«Como casi todos los ingenuos de la época, defendí las posiciones de mi partido hasta que Carrillo abandonó el barco. Deduje que se avecinaba una hecatombe y así fue. Yo no conocía a fondo el texto de la Constitución, pero cuando di lectura a varias normas, sentí que algo se me rompía dentro.»
Carlos Tena (Madrid, 1943) es periodista y crítico musical. Además de ser productor musical y columnista en medios digitales, ha trabajado para radio, televisión y prensa durante más de 35 años.
Déjame que nos situemos unas décadas atrás. Si no ando errado, empezaste a trabajar de joven en la radio. ¿Qué habías estudiado? ¿Periodismo, historia? ¿Por qué la radio? ¿Qué te atraía del medio?
Bueno, son cuatro preguntas en una sola, así que seré breve. La medicina era mi destino, siguiendo la profesión de mi padre, que murió a los 50 años, dejando una viuda con 13 hijos, de los que yo era el segundo, así que abandoné a Esculapio, entrando casi por casualidad en la radio. Había hecho teatro, me matriculé en la escuela de cine, al tiempo que hacía un curso de vuelo sin motor para hacer la mili en Madrid, e intentar un poco de dinero y ayudar a mi madre a sostener la familia. Estudié periodismo en la vieja escuela, aunque como te digo yo era un apasionado de los escenarios del cine, la música; en la Universidad ya había participado como actor en «La Vida es sueño» (Calderón de la Barca), en «Doce Hombres sin Piedad» (Reginald Rose) y en «Escuadra hacia la muerte» (Alfonso Sastre). Pero la radio era mi pasión desde muy niño, cuando con 4 años estrellé un aparato contra el suelo para romperlo, convencido de que dentro había un enano que hablaba. El periodismo radiofónico complementaba el escrito, lo enriquecía, aunque la temática en la que me especialicé fuera la música, con todas las connotaciones políticas que tenía en aquellos años sesenta.
Calderón, Sastre, Rose… no está nada mal. Con todas las connotaciones políticas que tenía la radio, señalas, en aquellos años sesenta. ¿A qué te quieres referir?
Pues que, a pesar de haber estudiado en un colegio de curas, recuerdo que las charlas con mi profesor de Filosofía (en el Preu), que con el descubrimiento de Radio España Independiente, me ayudaron a sentir que todo lo que me rodeaba era una mentira cubierta de sangre y miseria. Comencé a ser un rojo solitario, hasta que entré en contacto, en la universidad (y en el café Gijón) con parte de la izquierda intelectual: poetas, pintores, actrices, actores, realizadores, escritores, etc. Fue una etapa crucial en mi vida, de la que saqué un gran fruto. Una experiencia única que marcó un futuro repleto de emociones y sorpresas.
Fuiste, luego un reconocido y seguido crítico musical, lo sigues siendo ahora. Te pregunto sobre este ámbito. ¿Qué grupos de la historia del rock en España te parecen de mayor interés?
Supongo que algunos de los miembros de los grupos que no cite van a cabrearse conmigo, pero me lanzo sin miedo a la piscina. Hubo conjuntos que me parecían bienintencionados, pero malos a la hora de interpretar, y otros que eran bastante sólidos en escena, con letras bastante deficientes, así que resumiré mi elección en varios, yendo de atrás hacia adelante: Salvajes, Máquina, Pan y Regaliz, Canarios, CRAG (Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán), Smash, Triana, Compañía Eléctrica Dharma, Música Dispersa (aunque no era un grupo en sí mismo), Barón Rojo, Paraíso, Burning, Siniestro Total, Golpes Bajos, Aviador Dro, Las Chinas, La Mode, Derribos Arias, Kortatu, Doctor Deseo, Itoiz, Gabinete Caligari, Barricada, Taburiente, Las Vulpess, Radio Futura, TNT, Platero y tú, Reincidentes, Celtas Cortos, Ska-P, Violadores del Verso, Anónimos, Grande-Marlaska, El Niño Gusano, Nacho Umbert y la Compañía, Ojos de Brujo, uffff… no puedo seguir. Desde el 2003 hasta finales de 2009 estuve en Cuba y me dediqué a limpiar mi cabeza de tanto pop y tanto rock. Cuando regresé, me ponía al día con un programa de la 2ª Cadena que creía había desaparecido. Menos mal que ya hay un segundo ciclo. Se llama Mapa Sonoro.
