Tengo en mis manos el ejemplar nº 1 de la revista «S Moda» que El País ha tenido a bien vender los sábados con el periódico (dicen que lo regala, pero hay que adquirirlo por 30 céntimos más). Tengo tantas cosas que decir sobre el tema y tanto malestar que no sé por dónde empezar. […]
Tengo en mis manos el ejemplar nº 1 de la revista «S Moda» que El País ha tenido a bien vender los sábados con el periódico (dicen que lo regala, pero hay que adquirirlo por 30 céntimos más).
Tengo tantas cosas que decir sobre el tema y tanto malestar que no sé por dónde empezar.
Lo primero es comentar lo obvio: que esta revista, creada sólo para las mujeres, mantiene y potencia el estereotipo de género femenino. Y que los estereotipos de género están en la base de la violencia de género.
Ya lo dice el director del periódico en la página 18 (primer escrito con el que te encuentras tras anuncios y anuncios en los que las mujeres son las protagonistas) en un texto que titula «Brevísima consideración sobre la moda y usted». Y el usted, en este caso, somos exclusivamente las mujeres. Porque ya se sabe que las mujeres tenemos una vacuidad dentro de nosotras que nos lleva a deleitarnos con hojas y hojas (135 páginas) de publicidad y 24 páginas de texto, con los siguientes contenidos:
- «Obsesionadas con la eterna juventud». Después de 25 páginas de publicidad con mujeres Barbies, jóvenes, delgadas, perfectas y sumisas en muchas ocasiones, nos dice: «Muchas mujeres incapaces de hacerle frente a la edad entran en una espiral de tratamientos de estética que las convierten en guerreras de la lucha contra el tiempo. Una adicción a los retoques que, según dicen los especialistas, sólo se cura con terapia». «Ya existe un término que define la incapacidad de hacer frente a la edad: permayouth«. O sea, que nos muestran las 135 páginas a todo color de modelos femeninos que se supone hay que alcanzar, el periódico gana una pasta gracias a esta publicidad (¿vive del género femenino?), las mujeres nos dejamos llevar por ello (la presión es fuerte, difícil saltárselo) y después resulta que tenemos una enfermedad, ya se le ha puesto nombre y todo, y finalmente acabamos en terapias varias. Pues sí que es rentable para la sociedad mantener el estereotipo femenino, aparte, claro, de otras consideraciones interesantes para el otro género.
- ¡La demencia estética de Gadafi!. Único momento en que se incluye un personaje masculino con predilección por la estética (bótox, implantes capilares y túnicas) y se le etiqueta de demente por ello.
- «Los detalles más femeninos de Carme Chacón«… ¡Vaya! menos mal que no era un «marimacho» con eso de gobernar a militares. Por cierto, si navegas por internet para ver lo que se dice de esta revista, la única crítica que he encontrado tiene que ver con esta entrevista, ya que parece que las piernas de nuestra Ministra están puestas al revés. Por cierto, pinchando en el enlace podemos ver cómo han puesto la foto de la Ministra, sin cabeza, cosa muy frecuente en la publicidad, el mostrar trozos del cuerpo de mujeres (un trasero, pechos, unas piernas… pero, ¡por favor, que se trata de una Ministra!).
- «Sarah Jessica entra en faena». «En su rostro no hay rastro de bisturí. Y si lo hubiera, el médico hizo su trabajo con esmero»
- «El ejercicio de la fantasía». Habla sobre moda.
- «Los años setenta ya son elegantes». Tiene un apartado que se titula «Armas de mujer», manteniendo la creencia de que el poder femenino está en su aspecto (cuerpo, vestimenta), en su capacidad para la seducción («…para marcar el paso al ritmo del poder de la seducción»). Continuamos creando mujeres para los hombres. ¡¡¡Y en pleno siglo 21!!!
- «¡Todo arriba! Esta temporada ponemos cada cosa en su sitio: alzamos los pómulos y el pecho, levantamos el trasero y ensalzamos nuestra actitud positiva». «…innovadoras intervenciones estéticas…». «Nalgas en su sitio…Una silueta bien formada exige una bonita retaguardia y unos glúteos diez» (¿retaguardia tiene que ver con la guerra y por tanto con el poder, de nuevo, poder a través del cuerpo?)
- «Ojos de gata». Ya sabemos lo que gusta al patriarcado asimilar a las mujeres con animales, por cierto, siempre con una connotación negativa (gata, perra, ballena, zorra, coneja…).
- «Para presumir ¿Hay que sufrir? Pegar un gritito merece la pena… de vez en cuando. Repasamos con expertos médicos los tratamientos estéticos más punteros, clasificándolos según el grado de molestia. En ciertos casos los que mejor actúan son los que más duelen». «Para blandas»: sujetadores, presoterapia, termoterapia, rediofrecuencia. «Para valientes»: ácido hialurónico, terapia subdérmica, cavitación, mesoterapia. «Para heróicas»: abrasar la piel, inyecciones que hacen daño, ultrasonidos y radiofrecuencia para una cintura de avispa o unos estiramientos de la piel que duelen.
