

¿QUÉ es R.e.S.? (Extracto de Documento aprobado en Asamblea Estatal de I´00 en Madrid)

«> Una unión temporal de múltiples identidades sociales.

> Un movimiento plural para la defensa de los derechos humanos y la libertad.

> Una lucha mestiza contra el paro, la precariedad y las distintas formas de exclusión, la violación de los derechos humanos (sobre todo en el interior de las cárceles), la violencia y los abusos sobre los inmigrantes, las mujeres, los menores, contra el militarismo, y el creciente control social.

> Un intento de romper el silencio que oculta la marginación, el dolor, la desigualdad y la violencia que se esconden tras los éxitos de la economía, la competitividad, la globalización y la moneda única.

> Un convencimiento de que para que se vea la diferencia entre lo justo y lo legal es necesario a menudo sobrepasar la legalidad. Lo legal y lo justo no coinciden de forma habitual y es necesario tomar partido.

> Una voluntad de acumular fuerza. Pero no solo numérica, sino también en conocimiento, apoyo mutuo, confianza, lealtad, valor y experiencia para romper el silencio y expresar y organizar el conflicto social oculto en individualidades aisladas que, siendo víctimas, se consideran culpables.

> Una lucha no solo de intereses corporativos sino de cooperación generosa para el todo. Porque con el todo, crece la confianza mutua entre las partes, condición necesaria para superar nuestra debilidad e impotencia actuales.»

Esta declaración, elaborada como resumen de nuestra actividad de 3 ediciones en la asamblea extraordinaria de 22 y 23 de enero de 2000 en Madrid, no es exactamente igual que la de 2006. «La acumulación de fuerza para impedir que el enemigo haga lo que quiera» no es lo mismo que «romper el silencio hasta que nuestras voces sean escuchadas».

Las acciones que se derivan de ambas propuestas son también relativamente diferentes. Aunque somos débiles en la sociedad, expresamos reivindicaciones de millones de personas desatendidos por la derecha y la izquierda globalizadoras. En un momento y en un lugar determinado, con una acción organizada podemos crear una situación favorable para conseguir de hecho lo que reivindicamos (la crítica a un hecho exige otro hecho).

El gerente de El Corte Ingles aceptó «voluntariamente» que 150 personas comiéramos gratis en la última planta de los grandes almacenes de Callao. El Director de Carrefour consintió «de buen grado» que nos lleváramos 2 de los 10 carros llenos de comida que teníamos. El responsable de La Bolsa, tras media hora de ocupación, nos ayudó, «libremente», a salir de La Bolsa sin detenciones. Estas decisiones «democráticas» son simétricas a las que impulsan a una persona precaria con cargas familiares a aceptar «libremente» condiciones laborales al margen de la ley. El último año (2000), entre otras acciones fallidas, no pudimos ocupar la CEOE porque la infiltración policial desbarató nuestros planes y nos esperaba un ejército de policías.

No se trataba sólo de propaganda y «muestra pacífica y democrática de desacuerdo» sino de ensayos de poder popular lo más controlados posible en sus riesgos. A pesar de todo, tuvimos detenciones, multas y malos tratos policiales, aunque no muchos, en comparación con el nivel de las acciones. La práctica de la Acción Directa No Violenta, contaba con una teoría impermeable a los discursos de condena de la violencia «venga de donde venga».