Luego te pregunto sobre «Mapa sonoro». Y si hablamos en términos internacionales, ¿qué preferencias tienes?
Otro compromiso que me llevará a olvidar nombres clave. A medida que memorizas y disfrutas más de la música, vas siendo más exigente, menos receptivo a las novedades, que en la mayor parte de las ocasiones no lo son. Lo malo de haber crecido tanto (ya he cumplido 67 y soy melómano desde niño) es que ese alemán llamado Alzheimer, me visita de vez en cuando, estrechando la bolsa de la memoria. Trataré de ser menos prolijo que antes, aunque son incontables. No soy de los que eligen tres o cuatro. Escuchaba en perfecta armonía a los Platters, Flamingos, Beatles, Rolling, Kinks, Who, Animals, Clash, Ramones, Grateful Dead, Police, Pink Floyd, Doors, REM, Roxy Music, Country Joe, Allman Brothers, Tuxedo Moon, Residents, Rage Against the Machine, Coldplay… y de ahora mismo, no te puedo decir nada, pero por favor…¡¡no me preguntes por solistas y orquestas que tenemos que dividir la entrevista en diez capítulos!!
No te pregunto sobre solistas y orquestas. ¿Tienes alguna opinión formada sobre la canción de autor en España? ¿Algún autor que crees que ha destacado especialmente?
Aquí sí que voy a ser breve. Baste con decirte que en casa suelo escuchar a Chico Sánchez Ferlosio (lo poco que se editó), Paco Ibáñez, el inolvidable Hilario Camacho, Lluís Llach, Adolfo Celdrán, Benito Lertxundi (un compositor, letrista e intérprete básico), Fernando Márquez «El Zurdo» en todo lo que haga, Germán Coppini (en toda su producción propia y de colaboración), Luis Pastor, Javier Krahe, Manu Chao, Señor Chinarro, Amparanoia (hoy, Amparo Sánchez), Miqui Puig, Albert Plá, Aute, Vainica Doble…
¿Por qué crees que Benito Lertxundi es un compositor, letrista e intérprete básico? Fue poco oído fuera de Euzkadi y un poco en Catalunya. Yo mismo le he escuchado menos de lo que hubiera debido.
Benito fue para mí un descubrimiento, como lo había sido Mikel Laboa. Aunque no tiene una voz peculiar, sus graves, su perfecta dicción, la musicalidad que imprime a sus poemas, la profundidad de su mensaje, la belleza de las composiciones y los arreglos, sobre todo el ambiente que logra en cada canción, resultan sorprendentes. Creo que es uno de los autores y músicos más sólidos de los últimos 50 años.
En cuanto a Celdrán. Se escuchó durante unos pocos años, musicó y cantó como pocos a Brecht y luego ya apenas se supo.
Adolfo es uno de mejores conocedores de Miguel Hernández, uno de esos autores que supieron imprimir un sello personalísimo a poemas complicados de musicalizar; dueño de un timbre muy peculiar, que afina divinamente, con una voz espesa, pastosa, recia pero tierna a la vez, que encontró melodías exactas para versos difíciles, sin olvidar algo que muchos otros colegas dejaban en el cajón: la ironía, el sentido del humor, el sarcasmo; algo que Paco Ibáñez, o Pi de la Serra, Krahe y Plá, tuvieron siempre presente.
Te pregunto sobre uno en concreto, L. E Aute, que no es sólo un cantautor desde luego. ¿No ha hecho, cuanto menos, uno o dos puñados de muy buenas canciones?
Sin duda. Es curioso porque Luis jamás ha compuesto pensando en si una letra o una música iban o no a ser populares. Es un creador único. Inclasificable. Resulta complicadísimo elegir canciones concretas, porque tiene obras a la altura de Silvio Rodríguez, de Tom Waitts, de Leonard Cohen. Me atrevo a citar tres delicias llamadas «La Belleza», «Siento que te estoy perdiendo» y «Al Alba»
No tienes mal gusto desde luego. ¿Tienes alguna preferencia entre los jóvenes creadores? Danos algún nombre.
