–¿Qué le ha movido a redactar el manifiesto ‘Somos mayoría’? –El primer impulso fue porque estoy harto de ver que vamos hacia un auténtico abismo, y parece que el Gobierno y el principal partido de la oposición, comentaristas y gente de la cultura no lo advierten. Para empezar, una de las motivaciones que tuve para […]
–¿Qué le ha movido a redactar el manifiesto ‘Somos mayoría’?
–El primer impulso fue porque estoy harto de ver que vamos hacia un auténtico abismo, y parece que el Gobierno y el principal partido de la oposición, comentaristas y gente de la cultura no lo advierten. Para empezar, una de las motivaciones que tuve para hacer este manifiesto fue preguntarme cuántos puestos de trabajo hay asegurados para la juventud.
–Muy pocos, es verdad.
–Es dramático. ¿Cuántos jóvenes salen cada año de las facultades? Algunos emigran, principalmente los titulados. ¿Y esas miles de personas que no tienen título y tienen que comer? Bueno, pues contra eso hay que rebelarse porque no hay fuerza política que enderece esta situación, unas porque forman parte del entramado que nos domina, otras porque han gobernado y han demostrado que han hecho lo mismo, otras porque no tienen respaldo, como las fuerzas minoritarias… Es de tal envergadura la situación que o lo hace un movimiento ciudadano o esto no lo arregla nadie. La situación actual no es de un problema económico, es un problema político.
–Leyendo su manifiesto, recordaba el de Stéphane Hessel en su libro ‘Indignaos’, en el que el autor francés exhorta a los jóvenes a indignarse porque el mundo va mal y está gobernado por poderes financieros que lo acaparan todo.
–Todos nos influenciamos. Yo estoy influenciado por este señor, por el 15-M, por mis compañeros de IU, por José Luis Sampedro, por Pedro Montes, por Juan Torres… Pero hay una diferencia. Hessel llama a la rebeldía, a la indignación. Yo también, pero a continuación digo: prepara la alternativa. Indignarse por indignarse está muy bien, pero si es haciendo un programa para acabar con esto, está mejor. Lo que yo busco es que la mayoría acabe con esta situación, pero, paralelamente, hay que ir construyendo otra cosa.
–Dice usted en su escrito que la mayoría piensa que esta situación no tiene remedio con las medidas que el poder económico-financiero está imponiendo. ¿Qué hacemos entonces?
–Desde determinadas ópticas de la izquierda dicen que esto lo arregla la república. Estoy de acuerdo, pero eso a la gente no le alcanza. ¿Por qué? ¿Qué es la república? Tu no puedes decir de pronto a la gente esto lo arregla el socialismo, o el comunismo o la anarquía…, así a palo seco, Eso no tiene sentido porque la inmensa mayoría de la gente o pasa de la política o está en contra de la política o no sabe. Entonces hay que acercarse y explicarles las cosas de manera clara. Y decirle «ahora, tú te pones a trabajar porque si no, tienes lo que te mereces». En el mismo manifiesto acompaño un decálogo para iniciar el debate…
–¿No es un tanto utópico?
–¿Por qué? Vamos a hacer números, lo que vale el desempleo y lo que supone lo que defraudan los estafadores a la hacienda pública. Pues ya está el dinero ahí. Lo que ocurre es que lo poderes son incapaces de cumplir sus propias leyes, viven a base de violarlas. Este Gobierno y el anterior han gobernado violando sistemáticamente la Constitución. Según los datos de la asociación de subinspectores de Hacienda (Gestha), se están evadiendo 78.000 millones de euros. La gente quiere percibir un salario sin meterse en líos de reforma fiscal, y eso es una hipocresía. Si usted quiere que cambiemos este país, hay que hacerlo con propuestas, en educación, en sanidad. Lo que nunca he podido soportar es a la gente que protesta y luego no quiere saber nada. Lo que yo propongo es una rebeldía con causa.
–Cita en su texto al sociólogo norteamericano James Petras, que en un documento habla de que estamos ante las primeras generaciones que van a vivir peor que los padres.
–Sí. Petras también habla de los padres. Dice que han criado a unos hijos entre algodones, pero no olvidemos que aquí los poderes públicos son los verdaderos responsables, porque los gobiernos sabían la situación que venía y decían «esto lo arregla el mercado». Estamos ante el fin de una civilización y hacen falta políticos que dejen ya de jugar a la política de la señorita Pepis.
