Confieso que el lema no es mío, es del llamado «exilio histórico», hoy exhausto por l a carencia de líderes capacitados, la falta de planificación y l a miopía política -o el cipayismo radical- dejando decidir al Gobierno norteamericano, con medio siglo denunciando y cobrando las decenas de millones de dólares del dinero de los […]
Confieso que el lema no es mío, es del llamado «exilio histórico», hoy exhausto por l a carencia de líderes capacitados, la falta de planificación y l a miopía política -o el cipayismo radical- dejando decidir al Gobierno norteamericano, con medio siglo denunciando y cobrando las decenas de millones de dólares del dinero de los contribuyentes destinados a alimentar la disidencia cubana y en realidad fuente de los 2,200 millonarios cubanoamericanos.
Vistiendo el manto de víctima por 50 años estos personajes con programas de radio, publicaciones y amplia red de negocios publicitarios -expandido a la Internet en los últimos años- han creado un medio de vida que hastió a las estructuras del Gobierno federal y en el último periodo fiscal de George W. Bush se interrumpió drásticamente el flujo de fondos.
Hoy en día no existe en Miami un liderazgo ni un enfoque más allá del enriquecimiento personal y el «muro de las lamentaciones» radial, lo cual -sintomáticamente- se extiende a las llamadas organizaciones de izquierda y programas radiales «alternativos», estratégicamente situados en Miami en emisoras de radio de tercera con alcance limitado, en la mayor comunidad cubanoamericana del país y a la prudente distancia de páginas Internet y desfiles de caravanas de autos.
La oportunidad de un paso de avance
El avance de las intenciones de la iglesia católica cubana, con una influencia minúscula en la sociedad cubana de 12 millones de habitantes, influenciada cada vez mas por cultos africanos y grupos protestantes financiados desde Estados Unidos, nunca ha representado una fuerza suficiente para servir de puente a las conversaciones entre los dos países.
Por lo tanto, el diseño previsto de la política del Departamento de Estado conlleva medidas «de impacto local» con el espectáculo de presos cubanos y sus familias -especialmente escogidos por su impacto de imagen- los cuales darían el recorrido en los medios de prensa locales, primero, y nacionales después, en ceremonias en Washington DC.
Esto serviría para esconder el hecho de que la Administracion Obama no ha avanzado un milímetro en la política antiinmigrante predominante en los grupos de poder norteamericanos y especialmente en contra de Cuba con el temor de un nuevo Mariel: aunque sea millar y medio limitado de los presos hoy en Madrid, los nuevos por ser liberados y sus familiares.
El embargo no será levantado, la prohibición de viajes de norteamericanos mucho menos y solo pequeñas concesiones sin costo político, como la autorización a instituciones educacionales y religiosas, continuaran como una vía de penetración en la sociedad cubana y no como libertad de viajes. Los que sueñen con otras cosas se van a ver bien desencantados.
Recordemos la historia reciente
Desde la época de Ford y Carter, la política norteamericana hacia Latinoamérica se ha enfatizado en tres aéreas: drogas, inmigración ilegal y petróleo. Públicamente se ha traducido en presiones a los gobiernos no favorables a los intereses norteamericanos y énfasis en la publicidad de los «derechos humanos» y «elecciones libres», siempre evaluados por las Administraciones de Washington .
Militarmente se han desarrollado ‘acciones’ para desviar la atención a problemas locales y continuar el entrenamiento en áreas del Caribe, como fuera bajo Reagan la intervención en Granada, cuando Bush, Sr. Panamá y con Clinton Haití, con el pretexto de «restaurar la democracia». Esto no limita los acciones de inteligencia, con sobornos, manipulaciones, secuestros y asesinatos de políticos contrarios a los intereses «corporativos», tanto directas como financiadas.
Lo que NO va a hacer Obama
En el caso de Cuba no se van a normalizar relaciones -lo cual está en manos del Presidente Obama y su archi-enemiga y posible candidata presidencial, la Sra. Clinton- pues esto se vería, según círculos cercanos al departamento de estado federal: «como un mensaje erróneo para el resto del continente…»
No se autorizaría el turismo norteamericano a Cuba, pues «debido a los problemas de infraestructura cubana…» -gracias al embargo de 50 años- existe el argumento de que pondría en riesgo a ciudadanos norteamericanos -los cientos de miles de cubanoamericanos que viajan no cuentan- y «existiría la posibilidad de que la autorización de visitantes incrementaría el número de inmigrantes ilegales…». Tema caliente hoy en los círculos de poder.
Por lo tanto, olvidémonos del levantamiento del embargo, no es posible en estos momentos a pesar de las señales desde La Habana, con un Fidel Castro saludable y lúcido y un gobierno demostrando control con las conversaciones con España-Union Europea y la liberación de presos y su envío con familiares-incluidos- a Europa, Estados Unidos, Chile o cualquier país que los acepte.
No van a existir negociaciones ni se aprovechara esta posibilidad de señales desde La Habana, todo lo contrario, van a continuar -en Washington y en Miami- respondiendo a las viejas recetas de publicidad sobre «el papel de víctima» para, en el caso de Washington, utilizar el asunto para desviar con esas imágenes el interés de la población latina por los temas urgentes de inmigración y económicos y con Miami, satisfacer a aquellos que dejaron de cobrar las mesadas de la USAID y otras instituciones e inyectar sangre fresca al ‘exilio’ cubano.
En el caso de Cuba
Considero que el Gobierno cubano salió fortalecido de la crisis surgida con las campañas mediáticas y una vez más se ha demostrado su argumento de no esperar mucho de las Administraciones norteamericanas, sean negras, verdes o azules. Lo principal, es el respeto a la soberanía y la libre determinación de nuestros pueblos.
La realidad lo demuestra sus intenciones y sus hechos, con leyes como la Helms-Burton poniendo el manos del Congreso de los Estados Unidos la calidad del Gobierno del país y no en su legítimo propietario, el pueblo cubano. No hay cambiado mucho desde la Enmienda Platt y de como calificara al imperio José Martí: «Viví en el monstruo y le conozco las entrañas «,
Tanto hoy como ayer, lo importante es mantener las posiciones que con dignidad, sacrificio y entereza, han hecho de la Revolución y el pueblo cubanos, un ejemplo en el mundo.
Fuente: http://bloguerosrevolucion.ning.com/profiles/blogs/sr-obama-para-cuba-ya-es-hora