La polémica sobre los sueldos de nuestros políticos ha vuelto a saltar a la palestra hace pocos días, a raíz de unas declaraciones de algunos dirigentes de CIU, concretamente del Alcalde de Barcelona, Xavier Trías, y del Presidente de Uniò Democrática de Catalunya, Josep Antoni Duran i Lleida. Según ellos, y simplificando el mensaje, nuestros […]
La polémica sobre los sueldos de nuestros políticos ha vuelto a saltar a la palestra hace pocos días, a raíz de unas declaraciones de algunos dirigentes de CIU, concretamente del Alcalde de Barcelona, Xavier Trías, y del Presidente de Uniò Democrática de Catalunya, Josep Antoni Duran i Lleida. Según ellos, y simplificando el mensaje, nuestros políticos en general, y los altos cargos en particular, están muy mal pagados. Y todo esto, además, se ha visto colateralmente tratado también a raíz de la publicación de las últimas declaraciones de renta y patrimonio del Presidente del Gobierno, a raíz del estallido del llamado Caso Bárcenas, y de la publicación y comparativa con los sueldos de algunos otros Presidentes extranjeros.
Los datos pueden consultarse en la web de Moncloa, y los relativos a nuestros Diputados y Senadores en la propia web del Congreso. Los datos pueden además extrapolarse a la media de sueldos de los altos cargos a nivel nacional, autonómico y local, sobre lo cual a continuación daremos algunos datos interesantes. Bien, por poner un poco de orden, comenzaremos por los Presidentes de Gobierno. En España contrastan los 74.000 euros de Mariano Rajoy, con los 168.000 (siempre aproximadamente) de David Cameron, los 178.000 euros de François Hollande, los 247.000 de Angela Merkel (la líder europea mejor pagada), o los 295.000 de Barack Obama. Pero más allá de esto, y mirando sólo a nivel nacional, nos encontramos con una gran disparidad, en el sentido no sólo de no estar dichos sueldos regulados oficialmente, sino en que tenemos Presidentes de Comunidades Autónomas y Alcaldes de grandes ciudades que cobran mucho más que el Presidente del Gobierno. La norma general es que los mayores sueldos se dan en Cataluña (¿nos sorprende esto?).
De ahí que la reciente polémica por algunas declaraciones de dirigentes catalanes de CIU haya abierto una nueva brecha en este sentido. El Alcalde de Barcelona cobra 110.000 euros anuales, y para él, lo que cobra Rajoy poco menos que es una miseria. En ese sentido ha abundado Duran i Lleida, diciendo que los sueldos de los Presidentes del Gobierno son muy bajos, aunque a continuación apostillaba que «es un debate que ahora mismo no aceptaría la sociedad española» (entiendo que en referencia a la mala situación económica por la que atravesamos). Concretamente, Duran i Lleida argumentaba que «una persona que con sus decisiones dirige el rumbo y los destinos de más de 47 millones de personas no puede cobrar eso«. Nos dejan bien claro desde estas formaciones políticas cómo entienden ellos la dedicación a esta tarea pública. Para empezar, habría que aclararles a los de CIU que un Presidente de Gobierno de cualquier país, en una auténtica democracia, no debería «dirigir los destinos» de su nación, sino que los destinos los dirigen los propios ciudadanos (democracia = gobierno del pueblo).
De dichos comentarios se deriva el concepto de democracia que poseen estos dirigentes conservadores catalanes. Pero incluso aunque así fuera, la dedicación a la política (aún siendo una profesión, en contra de lo que muchos quieren hacernos creer) no puede hacerse en función de la remuneración económica del cargo en cuestión. Ellos usan su palabra mágica: responsabilidad. Y en base a ella pretenden justificarlo todo. Están totalmente equivocados. Desde la izquierda pensamos que los políticos deben estar «dignamente» pagados, pero no altamente pagados. Y ello porque nosotros no creemos en las desigualdades, y por tanto no entendemos que, en base a esa supuesta «responsabilidad» (llevada tanto al ámbito público como al privado) puedan existir personas que cobren 20, 50 ó 100 veces más que un ciudadano/a medio. No hablemos ya del sector privado, donde se dan las desigualdades más brutales en este sentido. Por poner un ejemplo, los límites para los sueldos de directivos para entidades bancarias nacionalizadas se han situado en 300.000 euros anuales (salen a unos 25.000 euros mensuales), mientras que a los desempleados se les da una limosna de 400 euros mensuales. Un país con este margen de desigualdad social es un país insostenible.