Permíteme que evada la cuestión, no por temor a mojarme, sino por ignorancia absoluta. Como te dije, tras muchos años ausente, en Cuba, no conozco la actualidad en cuanto a esos jóvenes, que de seguro existen. Déjame que te cite sólo dos ejemplos que conozco superficialmente, pero que me parecen dos revelaciones diferentes: Antonio Luque (Señor Chinarro, se llama su grupo) y Emilio José (no es cachondeo, no me refiero al de hace 40 años), un chaval gallego de lo más interesante.
Cambio de tema. ¿Militaste en el PCE durante el franquismo? ¿Cuáles eran tus actividades si fue el caso?
¡Ay, la militancia¡… Me costó bastantes multas y sanciones en la RTVE, aunque eso ya no tiene importancia. Me agradó mucho entrevistar a Santiago Carrillo, en plena clandestinidad, junto a mi colega Vicente Botín, una tarde de esas en que uno se cree poco menos que un agente especial. Acudía a las reuniones clandestinas de las células en las que trabajaba, recibíamos comunicados desde la dirección, organizando cómo molestar al régimen desde el micrófono, viajando a la Fête de L’ Humanité en París, a la de la Unitá en Milán… Recuerdo cuando en Radio Nacional, tras haber visto la noche anterior al Nobel Alexandre Solzhenitsin, entrevistado en la TV bajo unas luces cenitales y en ambiente tétrico, dediqué mi programa a los Payasos de la Tele: Gabi, Fotó, Fofito y Solzhenitsin, lo que me costó un mes de empleo y sueldo, amenazas en El Alcázar, ABC; en fin, una anécdota con sabor netamente español. En las primeras elecciones municipales representé al PCE en el spot publicitario dela TVE, con lo que logré que las advertencias y avisos de «Te vamos a matar», llegaran a mi puerta cada día. Fueron años duros, mucho más que la lucha en la dictadura. Para resumir, yo pertenecía al grupo de Arte y Cultura del PCE, para el que presenté actos, tertulias, coloquios, la fiesta anual muchos años. Como para el sindicato CCOO. Y nunca me arrepentiré de ello. Sigo siendo comunista, pero sin partido.
Vino luego la transición, hablabas ya de ella. ¿Qué te parecieron, qué te parecen las posiciones que mantuvo el PCE en esa época? ¿No se podía hacer otra cosa? ¿Había que aceptar la rojigualda y la Monarquía?
Como casi todos los ingenuos de la época, defendí las posiciones de mi partido hasta que Carrillo abandonó el barco. Deduje que se avecinaba una hecatombe y así fue. Yo no conocía a fondo el texto de la Constitución, pero cuando di lectura a varias normas, sentí que algo se me rompía dentro. Desde 1987, menos politizado, continué ofreciendo mis servicios profesionales a las organizaciones de izquierda y a CC.OO.
En Madrid, aunque no sólo, irrumpió en aquellos años la movida. ¿Tienes alguna opinión sobre aquella, digamos, experiencia cultural?
Creo que en aquella etapa se produjo un espasmo social y cultural innegable, del que surgió algo tan fresco y sano como la colaboración espontánea y entusiasta, por vez primera en la historia reciente, de músicos, poetas, diseñadores, fotógrafos, modistas, cineastas, dibujantes, guionistas, filósofos, sociólogos, en torno al fenómeno más lógico tras una etapa negra larga y aburrida. Defiendo la llamada movida con todas las consecuencias. Pero además, fueron tiempos, como decían El Zurdo y Coppini, «asesinos» y «malos para la lírica».
¿Te gusta el cine de Almodóvar?
No me duelen prendas a la hora de decir que las únicas películas de Almodóvar que he soportado fueron «Entre Tinieblas» y «Matador». Del resto, o no me interesaron o me salía a la mitad del filme. Pero no me sucede solo con el cine de Pedro, al que respeto por haber sido el detonante de un cine hispano «diferente», sino con otros muchos realizadores españoles y extranjeros. En general, el cine patrio, salvo raras excepciones, me parece falso, inútil, pretencioso, cobarde y mediocre, algo que Santiago Segura utiliza voluntariamente en sus películas-caspa, que hace de su cine la cima de un barroquismo seudo-cómico-patético, siendo él un magnífico realizador, que podría darnos otro tipo de obras… si le diera la real gana. No he visto, ni me interesa, la saga Torrente. Cuando me aburro, me salgo del local y me voy a la tasca más próxima a tomar un vino; pero permíteme que diga, que la mejor película del cine español de todos los tiempos es «El mundo sigue», de Fernando Fernán Gómez, basada en la novela de Zunzunegui. Una obra que soporta el paso del tiempo, tan actual como el tango Cambalache.
