El Jubileo Sur/Américas hace un llamado especial, en el Día Internacional de la Mujer, a la solidaridad con las mujeres haitianas, quienes están padeciendo una situación extrema de violencia física, psíquica y económica, producto de la Misión de Estabilización de la Onu. Según afirma, en los últimos dos años 189 soldados, policías y empleados civiles […]
El Jubileo Sur/Américas hace un llamado especial, en el Día Internacional de la Mujer, a la solidaridad con las mujeres haitianas, quienes están padeciendo una situación extrema de violencia física, psíquica y económica, producto de la Misión de Estabilización de la Onu. Según afirma, en los últimos dos años 189 soldados, policías y empleados civiles fueron sancionados por violación de los derechos de mujeres y niñas. Para el Jubileo es evidente que la misión de la Onu se ha convertido en un serio problema, sobre todo, para las mujeres. La tarea de reducir la violencia y garantizar la seguridad y los derechos humanos no se ha cumplido. Conforme señala la declaración del Jubileo, en los primeros 10 meses del año pasado, el 63 por ciento de las conductas reprochables de las tropas están relacionadas con agresiones sexuales. Entre ellas están los casos de una niña de 11 años, abusada por soldados frente al palacio presidencial y el varón menor de 14 años, violado en una base naval de la Onu. La economía es otro punto que resulta en la actual situación del país, uno de los países más pobres del continente. El 80 por ciento vive debajo de la línea de pobreza y cuatro millones de personas no tienen asegurado su alimento. Los continuos pagos de la deuda externa se han convertido en una verdadera sangría financiera. Durante 2005 se destinaron más de 80 millones de dólares para saldar intereses y servicios que le siguen cobrando puntualmente las IFIs y otros supuestos acreedores. Su ilegitimidad está más que probada, un 45 por ciento de la deuda reclamada hoy fue contraída durante la dictadura de la familia Duvalier. Las nefastas consecuencias de su pago recaen principalmente sobre las mujeres y sus hijos e hijas, quienes se ven privadas de derechos elementales. «Por eso exigimos la anulación total e incondicional de la deuda externa reclamada y que esos recursos sean destinados en beneficio de la salud, la educación y la vida del pueblo haitiano. Debemos acompañar las alternativas de justicia que permitan restituir y reparar lo saqueado a lo largo de estos años, demostrando que las mujeres son las principales acreedoras de una enorme deuda financiera, social, cultural y de equidad de género que se ha acumulado a lo largo de la historia de colonización patriarcal y que continúa acumulándose hoy como consecuencia de la explotación capitalista».