Me había hecho el propósito de no entrar en los dimes y diretes electorales porque lo que se dice ahora será olvidado desde el lunes. Ni siquiera había comentado los dos «debates» televisivos, ¿para qué? Pero ante las declaraciones de Teresa Rodríguez, a tres días de las elecciones, en un diario de tan amplia difusión […]
Me había hecho el propósito de no entrar en los dimes y diretes electorales porque lo que se dice ahora será olvidado desde el lunes. Ni siquiera había comentado los dos «debates» televisivos, ¿para qué? Pero ante las declaraciones de Teresa Rodríguez, a tres días de las elecciones, en un diario de tan amplia difusión como El País, creo una obligación, no ya política sino ética, compartir algunas reflexiones que, desde ya, supongo que algun@s calificarán de inoportunas (como poco).
Teresa, y supongo que también Maíllo (porque este conoce mejor a «nuestra» presidenta ya que tuvo cargo político en la Junta varios años) habla de «susanismo». La insistencia en el uso de este término refleja que no se trata de una simple ocurrencia sino que se pretende elevarlo a concepto o, al menos, a categoría. El «susanismo» sería una degeneración o enfermedad del PSOE, por tanto solucionable eliminando políticamente a Susana Díaz u obligándola a rectificar. En palabras de la líder andaluza de Podemos:
«El susanismo es un PSOE profesionalizado, urbanita, que confunde sistémica y sistemáticamente las barreras entre el Gobierno, el partido y la Administración.» Y yo -reconozco que con falsa ingenuidad-, pregunto: ¿es que existe o puede existir otro PSOE? ¿Es que el partido planificado principalmente por Alfonso Guerra, con el modelo del PRI mexicano para Andalucía, puede tener otro carácter? ¿Cree alguien posible una refundación del partido en una época en que han desaparecido o están muy debilitados donde todavía existen los partidos que se definían tradicionalmente como socialdemócratas? Pienso que es muy preocupante que se haga la distinción entre «susanismo» y PSOE.
Teresa cae en la ingenuidad (quisiera creer que se trata de ingenuidad) cuando señala que «el acuerdo [con el PSOE] solo puede producirse en la convergencia de las propuestas y de los programas…» Está señalando la posibilidad de un acuerdo con el PSOE, ya no lo niega, como hacía hasta ahora, pero ¿se cree de verdad que con el PSOE es posible converger en propuestas y programas? ¿Considera que el PSOE no es, desde la Transición misma (no desde que gobierna aquí Susana Díaz) un partido dinástico, neoliberal, otanista, comprometido hasta las trancas en la defensa del Sistema de dominación capitalista y responsable de la triple dependencia de Andalucía: económica, política y cultural? ¿Por qué habla de susanismo cuando hay que hablar de psoísmo? ¿Es que realmente hay dos PSOE? ¿Se cree alguien esto?
Me gustaría equivocarme. pero todo apunta a que puede estar preparándose el terreno para un pacto, no sé si por encima o por debajo de la mesa, con el PSOE «no susanista» con la coartada de «detener a la derecha», como si el PSOE -al menos desde el final de la dictadura- hubiera sido alguna vez de izquierda y con la coartada también de «conseguir mejoras para la gente». Si esto llegara a suceder, la estrategia sería la misma de IU en tiempos de Valderas (no del «valderismo») o, más recientemente, la de Ciudadanos hace tres años y medio, cuando apoyó al PSOE porque este aceptó varias de las propuestas que llevaba en su programa. En uno y otro caso, fueron muletas del PSOE, contribuyendo a perpetuar su hegemonía. Ya sé que esa no es la intención de la mayoría de quienes apoyan activamente a «Adelante Andalucía» ni de los que van a votar a la coalición. ¿Pero no tienen nada que decir o que pensar unos y otros, ante declaraciones como las de Teresa Rodríguez, a tres días de las elecciones, que aquí comento? Que cada quién piense con su propio cerebro y luego vote (o no vote) según crea más conveniente. Pero sin autoengañarse.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.