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¿Sueño o alienación?

Fuentes: Rebelión

La guerra civil en Siria es parte de un proceso dirigido a presentar como legítima la acción interventora; Paraguay ha sido escenario de un golpe de Estado, y el Ejército de Israel comete tropelías contra sus vecinos. Y el gobierno de Estados Unidos se lava las manos. En esa réplica de Pilatos globalizado, se monta […]

La guerra civil en Siria es parte de un proceso dirigido a presentar como legítima la acción interventora; Paraguay ha sido escenario de un golpe de Estado, y el Ejército de Israel comete tropelías contra sus vecinos. Y el gobierno de Estados Unidos se lava las manos. En esa réplica de Pilatos globalizado, se monta la propaganda yanqui hoy. En República Dominicana este ejercicio se manifiesta en el hecho de que Raul Yzaguirre, en el espacio que el diario El Nacional le ha entregado formalmente a la Embajada de Estados Unidos, presenta como idílica la relación de dominación.

En las dos columnas publicadas tras el anuncio de ese «acuerdo», el embajador utiliza a veces un vocabulario impreciso. Dice, por ejemplo: «Estacionado en Irak y Afganistán como militar de los Estados Unidos, el cabo Pérez ha desafiado el destino en varias ocasiones». Se torna otras veces cursi, como cuando dice que el cantante Prince Royce y el mutilado soldado Winder Pérez «promulgan y representan el Sueño Americano». El carácter alienante del contenido de estos trabajos, es, sin embargo, una constante.

Al hablar de las oportunidades que encuentran en Estados Unidos los jóvenes inmigrantes, no se refiere a los muros, y menos al estímulo oficial a la migración ilegal para robar talentos y para alimentar la propaganda contra Cuba a través de la política «pies secos, pies mojados»… Esto no cabe en una crónica de idilio…

En el artículo publicado el 23, reseña los actos del 4 de julio, aniversario de la Independencia USA, cuando fueron reconocidos el cantante Prince Royce, y el soldado, Winder Pérez, ambos de padres dominicanos. El soldado fue herido en una pierna en enero pasado en Afganistán.

El enorme negocio que ha representado para la ultraderecha estadounidense la guerra (o mejor dicho la masacre), no es tema del embajador, ni la ruta del dinero que han generado el robo de reliquias milenarias, el trabajo mercenario y el tráfico de todo tipo de mercancías en las zonas de Irak y Afganistán.

Mucho menos se ha ocupado de precisar cuántos jóvenes latinoamericanos de nacimiento o de origen fueron estimulados a marchar hacia los escenarios de masacre a cambio de ciudadanía, seguridad económica y otras promesas. ¿Es ese el desafío que ha hecho al destino al jovencito Winder Pérez?

Antes de los actos, el jovencito Pérez, con 23 años y serias lesiones en una pierna, fue llevado a varios medios de comunicación a dar testimonio de su amor por Estados Unidos, su vocación militar y su aspiración de ser maestro en alguna academia del FBI o de la CIA.

Si en abril del año 2007el ultraderechista George W. Bush exhibió un condenable retorcimiento al posar junto a jóvenes mutilados en Irak y en Afganistán, hoy, Barack Obama y sus colaboradores hacen un asqueroso ejercicio de manipulación al usar a los mutilados en la propaganda dirigida a presentar como necesarias las más irracionales acciones bélicas que registra la historia.

Yzaguirre aspira a que, durante toda la vida, Winder Pérez sea instrumento de la violencia imperialista en sus más variadas facetas.

Y vienen a la memoria los versos del dominicano René Del Risco Bermúdez, en Oda Gris al Soldado Invasor. «Este hombre destruye con sus botas / la rosa y la sonrisa de los niños, / se traga nuestra luz con su saliva, /destroza las raíces y los frutos/ y esparce las espinas para hacernos/sangrar hasta los pies de dulce carne…». Y, por supuesto, otros versos de Nicolás Guillén, universal y cubano: «¿Por qué tienes tú que ir/ a morir como invasor, / si es, amigo, la peor / manera que hay de morir»?

Quienes pusieron a Winder Pérez a decir que la clave es «hacer lo correcto cuando nadie está mirando», ensayan a convertirse en entes omnipresentes… Alienar a un individuo es un abuso, y tratar de alienar a una colectividad, es un crimen. ¿E Pluribus Unum, Sir?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.