- «Anatomía de un recogido».
- «Obsesión rubia». «Una especie superior, sofisticada y consciente de su imagen. Así define L.E., directora ejecutiva, a las rubias neoyorquinas. No se refiere a las de nacimiento. Habla de las teñidas». Vamos ya por la página 162 (el estudio lo estoy haciendo en orden de páginas). Ahora, de pronto, nos aparece otra enfermedad: «La obsesión tiene nombre: blondarexia. Y, según los expertos, el afán por la decoloración esconde algo más. Se trata de una psicopatología relacionada con la imagen personal, define Miguel Ángel Ramos, psicólogo. Y además se puede llegar a asociar con otros desórdenes. Muchas blondaréxicas son también tanoréxicas (toman el sol o los rayos uva en exceso) u ortoréxicas (se obsesionan con comer sólo alimentos libres de pesticidas, herbicidas y componentes artificiales), y algunas se han sometido a varias operaciones estéticas. Sus hábitos alimenticios suelen ser malos. El especialista atribuye estos problemas a una baja autoestima»... «El pelo claro significa poder»…»El pelo dorado sigue siendo un arma de seducción» (seguimos con lo mismo)…«Las rubias tienen un alto nivel de estrógenos. Pero ese color no es el único indicador de feminidad. Una cintura pequeña, un cutis perfecto, una gran energía y un cuerpo en forma son signos de fertilidad. Pero claro, siempre es más fácil decolorarse el pelo que ir al gimnasio tres veces a la semana». Señores, tener cultura, inteligencia, poder, estar gorda, ser fea, también son signos de feminidad. Porque ser mujer no es alimentar el estereotipo que nuestra sociedad dice. Como dice Gloria Martín en la letra de la canción que muestro al márgen del blog: «Mujer, si te han crecido las ideas, de tí van a decir cosas muy feas…pensar es altamente femenino».
- «Los Arzak en su salsa».
- «Mi madre, Audrey».
- «El refugio de Stuart Vevers» (director creativo de Loewe).
El resto es publicidad completa o textos impregnados de ella.
¿Apología de la violencia de género? |
Así que, resumiendo, los mensajes contradictorios de esta revista: las mujeres debemos estar guapas, jóvenes, delgadas, tersas, para los hombres, todo ello gracias a tratamientos estéticos de varios niveles (dependiendo de nuestra valentía), con dietas constantes y de por vida; ésto no lo dice, pero se deduce). Y a partir de aquí, cuando por fin lo hemos conseguido o estamos permanentemente tratando de conseguirlo… resulta que hemos contraído una o varias enfermedades psiquiátricas para las que ya se ha puesto nombre: podemos padecer de permayouth o blondarexia o tanorexia u ortorexia (si dejar de mencional la fatal anorexia o la bulimia). Y acabar en terapia. ¡No está mal!
¿Se le ve muy poderosa a esta mujer? |
Claro, que para sacar este perverso ejemplar cada semana hay que justificarlo. Tarea ingrata donde las haya. Y ésto es lo que dice el Director: «Nos propusimos por ello, y creo que lo hemos logrado, hablar de una moda que no está encerrada en los salones, sino que vive pegada a la calle, a las demandas y a las necesidades cotidianas». ¿Pegada a la calle? Yo por la calle veo mujeres normales, mujeres guapas y feas, mujeres flacas y gordas, mujeres interesadas por la moda y las que no muestran ningún interés (o no tienen capacidad adquisitiva para ello), mujeres que ponen toda la energía en su cuerpo y otras que muestran más interés por el aspecto intelectual… o simplemente que invierten tanto tiempo en las labores cotidianas de su hogar (o de su hogar más su empleo, o de su hogar más su empleo más cuidar a sus progenitores o los de su pareja: doble o triple jornada), o aquéllas que viven terrorismo doméstico y sus parejas no las dejan ni respirar). Y dice más: «Después de todo esto, ya supimos a quién va destinada S Moda: a una mujer que no solo compra, sino que piensa, que es dueña de su cuerpo, dueña de su imagen, de su vida y de su futuro. Y que disfruta de la moda, ¡claro!».
¿Sumisión? |
Mantener los estereotipos de género es la base de la violencia de género en sus diferentes grados, desde los micromachismos hasta el asesinato.
Y yo me pregunto: si El País ha elegido sacar una revista para mujeres, ¿cómo sería para hombres?
Señores de El País: no me digan que esta revista la han creado para mujeres, pues se ha demostrado que las mujeres leemos más que los hombres, las mujeres sacamos mejores notas, aprobamos más las oposiciones, llegamos más a la Universidad. No nos interesa ver páginas y páginas de publicidad.
Asuman el verdadero interés: la enorme ganancia derivada de la publicidad.
Fuente: http://viajandohaciaitaca.blogspot.com/2011/10/s-moda-o-como-el-pais-potencia-los.html