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Crudo informe global

S.O.S. AGUA

Fuentes: El cohete a la luna [Imagen: Incendios en Tierra del Fuego]

El impacto del cambio climático en el almacenamiento del agua sobre la Tierra es el eje del informe “Estado del clima mundial en 2022”, realizado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El documento incluye registros hasta finales de septiembre inclusive, y su versión definitiva se conocerá en abril del año próximo. Un amplio equipo científico y técnico […]

El impacto del cambio climático en el almacenamiento del agua sobre la Tierra es el eje del informe “Estado del clima mundial en 2022”, realizado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El documento incluye registros hasta finales de septiembre inclusive, y su versión definitiva se conocerá en abril del año próximo. Un amplio equipo científico y técnico analizó 515 cuencas hídricas con datos del período 1991-2020, cuyo comportamiento se vinculó con los registros de temperatura y de emisión de gases de efecto invernadero.

El informe enlazó eventos climáticos extremos, de los que informa la prensa diaria. “No se dispone de conocimientos suficientes sobre los cambios en la distribución, la cantidad y la calidad de los recursos de agua dulce”, afirmó Petteri Taalas, secretario general de la OMM. “La mitad de los países del mundo carecen de sistemas de alerta temprana”, precisó en ese mismo sentido António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La tapa del informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Los últimos 30 años fueron analizados con gravimetría satelital, “único método basado en sensores remotos, capaz de observar toda la columna de agua, incluidas las aguas superficiales, la humedad del suelo, las aguas subterráneas, la nieve y el hielo”. Esta primera edición está limitada a las condiciones de caudal, almacenamiento de agua terrestre y criósfera. Los editores advirtieron que deben extender las variables de análisis para incluir el agua subterránea, la humedad del suelo y la calidad del agua. De todos modos, consideraron que el formato y el método utilizado permitirá futuras comparaciones internanuales, que “facilitan la diferenciación de efectos variables a más corto plazo de las tendencias a más largo plazo que impulsan los patrones de distribución del agua”.

No usa ni necesita adjetivos este panorama del estado de los recursos hídricos mundiales hasta 2021, aunque con registros de temperatura a septiembre de este inclusive. A pesar de las condiciones predominantes del fenómeno La Niña, 2021 se ubicó del quinto al séptimo año más cálido registrado, con una temperatura media anual mundial de 1,11 ± 0,13 °C por encima de la promedio preindustrial de 1850-1900. Grandes áreas del mundo registraron condiciones más secas de lo normal en 2021: la zona del Río de la Plata (la sequía persiste desde 2019); el Amazonas meridional y sudoriental; cuencas de América del Norte (Colorado, Misuri y Misisipi); en África, las cuencas de los ríos Níger, Volta, Nilo y Congo; también los ríos en parte de la Federación Rusa, Siberia Occidental y Asia Central.

Aumento de la temperatura global.

Año récord

Las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) volvieron a alcanzar niveles sin precedentes. El aumento anual de la concentración de metano fue el más alto jamás registrado. Entre enero de 2021 y agosto de 2022, el nivel de las aguas aumentó unos 5 milímetros, producto de la intensificación del deshielo. El año pasado también se registró el récord de calor de las aguas oceánicas.

En Europa se midieron pérdidas medias de espesor de entre 3 y más de 4 metros en el conjunto de los Alpes, valores superiores a los de 2003, el último año en el que el deshielo fue más destacado. Las mayores pérdidas de masa fueron en Suiza, donde entre 2021 y 2022 los glaciares perdieron el 6% de su volumen de hielo y un tercio de la superficie total. Por primera vez en la historia, incluso en los emplazamientos de medición situados a mayor altitud, toda la nieve se fundió durante la temporada de verano, de modo que la acumulación de hielo nuevo fue nula.

Las proyecciones anticipan un agravamiento de las condiciones en África oriental, sobre todo para Kenia, Somalia y Etiopía. Allí, durante cuatro temporadas consecutivas, las precipitaciones fueron por debajo de la media, fenómeno que no ocurría en 40 años. La sequía se acopló a otras razones, por las que “entre 18,4 y 19,3 millones de personas se encuentran en situación de crisis alimentaria o tenían que enfrentar niveles más graves de inseguridad alimentaria aguda”.

En suma, en 2021 el almacenamiento terrestre de agua fue menor en comparación con la media calculada en el período 2002‑2020 en la costa oeste de los Estados Unidos, la zona central de América del Sur y la Patagonia, el norte de África y Madagascar, Asia Central y Oriente Medio, Pakistán y el norte de la India.