«Una forma de lucha basada en la Acción Directa no violenta. La Acción Directa es el fundamento. Lo demás gira en torno a ella. Defendemos la necesidad de la fuerza para la lucha por la libertad. Defendemos la legitimidad de la autodefensa popular. Pero optamos por la no violencia sobre personas y sobre cosas porque, aquí y ahora, es prioritario que se transmitan nuestras reivindicaciones y no nuestra resistencia frente a la policía. El factor sorpresa nos permite crear situaciones de hecho en las que se visualice la injusticia de lo legal, de lo cotidiano así como sus responsables. La violencia es la del sistema que trata de evitar estas acciones cívicas y pacíficas.» (Texto de 2000)

La Marcha a la Marañosa, junto a la visita guiada de las trincheras de la batalla del Jarama de la Guerra Civil Española en sus aledaños, unía el antimilitarismo con el antifascismo, la protesta social con la defensa de la República y el rechazo de la monarquía impuesta por el franquismo. Las actividades pacifistas no tenían detrás la equiparación que algunos «paleoinsumisos» hacen ahora del ejército yanqui con el cubano o el venezolano. Los contenidos explícitamente antiglobalización y las acciones contra la precariedad laboral no se pueden comparar con la presencia «alterglobalizadora» y el sorprendente silencio de la edición del 2006 acerca de la reforma laboral por entregas, acordada por el gobierno del PSOE y los sindicatos CCOO y UGT con la patronal CEOE [Acuerdo interconfederal de Negociación Colectiva (III´05); Reforma Laboral (V´06); Reforma de las Pensiones (VII´06); (Ley de Dependencia que incautara los pisos de los ancianos para financiar los cuidados que recibirán de empresas privadas) en curso.]. En 1999 elegimos la embajada yanqui como enemigo principal de lxs trabajadorxs y los pueblos del mundo, no ha sido así en 2006.

Sin embargo, lo fundamental de la historia de R.e.S. no está tanto en sus años de realización como en los años en los que no se realizó, porque en esos años el esquema de R.e.S. se aplicó a un movimiento de masas que condicionó a la derecha y a la izquierda capitalista. Este movimiento de masas, inédito en Europa, no se explica sin los colectivos que impulsamos R.e.S. entre otras muchas iniciativas desde diez años antes.

A partir de XII´99 en la Contracumbre a la 3ª Cumbre Interministerial de la OMC en Seattle, el Movimiento Antiglobalización saltó a la palestra internacional. La represión brutal sobre los 40.000 personas que con sus cuerpos impidieron la llegada de los 2000 delegados al Palacio de Congresos, no pudo evitar que ese modo de protesta creciera sin parar. El ascenso culminó con el triunfo de la contracumbre del 15/06/01 en Barcelona contra la reunión del Banco Mundial y con la represión brutal de la contracumbre al G-7 en Génova un mes después.

Este chispazo estimuló las redes estatales que veníamos construyendo como modo de intervención política antiglobalización desde lo social y desde fuera de la izquierda institucional. Estas redes tenían todo que ver con experiencias del tipo R.e.S. Pero, a partir de 2001, ya no estábamos ante un movimiento marginal aunque voluntarioso, lleno de contenido y muy organizado, sino ante la posibilidad de expresar masivamente las reivindicaciones sociales contra las políticas globalizadoras, precarizadoras y militaristas, aplicadas, en ese momento por un gobierno del partido popular y en otras anteriores y posteriores, por gobiernos del PSOE.

Durante la Semana de Lucha Social, el 28 de Junio de 2000, se crean los MRG como estructuras asamblearias para organizar la contracumbre al BM y FMI en Septiembre´00 en Praga. Tras varios meses de actividad para defender a los numerosos prisioneros de esa contracumbre, el MRG se generalizó en el Estado como un movimiento asambleario que acabó confluyendo en el movimiento contra la presidencia española de la UE en el primer semestre de 2002. Como ese movimiento presentaba posibilidades de ser de masas y se dirigía contra el PP, muchos que no estaban en él, aparecieron. Esta aparición inauguró la lucha entre los colectivos que no aceptamos la «unidad de la izquierda» contra el PP, sin identificar a los partidarios, dentro de dicha izquierda, de la Europa de Maastrich, la OTAN y las reformas laborales. El ataque a Afganistán de X´01 y, sobre todo el ataque a Iraq en III´03 con participación del gobierno español, brindaron la oportunidad al PSOE de utilizar nuestro esfuerzo para hostigar al gobierno del PP por las mismas políticas que él hizo y vuelve a hacer desde el gobierno. Los colectivos que queríamos trabajar desde la autonomía con la izquierda capitalista y no desde la unidad sin principios para la izquierda capitalista, perdimos la batalla. Las ediciones de R.e.S. de 2005 y 2006 no han podido sustraerse a esta derrota estratégica.