¿Mejor que Buñuel, mejor que Erice? ¿Te interesa el cine de Iciar Bollaín?
¡Hombre¡… he dicho que para mí esa es una película antológica, no que Fernando fuera el mejor director de todos los tiempos. Buñuel es un director universal, aunque los guiños de lo «español» más torpe emergieran en casi todas sus obras, como crítica sarcástica del régimen. Sería tópico citar títulos. Mi respeto por Víctor Erice es tanto, que defiendo con uñas y dientes obras tan difíciles como El Sol del Membrillo. Claro que debo decir que admiro a Antonio López tanto como a Eduardo Viola, pintores que no tienen nada en común. En cuanto a Bollaín, creo que es una buena actriz, una realizadora eficaz y original («Te doy mis ojos» me gustó bastante), pero su más reciente filme, al que recrimino un evidente tufo a plagio (me remito a un artículo que escribí en Rebelión*), resulta un producto políticamente oportuno, bien construido, narrado, pero no me podré jamás quitar de la cabeza el espléndido cine de Jorge Sanjinés y la lección cinematográfica que supone «Para recibir el canto de los pájaros».
Vinieron luego el 23-F y la OTAN. De lo primero: ¿se ha contado toda la verdad sobre lo sucedido, como han apuntado recientemente la primera y tercera autoridad del Estado borbónico? Si no es así en tu opinión, cuéntanos tu conjetura.
Hay un libro fundamental para entender la pre-transición y la traición de la entrada en la OTAN. Se titula La CIA en España, de Alfredo Grimaldos, que tuve el honor de presentar en la Feria del Libro de La Habana en 2008. Ahí aparecen cientos de datos, que millones de españoles desconocen, en torno a los temas que has citado. Ningún director de cine español ha osado entrar en el tema.
Calvo Sotelo nos metió en la OTAN y el PSOE corroboró años más tarde la decisión. ¿Cómo logró el aparato felipista-guerrista convencer y engañar a tantos durante tanto tiempo?
Recuerdo que cuando tuvo lugar aquel acto en la ciudad Universitaria, llamado «OTAN, de entrada NO», que mira por dónde presentaba un servidor…
Claro, claro, no me acordaba, ¡qué memoria la mía! Prosigue, prosigue.
Disculpado estás, amigo Salvador. Decía, que antes de introducir a Felipe González me vino a hablar muy nervioso un colega, Eduardo Sotillos (que había sido franquista hasta el 77) para preguntarme cómo iba a presentar al señor Isidoro. Le contesté que de la siguiente manera: «Aquí llega el próximo inquilino de la Moncloa». Palideció, rogándome que no lo hiciera así, que era más oportuno señalar algo referente a «un político no nos meterá en la trampa de la OTAN». Fui tan estúpido que asentí. Y mira lo que ha pasado. Claro que, las pocas veces en las que coincidido de nuevo con él, huye como alma que lleva el diablo. En aquellos tiempos de ilusión colectiva creíamos en la honradez. Era necesario creer, tener fe. Para algo habíamos combatido tantos años.
Tras el referéndum pro-otánico, irrumpió Izquierda Unida. ¿Qué balance haces de esta experiencia que ha durado más de un cuarto de siglo?
Nunca creí en IU; así se lo dije a uno de los políticos más honestos que he conocido en toda mi vida: Julio Anguita. Le admiro, le tengo un afecto enorme, y lamenté siempre los sustos que pasó, por tener ese corazón tan grande. La experiencia de 25 años de IU se resume en fracaso absoluto, ineficacia máxima y buenas palabras. Al PSOE le encanta tener esa IU sometida, para que le sirva de despensa, donde se esconden presuntos izquierdistas como Luis García Montero o Pilar Bardem. Cuando recuerdo a la Rosa Aguilar de 1990, más me convenzo de ello. Claro que hay excepciones gloriosas, como la de Juan Manuel Sánchez Gordillo, una persona ejemplar, un alcalde en el que deberían mirarse todos los munícipes de Europa. O el alcalde de El Borge (en la Axarquía malagueña).