Más advertencias

El informe señaló varias zonas críticas con una tendencia negativa en el almacenamiento terrestre de agua a más largo plazo. Entre ellas, la cuenca del río San Francisco del Brasil, la Patagonia, las cabeceras de los ríos Ganges e Indo, y el suroeste de los Estados Unidos. “En general, las tendencias negativas son más fuertes que las positivas. Al menos algunas de las anomalías fuertes (Alaska, Patagonia, Himalaya y la isla de Baffin) también son el resultado de tendencias a largo plazo provocadas por el derretimiento de la nieve”.

Incendio forestal

Desde 1993 se duplicó la velocidad en el aumento del nivel del mar: subió casi 10 milímetros desde enero de 2020 y este año marcó un nuevo máximo. En los últimos dos años y medio se concentró el 10% del incremento del nivel del mar a escala mundial desde que comenzaron a obtenerse mediciones por satélite hace casi 30 años. Ese promedio mundial es posible localizarlo en el Polo Norte, por ejemplo, para una comprensión situada de este proceso. Desde hace 26 años, año a año, Groenlandia pierde manto de hielo y, por primera vez en un mes de septiembre, se registraron lluvias en lugar de nevadas.

El informe incluye dos anexos, uno con la explicación del método de análisis empleado y otro con ejemplos de eventos climáticos extremos.

La Dirección de Meteorología e Hidrología de Paraguay (cuenca del Plata) reportó la sequía durante todo 2021. Aun así, la lluvia acumulada en la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná en febrero de 2021 provocó un nivel máximo de 4,72 milímetros en el tramo de Asunción, cuando la media para ese mes es de 2,70 milímetros, promedio calculado por los registros históricos desde 1904. Aguas abajo, los niveles de agua del río Paraná reflejaron los nuevos mínimos históricos.

Letonia, pequeño país ubicado junto al mar Báltico en Europa, sufrió inundaciones por atascos de hielo en un río en marzo del año pasado. La situación se repitió en diciembre. En el sudeste asiático, en Myanmar, en julio del 2021 se produjeron inundaciones que afectaron a unas 125.000 personas.

“Quienes menos contribuyen al cambio climático son quienes más sufren sus consecuencias, como hemos visto con las terribles inundaciones en Pakistán y la mortal y pertinaz sequía que castiga el Cuerno de África”, afirmó Taalas en el documento provisorio que se cerró para aportarlo a las negociaciones de las Naciones Unidas sobre el clima.

Cambios de temperaturas en Europa

Alerta temprana

La OMM reclama “acelerar el desarrollo de sistemas integrales de alerta temprana de inundaciones y sequías para reducir el impacto de los extremos hidrológicos en las personas, las vidas y los medios de subsistencia, los ecosistemas y la economía en general en todas partes del mundo”.

Sólo el 84% de los países de 75 Estados miembros y territorios de la OMM recopilan información sobre descargas. Más precisamente, el 91% (de 75 miembros) recopila información sobre los niveles de agua en los ríos, pero sólo el 84% monitorea la descarga. Ese déficit en la información es mayor respecto a los niveles de agua subterránea que monitorea el 60% y el 20 % la humedad del suelo. “El informe demuestra el papel fundamental y el valor de los datos de observación para producir evaluaciones de agua regionales y nacionales más detalladas para proporcionar una mejor comprensión de los impactos locales en las naciones y comunidades. La validación de los resultados del modelo para el año 2021 sólo fue posible en algunas áreas donde los datos de descarga observados estaban disponibles”, aclaró el organismo.

De las 515 cuencas identificadas, sólo el 7% tiene toda la documentación necesaria.

Los editores del informe insistieron en la necesidad de tener perspectivas locales y globales. “Toda la información debe interpretarse teniendo en cuenta el contexto/patrón hidrológico de la zona específica, la región hidroclimática y la distribución estacional de lluvias y caudales”. El más grande reservorio natural de agua dulce a escala mundial lo constituye la criósfera, complejo integrado por glaciares, cubierta de nieve, casquetes polares y todo espacio permafrost (capa de suelo permanentemente congelada).

Por la Argentina aportaron a este análisis Marcelo Uriburu Quirno, vicepresidente del Comité Permanente de Hidrología, y Mariano Masiokas, del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) – Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Cinco provincias, con la intervención del Estado nacional, reformularán su gestión de recursos hídricos. Son modelos que merecen un debate amplio por los alcances que tendrán, según confirma este documento que contribuye a “la comprensión de los cambios en la demanda de agua dulce, así como cambios en su distribución espacial y temporal, cantidad y calidad en respuesta a la variabilidad y el cambio climático”.

Fuente: https://www.elcohetealaluna.com/sos-agua/