La política del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hacia Cuba solo mejorará si se ejerce una fuerte presión internacional para ello, aseguró Françoise Escarpit, periodista especializada en Latinoamérica, en declaraciones a Prensa Latina.
Escarpit, corresponsal de América Latina para el diario L’Humanité durante 15 años, parte de los cuales radicó en La Habana y México, consideró que “Biden es un político tradicional, cuya idea es volver a dominar el mundo y en ese esquema Cuba no es una prioridad”.
En relación con los anteriores presidentes norteamericanos señaló que “el problema fue que Barack Obama dejó el trabajo sin hacer, hubiera podido hacer más, y por eso le fue muy fácil a Donald Trump agravar las condiciones económicas del bloqueo contra Cuba y poner, en el último momento, a Cuba en la lista de los países terroristas”.
“Biden hubiera podido hacer un gesto y sacar a Cuba de la lista, pues cuenta con una mayoría en el Congreso y en el Senado estadounidense, y podría hacerlo con el poder presidencial de un día para otro”, añadió, sin embargo “no se puede esperar nada de él, los objetivos del imperialismo siguen siendo prioritarios”.
La periodista, que forma parte de la asociación de solidaridad Francia América Latina, señaló que “si no hay una presión internacional de otros países yo no creo que pase nada, haría falta una fuerte campaña para que el gobierno francés tome posición y trate de influir a Biden o en la ONU, pero parece que no le importa a nadie”.
A ese respecto recordó “la votación histórica contra el bloqueo en la Asamblea General de la ONU durante el mandato de Obama, cuando EE.UU. se abstuvo, algo que no hará Biden”, consideró, pues en su opinión el nuevo presidente “va a retomar de una manera más tranquila, menos agresiva, la política tradicional imperialista de EE.UU.”
“No creo que se pueda esperar nada de Washington”, aseveró, y recordó que “cuando Biden tomó posesión de su cargo el presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel hizo un ofrecimiento para construir un punto de encuentro, establecer un diálogo, y que yo sepa no ha tenido respuesta”, dijo.
Entre los temas a resolver se encuentran las cuestiones migratorias, pues mientras La Habana reclama una migración legal, ordenada y segura, Washington sigue negando los visados que evitarían las tragedias en el mar, como la ocurrida hace pocos días.
Otra de las cuestiones señalada por Escarpit, motivo de preocupación, fue el de la futura comercialización de las vacunas cubanas contra el Covid-19 con el bloqueo vigente y la desinformación que llevan a cabo los medios franceses en este terreno.
Recordó que “a pesar del avanzado nivel de los programas de biomedicina que tiene la isla, los medios en Francia comenzaron a hablar de la vacuna cubana con cierta burla, a pesar de lo cual la opinión pública ya comienza a saber la verdad de este programa y su verdadero potencial”.
“Pasa igual con las brigadas médicas, se distorsiona la realidad diciendo que es una explotación del personal sanitario por parte del gobierno cubano, pero ocultan que existe una Escuela Internacional de Medicina (ELAM) en La Habana, que forma como médicos a miles de jóvenes de países latinoamericanos y del tercer mundo”, señaló.
“¿Cómo explicar que a pesar de las dificultades que hay en Cuba exista esa firme voluntad de formar médicos y de desarrollar la investigación biotecnológica en este terreno?”, se preguntó, agregando que también “habrá un circuito de distribución solidaria de esa vacuna contra el Covid-19 para los países que no tienen acceso a ella. Todo eso es Cuba”, enfatizó.