Si me permites la broma, las excepciones no suelen confirmar sino falsear las reglas, pero ¿por qué hablas de presuntos izquierdistas o de presuntos ciudadanos de izquierda para hablar de García Montero y Pilar Bardem?
Uf… Desde mis 67 años he asistido a naufragios ideológicos, lógicos por el dinero que suponía abandonar un barco que, a pesar de los agujeros, sigue navegando. Me da cierta tristeza ver la larga lista de renuncias habidas en los últimos 25 años, que el PSOE se ocupó de abonar desde su cuenta corriente. Los citados son un pequeño ejemplo, la punta del iceberg de un colectivo que se resume hoy en el colectivo «Solidarios con Garzón». Tienen nombre de agrupación cómica, como Los Morancos. Los hechos les delatan. Son de aquellos que, al no vivir como pensaban, han terminado pensando como viven.
Hubo de todo o de casi todo en los primeros gobiernos del PSOE: terrorismo de Estado, reconversiones industriales, innumerables corrupciones, gozosa aceptación del capitalismo, valores anti- socialistas agitados con cara y desparpajo desde instancias del poder político. Largo etcétera. ¿Qué paso?, ¿cómo pudo el partido de Negrín y Álvarez del Vayo transformarse de este modo en tan poco tiempo?
Regreso al libro de Grimaldos, en el que se desvelan las estrategias montadas en Washington, después de la II Guerra Mundial, para desmantelar en Europa a los partidos comunistas y al verdadero socialismo de aquellos honestos políticos, para convertirlo en una suerte de socialdemocracia controlada por USA, a guisa del laborismo británico. El asesinato de Olof Palme no fue obra de un loco anónimo, ni una casualidad funesta, sino un atentado perfecto surgido de las cloacas de la CIA para quitarse de en medio a un socialista consecuente, por tanto peligroso para los intereses de la Casa Blanca. Felipe Isidoro González, como Javier Solana, aprendieron la forma, lenta pero segura, de descafeinar al PSOE, que no es hoy sino un mal remedo de la democracia cristiana. Entre el PP y el PSOE existen las mismas diferencias que entre José Barrionuevo y Rodríguez Galindo. Controlando los medios públicos y privados, es relativamente sencillo, tras la pantomima del 23-F, confundir a un país entero. Me divierto mucho cuando me hablan de la democracia española; es como si me pusieran como ejemplo de santidad al papa actual. La impostura que reina hoy en el mundo rebasa todo lo imaginable. Tiempos difíciles aquellos en los que hay que explicar lo obvio. Fidel Castro, que es un genio político, decía: A los pueblos muchas veces les hablan de democracia los mismos que se la están negando en su propio suelo; a los pueblos les hablan de democracia los mismos que la escarnecen, los mismos que se la niegan y los pueblos no ven más que contradicciones por todas partes. Como decía mi abuelo: verdades impepinables.
Si España, si el Reino borbónico español no es una democracia, ¿qué es entonces en tu opinión?
Este es un régimen neo franquista-monárquico, dotado de una constitución que contiene artículos vergonzosos (todos los que atañen a la Corona), al lado de otros bienintencionados que no se cumplen, remedo zafio de las cartas magnas de otras naciones, cuyo contenido debía haber sido revisado tras el 23-F. Lo más siniestro es que la ciudadanía cree que depositando una papeleta cada 4 años, ya son demócratas. El poder del pueblo (significado de tan violentada palabra) se cumple cuando éste es participativo, como en Cuba, y no representativo. Los partidos políticos, estructurados como familias mafiosas, en la mejor línea Corleone, han quedado atrás. En Europa, ya no sirven excepto para justificar la estafa, el robo, el terrorismo de estado, la pobreza, la manipulación de los medios, la injusticia, en suma. La sociedad debe despertar, tomar la iniciativa; lo malo es que se ha adormecido.
No recuerdo exactamente en qué año te fuiste a vivir a Cuba. Te pregunto sobre ello a continuación. ¿Te parece?
Me parece
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