Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Riba García.
El intensivamente utilizado herbicida glifosato, ahora clasificado como «probable carcinógeno» para los seres humanos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha sido encontrado en numerosos productos de consumo, entre ellos la miel, las leches maternizadas y los suplementos alimenticios para bebés, según han informado distintos medios.
«Cuando la agricultura basada en la química rocía millones de hectáreas de maíz o soja genéticamente modificados con cientos de millones de kilos de glifosato, no tiene nada de sorprendente que los bebés estén ahora consumiendo el producto químico líder de Monsanto en su leche maternizada y los preparados alimenticios infantiles», dijo Ken Cook, presidente y cofundador del Environmental Working Group (grupo de trabajo medioambiental). «La razón primordial de que millones de estadounidenses, incluidos los niños, estén ahora expuestos a este potencial carcinógeno es la explosiva expansión de los cultivos genéticamente modificados que últimamente predominan en la tierra cultivable de Estados Unidos.»
«Mediante su poder de compra, el consumidor estadounidense está sustentando ese dominio de los cultivos genéticamente modificados y la exposición al glifosato que esta agricultura conlleva», agregó Cook. «Ya es hora de que las autoridades federales exijan que los alimentos preparados con ingredientes genéticamente modificados sean etiquetados como tales de modo que las personas decidan si quieren que su dinero financie o no a la industria biotecnológica que cuida más de sus beneficios económicos que de la salud pública.»
Según un reportaje de Carey Gillam, de Reuters, los laboratorios están recibiendo una gran cantidad de pedidos de que todo, desde los alimentos hasta las muestras de orina, sea examinado en relación con el glifosato desde que la agencia internacional de investigación del cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) de la OMS anunciara que el herbicida es un «probable agente carcinógeno para los seres humanos».
«Los pedidos continúan llegando», le dijo a Gillan el jefe del laboratorio de Microbe Inotech Laboratories de St. Louis, Ben Winkler, quien aseguró que su laboratorio está recibiendo varios pedidos por semana [de verificación de presencia de glifosato] después del anuncio de la OMS, cuando antes del anuncio estos pedidos no pasaban de tres o cuatro por año, informó Gillan.
El público debería estar preocupado», dijo Cook. «Si apenas unos pocos exámenes de laboratorio han encontrado glifosato en la miel, la salsa de soja, los suplementos alimenticios para bebés y la leche maternizada, es acertado pensar que el herbicida se encuentra también en otros numerosos productos que la mayor parte de los estadounidenses consumen o están en contacto cotidiano con ellos.»
Según la información disponible en los medios, las empresas alimentarias han sometido una cantidad de sus productos, entre ellos los cereales para desayuno, a pruebas de laboratorio. Muchos de los cereales más consumidos en frío están hechos con ingredientes genéticamente modificados, como el maíz, que es el cultivo con el cual se utiliza la mayor parte del glifosato.
«Con los resultados de laboratorio, la industria de los alimentos debería quedar libre de sospechas; de este modo, los consumidores sabrían si están comprando y comiendo -o no- productos con glifosato». Dijo Cook. «Las personas deben saber si la comida que ellas y su familia comen contienen o no un pesticida tan estrechamente vinculado con el cáncer.»