Hace 20 años, los primeros cultivos genéticamente modificados fueron plantados en Estados Unidos, de la mano de promesas de éxito sobre esta nueva tecnología. Dos décadas después, los transgénicos no han logrado combatir el hambre, ni incrementado las ganancias para los agricultores y no existe evidencia científica concluyente que asegure que son inocuos para el […]
Hace 20 años, los primeros cultivos genéticamente modificados fueron plantados en Estados Unidos, de la mano de promesas de éxito sobre esta nueva tecnología. Dos décadas después, los transgénicos no han logrado combatir el hambre, ni incrementado las ganancias para los agricultores y no existe evidencia científica concluyente que asegure que son inocuos para el ser humano. Al contrario, han demostrado ser grandes amenazas para la biodiversidad y la salud de las personas por el uso desmedido de agrotóxicos que requieren.
Aquí te presentamos 7 mitos acerca de los cultivos transgénicos y la verdad detrás de ellos:
Mito 1.- Los cultivos transgénicos pueden alimentar al mundo.
Realidad.- No hay cultivos transgénicos, o también llamados organismos genéticamente modificados (OGM), diseñados para generar altos rendimientos. La ingeniería genética está mal adaptada para resolver los problemas que causan el hambre y la malnutrición. Refuerzan el modelo de agricultura industrial que ha fallado en alimentar al mundo hasta ahora.
Mito 2.- Los cultivos transgénicos son la clave para la resiliencia climática.
Realidad.- La ingeniería genética es menos viable que el mejoramiento convencional de semillas, en el desarrollo de variedades de plantas que pueden ayudar a la agricultura a hacer frente al cambio climático. La resiliencia climática depende en gran medida de las prácticas agrícolas que promueven la diversidad y el cuidado de la tierra, no de la simplificación de los sistemas agrícolas, para los cuales están diseñadas estas semillas modificadas.
Mito 3.- Los cultivos genéticamente modificados son seguros para las personas y el medio ambiente.
Realidad.- No existen o son inadecuados los programas de monitoreo medioambientales y de salud, de largo plazo. Los investigadores independientes se quejan de que se les niega el acceso al material de investigación.
Mito 4.- Los cultivos genéticamente modificados facilitan la protección de los cultivos.
Realidad.- En respuesta a la afirmación de que los cultivos transgénicos son resistentes a herbicidas y a insectos, después de varios años surgieron problemas con las hierbas resistentes a herbicidas y las súper plagas, ante ello ha sido necesario aplicar plaguicidas adicionales.
Mito 5.- Los cultivos transgénicos son económicamente viables para los agricultores.
Realidad.- En los últimos 20 años, los precios de las semillas genéticamente modificadas – protegidos con patentes- se han disparado al alza. La aparición de semillas resistentes a herbicidas y súper plagas aumenta los costos para los agricultores, reduciendo sus ganancias económicas.
Mito 6.- Los cultivos genéticamente modificados pueden coexistir con otros sistemas agrícolas.
Realidad.- Los cultivos genéticamente modificados contaminan a los cultivos no modificados. Casi 400 incidentes de contaminación por estas semillas modificadas han sido registrados a nivel mundial. Mantener cultivos convencionales sin transgenes impone costos adicionales considerables, y a veces imposibles de pagar por los agricultores.
Mito 7.- La ingeniería genética es el camino más prometedor hacia la innovación en los sistemas alimentarios.
Realidad.- Los métodos avanzados de mejoramiento de cultivos no modificados genéticamente están dando los resultados que se prometieron con los cultivos transgénicos, incluyendo la resistencia a enfermedades, inundaciones y sequías. Los cultivos genéticamente modificados no solamente son un tipo de innovación ineficaz sino que también restringen la capacidad de innovación, debido a la propiedad intelectual y los derechos que posee un puñado de grandes corporaciones transnacionales.?
Si quieres saber más, consulta nuestro informe 20 años de fracaso: Por qué los cultivos transgénicos han fallado en cumplir sus promesas.
Ecoportal.net/Greenpeace