Pero volviendo a los políticos, nosotros pensamos que hay que establecer una normalización para todos los cargos públicos. No entendemos que el Alcalde de Santa Coloma de Gramenet tenga que cobrar más (o menos) que el Alcalde de Mijas, por ejemplo. Como tampoco entendemos que el Presidente de Castilla-León tenga que cobrar más (o menos) que el Presidente de Canarias, siendo además todos ellos similares en carga de población. Por tanto, homologación de todos los sueldos de los cargos públicos. E igual que abogamos por un nivel digno en el Sueldo Mínimo Interprofesional (SMI) y en la pensión mínima (nosotros proponemos 1.000 euros en ambos casos), también abogamos por unos salarios máximos en las Administraciones Públicas. Ningún cargo debería cobrar más que el Presidente del Gobierno. Y ningún alto cargo público debería cobrar más del Sueldo Público Máximo (SPM), que bien podría estar situado alrededor de los 5.000 euros brutos mensuales (es decir, unos 70.000 euros brutos anuales). Bien, pues vamos a ver cómo está actualmente la situación.
Con respecto al ránking de sueldos de Presidentes Autonómicos, y según fuentes de las Leyes de Presupuestos, Prensa y PEF (2012-2014), tenemos una media de algo más de 76.000 euros anuales, con los topes máximos en Cataluña (con 122.000 euros) y mínimo en Cantabria (59.000 euros). Con respecto al ránking de sueldos de los Directores Generales Autonómicos, tenemos una media de 59.000 euros, desde los 74.000 euros de Directores Generales en Madrid y Cataluña, hasta los 49.000 euros de Directores Generales en Andalucía. En cuanto a los sueldos de los Consejeros de Comunidad Autónoma, el ránking nos sitúa entre el máximo de 92.000 euros de un Consejero catalán, y el mínimo de 56.000 euros de un Consejero cántabro, con una media nacional de unos 67.000 euros. Y por último y sobre los Alcaldes, tenemos también muchísima disparidad: los de más altos sueldos están en Barcelona (Xavier Trías, ya referido) con 110.000 euros, Madrid (Ana Botella) con 94.000 euros, Bilbao (Iñaki Azcuna, nombrado Mejor Alcalde del Mundo recientemente) con 92.000 euros, Zaragoza (Juan Alberto Belloch) con 92.000 euros, Valladolid (Francisco Javier León de la Riva) con 91.000 euros, Valencia (Rita Barberà) con 90.000 euros, etc., hasta llegar al los sueldos más bajos, como Hoyo de Manzanares, con 33.000 euros, Sestao (39.000 euros), San Fernando de Henares (42.000 euros), Coín (54.000 euros), etc.
Muchos de ellos en pequeñas localidades han renunciado a su sueldo de Alcalde o Alcaldesa, pero es porque continúan cobrando como diputado autonómico, y también se está dando el fenómeno contrario, sobre todo en algunos pueblos de Castilla-La Mancha, donde como el PP, partido gobernante y mayoritario en el Parlamento autonómico, les ha quitado sus sueldos de diputados, algunos han vuelto a rescatar su sueldo como Alcaldes de dichas localidades (por cierto, sueldos escandalosos en muchos casos). Como estamos poniendo de manifiesto, el tema de los sueldos de los políticos y cargos públicos necesita en este país una muy buena revisión, para acabar con el caos y el abuso dominante. Básicamente y resumiendo, necesitamos una homologación de sueldos públicos para todas las categorías de altos cargos, y unos topes máximos de retribución para todo cargo público, tomando como referencia máxima la retribución del Presidente del Gobierno.
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