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Prostitución en Africa

Sexo por pescado

Fuentes: El Corresponsal de Medio Oriente y Africa

El «sex for fish» (sexo por pescado) -una expresión local para referirse a mujeres que se prostituyen con los pescadores para llevar pescado a su familia-, es una práctica común en varias aldeas de Kenya, golpeadas por la pobreza.   En las orillas del lago Victoria, en Kenya, la vida transcurre con un aire de […]

El «sex for fish» (sexo por pescado) -una expresión local para referirse a mujeres que se prostituyen con los pescadores para llevar pescado a su familia-, es una práctica común en varias aldeas de Kenya, golpeadas por la pobreza.

 

En las orillas del lago Victoria, en Kenya, la vida transcurre con un aire de desolación: la pobreza hace que los pescadores de la etnia Luo fuercen a las mujeres a prostituirse para ganarse unos pescados, mientras el Sida se propaga inevitablemente.

 

Sobre la playa de Asat, en medio de una humedad pegajosa, las mujeres traen con una escoba los «daga», pequeños pescados del lago, que están secándose al sol.

 

Las mujeres reconocen que el «sex for fish» (sexo por pescado) -una expresión local para referirse a mujeres que se prostituyen con los pescadores para llevar pescado a su familia-, es una práctica común en esta ciudad, golpeada por la pobreza.

 

El modo de vida nómada de los pescadores, las prácticas del «sexo por pescado» y las dificultades económicas figuran entre las causas que producen la propagación del Sida en esta región, una de las más pobladas de Kenya y más castigadas por el virus letal.

 

En numerosas ciudades de las orillas de la zona, la tasa de prevalencia alcanza al 30 e incluso el 40%. «Un 60% de las camas de hospital de la región de Kisumu están ocupadas por enfermos de Sida», informa a Betty Okero, quien lidera una red de ONG en Kisumu.

 

Huérfanos del Sida

 

«El problema de los huérfanos del Sida es cada vez mayor», afirma Peter Okoth Mireri, de la ONG Osienala. «Algunas escuelas de las zonas que bordean el lago tienen entre 20 y 30% de huérfanos de Sida».

 

Pitanis Ogira Ochola, líder de la ciudad de Asat, manifiesta que el Sida «es endémico» en su comunidad de 500 habitantes. «Cuatro residentes muertos por la enfermedad fueron enterrados la semana pasada», cuenta.

 

En la playa de Dunga, Joyce Oruko, de 67 años, y figura influyente en la comunidad, decidió poner freno a la práctica del «sexo por pescado». Joyce Oruko afirma que las mujeres se organizaron para ayudar con dinero a las viudas o mujeres con problemas para que no tengan que prostituirse.

 

«Antes, esta práctica podía producirse, porque uno se contagiaba de una enfermedad sexual transmisible, la cual era curable y podía ocultarlo; pero con el Sida no hay vuelta atrás, uno se muere, se muere», afirma Damaris Agola.

 

Muchos residentes aseguran que el «sexo por pescado» sigue siendo una práctica corriente, a pesar del Sida y los esfuerzos por erradicarla, especialmente en muchas mujeres de otras ciudades o regiones afectadas por las grandes sequías.