Esa derrota tiene que ver con la disolución de R.e.S. en junio de 2000. Por razones diversas, en ambos casos, es derrotada la posibilidad de acumulación de fuerza anticapitalista desde lo social. Entre 2001 y 2003, a pesar del enorme impulso inicial que nos dio la hegemonía temporalmente, no pudimos sobreponernos a las maquinaciones corruptoras del PSOE y el «éxodo» de los colectivos y organizaciones que se dejaron corromper. Casi nadie pareció apostar por un espacio constituyente común, limpio del control socialdemócrata en el Movimiento contra la Europa del Capital, la Globalización y la Guerra. Previamente, en la última edición de R.e.S., algunos colectivos y redes influyentes se desentendieron de un espacio que ganaba en importancia política y consolidación, porque ponía en tela de juicio su propio protagonismo o sus propias fuentes de financiación. La tendencia a utilizar los espacios comunes como una ortopedia de la propia debilidad, introdujo la competitividad y la desconfianza entre los colectivos. Esto mató R.e.S. y esto mismo, agravado por los manejos de los defensores de la unidad de la izquierda (en torno al PSOE, ya que no hay otra) ha matado al M.A.G.

Ahora algunos de los personajes y colectivos responsables de esta destrucción, pululan en las nuevas ediciones de R.e.S. como si no hubiera pasado nada. No hay pasado. No hay memoria. Montones de personas jóvenes que no vivieron la experiencia anterior les siguen. Ante una forma de lucha que nos creemos a fondo (R.e.S), hemos intervenido tangencialmente, no como colectivos sino con aportaciones individuales o sectoriales. La potencia de R.e.S. como espacio horizontal nos invita a participar. Pero el protagonismo de algunas de las personas y organizaciones defensoras de la unidad de la izquierda que ha destruido el proceso de la autonomía anticapitalista, nos ha creado muchas contradicciones. Máxime cuando en los últimos dos años algunas de estas personas y grupos han participado en la exclusión política de colectivos disidentes de la unidad de la izquierda, desencadenando campañas de calumnias y expulsiones, sin precedentes en los movimientos sociales, de quienes no nos plegamos a bailar al son que toca el PSOE [ver].

Quisiera(mos) saber que ha sido de las 8 ó 10 horas de grabación digital realizada por ciertas personas de EeA de Madrid. Seis años después no se ha realizado el video comprometido. Nuestras caras, nuestras acciones y nuestros discursos no les pertenecen. Les emplazamos a dar cuenta de este material sensible.

MP.- En la edición del 2006, la presencia de ReS en los medios burgueses ha sido muy amplia, incluso en clave positiva y no de criminalización, hasta el punto de abrirse un posible debate sobre el carácter «ofensivo/inofensivo» de la campaña. En cualquier caso la presencia mediática era uno de los objetivos fundamentales marcados por ReS y se ha cumplido sobradamente. ¿Cómo valoras este éxito?

