El colapso financiero ha borrado los demás adjetivos de la crisis sistémica que vivimos, como la medioambiental, donde el cambio climático es una cuenta hacia atrás. Ecologistas en Acción se suma a la jornada de lucha del mes de abril
A día de hoy, la comunidad científica internacional lleva tiempo constatando el origen humano del cambio climático por la emisión descontrolada a la atmósfera de los denominados «gases invernadero»( GI), causada fundamentalmente por el modelo socioeconómico actual de capitalismo globalizado (sus modos de producción, consumo, transporte, generación de energía…), que se traduce en la quema masiva de combustibles fósiles. Dichos gases invernadero atrapan la radiación solar en la atmósfera de la tierra provocando su calentamiento progresivo.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), en un reciente comunicado de prensa, constata cómo las concentraciones atmosféricas de GI no han dejado de aumentar en los últimos años, alcanzando niveles sin precedentes.
Al mismo tiempo, diversos organismos y encuentros científicos internacionales vienen comprobando los inquietantes efectos de esta situación: nivel mínimo en la formación de hielo marino en el Ártico, incrementos exponenciales en la subida del nivel del mar, etc.
El IPCC (organismo de Naciones Unidas creado para estudiar el cambio climático y asesorar a los gobiernos) confirma que los impactos del cambio climático se pueden mitigar estabilizando las concentraciones de GI, de modo que no se superen los dos grados de incremento de la temperatura global respecto a la época preindustrial. Sin embargo, el IPCC coincide en que no nos queda demasiado tiempo para hacerlo.
Según los diferentes modelos de previsión elaborados por este organismo, que relacionan las concentraciones de GI con el aumento de la temperatura media terrestre, sólo contamos con un período de tiempo de ocho (o, como mucho, diez) años para disminuir drásticamente las emisiones de GI a la atmósfera. Si se sobrepasara el límite de aumento de dos grados, el cambio climático se convertiría en un fenómeno imparable que afectaría de forma grave y directa a la calidad de vida de las personas (sequías, menor disponibilidad de agua, enfermedades, crisis alimentarias, inundaciones en las poblaciones costeras de todo el mundo, etc.) sin que pudiéramos hacer casi nada por evitarlo.
2009, un año clave
El año 2009 es clave en la lucha contra el cambio climático. Durante la Cumbre de las Naciones Unidas de Cambio Climático que tendrá lugar en diciembre en Copenhague, se decidirán los detalles del acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto una vez que éste haya expirado su período de vida a finales de 2012.
Cuanto más se extienda la protesta ciudadana a favor de la reducción de las emisiones de GI y de un mundo más justo y sostenible, más fácil será que los gobiernos de todo el mundo asuman de una vez compromisos firmes, en lugar de eludir sus responsabilidades para continuar cediendo ante los poderes económicos. Y no nos queda demasiado tiempo para invertir esta situación.
La primera jornada de lucha la tendremos durante la Semana de la Tierra del próximo mes de abril, que culminará en una manifestación el día 25 de dicho mes en la que participarán todo tipo de colectivos ecologistas, sociales, sindicales y políticos. A través de ella, propondremos nuestras alternativas a esta urgente situación utilizando el lema «Cambio climático: comienza la cuenta atrás» y los sublemas: «El planeta también está en crisis» y «Por un modelo justo y sostenible». Esta primavera, por desgracia, probablemente el cambio climático todavía no esté demasiado presente en la agenda mediática. Por eso, la izquierda radical y alternativa, especialmente concienciada con los problemas ambientales, tenemos una responsabilidad sumamente importante en dar impulso a esta movilización. Hagamos, pues, de ella una masiva convocatoria para dejar claro a los gobiernos y al poder económico que no estamos dispuestos a renunciar a un futuro para todos por culpa de la irresponsabilidad y la codicia de unos pocos en el presente.
Jorge Díaz es miembro de la Comisión de Energía de Ecologistas en Acción