Buenos Aires, 28 de setiembre de 2006 Las mujeres de la agrupación Pan y Rosas de Argentina les enviamos un fuerte abrazo a las mujeres de Oaxaca. Ustedes y su Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas hicieron que muchos y muchas pronuncien nuevamente algunas palabras guardadas en libros empolvados, escribiendo en su bandera «Cuando una mujer […]
Buenos Aires, 28 de setiembre de 2006
Las mujeres de la agrupación Pan y Rosas de Argentina les enviamos un fuerte abrazo a las mujeres de Oaxaca. Ustedes y su Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas hicieron que muchos y muchas pronuncien nuevamente algunas palabras guardadas en libros empolvados, escribiendo en su bandera «Cuando una mujer avanza, no hay hombre que retroceda.» ¡Las mujeres en primera fila! Nuevamente, como en cada página internacional de las heroicas luchas de la clase obrera y el pueblo.
Volvieron a tronar las gargantas de la reacción que las acusan, las reprimen y persiguen, pero a la par y con más fuerza, las gargantas de quienes apoyamos la heroica lucha del pueblo de Oaxaca que gracias a la acción decidida de las mujeres de la COMO tienen sus radios, sus canales de TV; los mismos medios que en manos de los patrones y sus políticos sólo reproducen mentiras, en manos de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, se volvieron eco de las voces de los y las que toman el cielo por asalto: trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas, indígenas, jóvenes, estudiantes…
No pasaron cien años de la Revolución de 1910, cuando en el Sur de México vuelve a las calles la lucha obrera y popular contra los políticos de una clase que no puede siquiera mantener su «mentira democrática», estafando la voluntad de millones. Han sido, son y serán los y las trabajadores/as quienes muestran que es posible encontrar una salida, pelear contra la explotación y opresión de millones de personas, es posible terminar con la humillación patronal, es posible que haya educación y salud para todos y todas.
Ustedes y su APPO han desempolvado la cuestión del poder: es posible gobernar una ciudad, entonces es posible gobernar un país. Con delegados/as, asambleas, con deliberación democrática, poniendo los intereses de los/as trabajadores/as y el pueblo pobre por encima de los intereses de un puñado de millonarios…
Como ustedes nos devolvieron las palabras que yacían inertes en los libros, nosotras les regalamos nuestras banderas, nuestras arengas y canciones para que ustedes, las heroicas mujeres de la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas las hagan palpitar en las barricadas, en la APPO, en las radios y el canal de televisión, en cada movilización y discusión acalorada. El lema de nuestra agrupación, late hoy en vuestra lucha «Exigimos nuestro derecho al pan, pero también a las rosas.» Sabemos que nos devolverán este regalo con la lucha por una sociedad distinta, donde no haya opresión ni explotación.
¡Viva la Comuna de Oaxaca!
¡Viva la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas!
Exigimos nuestro derecho al pan, pero también a las rosas
Agrupación de Mujeres PAN y ROSAS, Argentina