–Volviendo a los padres. El otro día escuche a uno conocido decir: «A mí me hubiera gustado ser hijo mío»…
–No carguemos toda la responsabilidad en los padres, por favor. Y si se ha entendido así pido disculpas, pero hemos hecho seres que no saben de dónde venían las cosas, acostumbrados a un maná, y ahora son seres indefensos. Esto es culpa nuestra, pero que no haya respuesta para ellos es culpa de los gobiernos que ha habido en España y de la oposición en determinados momentos históricos.
–¿Tiene algún hijo en paro?
–Sí, tengo uno en paro; otra hija que está estudiando en la universidad. A mí también me afecta en mi vida personal y familiar toda esta situación. A mí me han congelado la pensión, mi mujer es funcionaria y le han recortado el sueldo. Yo estoy también padeciendo la situación con la única diferencia de que no me da la gana de decir que sí, y tomo la bandera de la rebeldía. Seré rebelde hasta que me muera, porque no puedo soportar esta injusticia, ni los puedo soportar a ellos.
–Y no le puede usted echar una mano a su hijo?
–Es que no tengo ninguna mano. Además, todo el mundo sabe que soy incapaz del enchufe, porque sería saltarme la legalidad, que es un hábito muy español que tendremos que cambiarlo.
–Usted forma parte de una organización política (IU) que dirigió durante 11 años, una federación de izquierdas que ahora, en Andalucía, está bastante dividida por el apoyo que ha dado en el Gobierno andaluz a los recortes de la Junta. ¿Cómo juzga este acontecimiento?
–Todo gobierno autonómico sabe que tiene que aplicar las leyes que el Gobierno de la nación hace. Podrá, al aplicarlas, mejorar esto o aquello, pero tiene que ponerlas en marcha. Entonces, una fuerza política que ha dicho que no asume en absoluto los tijeretazos, ¿por qué entra a gobernar sabiendo que los debe aplicar? Si IU hubiese sido la fuerza más votada y gobernara, puedo entender las dudas, ¿pero así, yo me incorporó a un Gobierno sabiendo que tengo que aplicar esa política? Eso no tiene ni pies ni cabeza.
–Pues lo han hecho.
–Mis criticados, desde Andalucía, compañeros de Extremadura sí han parado los recortes en esa comunidad autónoma, y aquí se están aplicando. Si en una campaña electoral dices que no vas a apoyar los recortes, no entre usted a gobernar porque los va a tener que imponer, aunque sea solo con cuatro retoques.
–Es conocido que usted se posicionó en contra de que IU fuese socio de gobierno con el PSOE en Andalucía. ¿Cree que este acuerdo durará toda la legislatura o la situación provocará un adelanto electoral?
–La situación en España puede tener las siguientes alternativas: La primera, un Gobierno de salvación nacional. Este país está intervenido por un ejercito de ocupación bancario, está hipotecado, no tiene Gobierno, está al borde de la bancarrota, a ver si se va enterando el pueblo español. Y ante esta situación opera el «sentido de Estado», que está aconsejando que el PP y el PSOE formen gobierno. Si eso ocurre, ¿qué pasa aquí, en Andalucía? ¿Para qué ha servido ese sacrificio, voy a llamarlo tonto? La posibilidad de un gobierno de salvación cada día se contempla más. Estamos tan mal que hace falta que los grandes partidos se unan. Está claro que nos han intervenido, está claro que carecemos de libertades y la Constitución no sirve para nada. En España hay dos tipos de Constitución, la formal, la de los 10 títulos y 169 artículos, y la material, que es Emilo Botín y Francisco González. Ya está explicado todo.
–¿Es partidario del cambio del centro de congresos?
-¿Un centro de congresos para qué? Estamos tocados de faraonismo.
-Como ciudadano, ¿cómo juzga el primer año de gobierno del PP en Córdoba?
Está haciendo lo que tenía que hacer. Ha marcado un sello confesional a la Corporación, del que ya estaban sentadas las bases en el gobierno anterior de IU. Ahora el PP nos coloca altares, el tema religioso… Normal en un partido que nunca se ha creido de verdad, ni se lo cree, que el Estado es aconfesional.