AM.- Las entregas de 1999 (tanto en Madrid como en Córdoba) y de 2000 en Madrid, tuvieron una gran repercusión en los medios. En esa época no contábamos con el grado de organización que, sobre todo, la intervención de Nodo 50 ha facilitado. Tampoco contábamos, afortunadamente, con los canales privilegiados de comunicación entre algunos sectores del movimiento y la periferia socialdemócrata (CCOO, PSOE, grandes ONGs, elementos de la oficina de Madrid de EeA, europarlamentarios del PSOE, cuadros dirigentes del Grupo Prysa, etc). Sin embargo, dedicamos grandes esfuerzos a la elaboración de hojas para dar a la ciudadanía en acciones directas y a los periodistas que nos acompañaban. Funcionó un grupo de prensa y utilizamos los cauces habituales de Radios Libres y Periódicos Alternativos. El Grupo Prysa y también ABC, que pusieron periodistas propios al seguimiento de R.e.S., intensamente atendidos por algunxs compañerxs cubrió ampliamente, tanto el día a día como un amplio resumen en la finalización de la Semana de Lucha Social. Fue importante el trabajo del antiguo Molotov antes de su «gran salto hacia el vacío» (exitoso por supuesto, pero siempre pendiente de profundización). Las detenciones y la violencia policial facilitaron la unidad de acción en 1998 y 1999 entre el Grupo Prysa y R.e.S. Ambas entidades estábamos interesadas, por distintos motivos, en mostrar la dureza de la policía del PP. Sobre todo, teniendo en cuenta que, cuando desalojamos el hotel que ocupamos en la Gran Vía, en 1998, la policía se empleó con tal entusiasmo que apaleó a un fotógrafo de El País.

MP.- Una vez que los objetivos fundamentales se han cumplido, ¿cómo plantear la continuidad de esta campaña? Es decir, una vez que, por ejemplo, se ha denunciado pública y mediáticamente el problema de la vivienda, el siguiente paso sería desarrollar mecanismos políticos y organizativos para poner este problema en fase resolutiva (okupaciones permanentes, coordinadoras en los barrios, etc). Por otro lado, si entendemos que el eje central de la lucha anticapitalista pasa por el movimiento obrero, habría que discutir como tejer redes en este ámbito, si bien esto no es tarea fácil (por ejemplo, no había un eje específico de Trabajo en la campaña). Es definitiva, ¿es posible seguir dando pasos adelante o estamos llegando al límite de las posibilidades de ReS? ¿Cómo interpretas esta situación?

Nos remitimos al texto de I´00:

«Una voluntad de llegar a la mayor cantidad de gente posible. Organizando la llamada a colectivos y militantes. Aumentando la capacidad de sobreponernos a la represión, dando a conocer nuestro movimiento a amplios sectores sociales. Intercambiando experiencias y cooperación con otras experiencias análogas de fuera de Madrid, poniendo como eje central, en la actualidad, el desarrollo local o regional de la experiencia y no las acciones estatales.

Queremos dejar de ser pobres buenos y militantes de reuniones. No nos conformamos con la compasión ni con la lucha de frases. Pedimos cuentas con nuestras ideas y con nuestros cuerpos a la lógica excluyente y violenta que rige nuestra sociedad y a sus beneficiarios. No queremos incluirnos en este orden. Queremos un orden sin exclusión.

No solo queremos estar en la calle montando un espectáculo para romper el silencio mediático. Queremos ser dinamización real de lo social, fábrica de cooperación y subjetividad para la vida en común y la lucha. Modo de intervención política desde lo social. Referente para muchos que piensan que lo que les pasa se debe a un destino fatal inevitable.

No somos el residuo de una contestación social en fase terminal, sino el principio del fin de la impunidad, el anuncio de oleadas de antagonismo y de una vida buena para todos. No somos un resto del naufragio de ninguna revolución, sino una chispa que quiere incendiar la pradera.»

Hoy añadiríamos: La autonomía de la socialdemocracia es condición necesaria para que R.e.S. sea, junto con otras experiencias, la chispa que incendie la rebeldía de millones de personas. La vergonzosa entrega de muchas organizaciones y colectivos a la «alterglobalización», marca del PSOE para la juventud a la izquierda de las ONGs, debe ser conocida por los nuevos contingentes de jóvenes que llegan y llegarán a los MMSS. La ausencia de memoria es la base de la impunidad de la izquierda capitalista.