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Sobre el compromiso Danone

Fuentes: Galicia Hoxe

Como viene siendo habitual durante estas fiestas navideñas han emergido las campañas solidarias. Entre todas, la de un yogur una semilla da mucho que reflexionar. Defiendo la implicación empresarial con causas justas, desde luego, pero hay dos premisas que deberían respetarse. Los esfuerzos económicos que hacen deben de estar en consonancia con lo que económicamente […]

Como viene siendo habitual durante estas fiestas navideñas han emergido las campañas solidarias. Entre todas, la de un yogur una semilla da mucho que reflexionar. Defiendo la implicación empresarial con causas justas, desde luego, pero hay dos premisas que deberían respetarse. Los esfuerzos económicos que hacen deben de estar en consonancia con lo que económicamente son esas empresas. En este caso después de unos cálculos los redactores del informe «El Compromiso Danone», Mónica Vargas y Vicent Boix, llegan a conclusiones sorprendentes. ¿Saben ustedes cuanto tarda la multinacional en ganar el dinero necesario para financiar su colaboración en semillas y proyectos? Pues miren, sin mucho margen de error y sólo contando el beneficio de los yogures que vende en España unas ¡14 horas! En fin, teniendo en cuenta que se venden natillas y yogures todos los días del año y a todas horas, no me parece una colaboración digna de elogiar. Aunque a ellos por supuesto y lógicamente invierten, entonces sí, cifras mucho más grandes para dar publicidad a la iniciativa.

Por otro lado muchas de estas corporaciones en su propia labor pueden optar por ganar dinero generando desarrollo a su alrededor o lo contrario. Danone, líder mundial en lácteos y agua embotellada, está presente en muchos países empobrecidos. En su estrategia empresarial, sin dejar de ganar dinero, podría optar por modelos que favorecieran el desarrollo local (eso si que sería solidario), por ejemplo comprando la leche a los pequeños productores existentes, que como sabemos es la mejor manera de impulsar las economías rurales. Pero sus ansias de beneficios le orientan a comprar la leche necesaria para sus transformados a las grandes lecherías. Como ha sucedido en nuestro país, esa es la mejor manera de acabar con la agricultura y ganadería a pequeña escala. Y si las grandes lecherías no existen, pues entonces las pone en marcha la misma multinacional cerrando el círculo económico, con ella al principio y al final. La mayor ganadería del mundo es de Danone, está en Arabia Saudi y cuenta con 35 mil vacas. En fila india son 70 kilómetros de vacas alimentadas exclusivamente a base de piensos. Un modelo ganadero industrializado que depende de la soja robada a tierras cultivables argentinas, paraguayas o brasileñas. Tolón, tolón. Están tan mustias las vacas de Danone, que en ve de dar leche, solo dan miserias.