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Tanto para un fregado (de derecha-derecha neoliberal) como para un barrido (de Ibidem)

Fuentes: Rebelión

El mismo «argumento», que no es desde luego un argumento sino un disparate intelectual y una clara muestra de ausencia de convicción y coraje políticos, la misma falacia de manual que usó cuando se discutió en el parlamento catalán la ley de sucesiones para familiares directos de las grandes familias de la burguesía catalana. Con […]

El mismo «argumento», que no es desde luego un argumento sino un disparate intelectual y una clara muestra de ausencia de convicción y coraje políticos, la misma falacia de manual que usó cuando se discutió en el parlamento catalán la ley de sucesiones para familiares directos de las grandes familias de la burguesía catalana. Con el agravante de que, en este caso, el conseller Mas-Colell parecía no estar de acuerdo con la infamia defendida. Era promesa electoral del bipartito CiU. No es podia fer una altra cosa! Y, además, el todopoderoso y omnisciente Duran i Lleida no paraba de dar lata día tras día.

Ahora no, ahora no hay matices ni excusas electorales. El conseller de Economía catalán, uno de los grandes economistas-intelectuales del país, premio Juan Carlos I de Economía, ex cuadro dirigente del PSUC, brillantísimo ex alumno de Manuel Sacristán [2], el catedrático Andreu Mas-Colell ha anunciado que la Generalitat rebajará el IRPF a los privilegiados contribuyentes que cobren más de 120.000 euros anuales, unos 10 mil euros mensuales. En total, unos 50.000 ciudadanos, las mismas personas a quienes el tripartito impuso, a instancias de ICV-EUiA, en uno de sus pocos detalles de izquierda fiscal que se recuerdan, un recargo de dos puntos para hacer frente a la grave crisis financiera que vivía, vive o dice vivir el Gobierno catalán y para justificar, a un tiempo, en su día, la aceptación de las leoninas medidas del gobierno real. El nuevo tributo -¡2 puntos!- permitía recaudar unos 150 millones de euros anuales. Para directivos, hombres y mujeres de negocios, profesionales privilegiados significaba de promedio un esfuerzo fiscal de 250 euros mensuales. Lo que se gastan en una cena y dos copas. Un poco menos.

¿Cuál es el «argumento» esgrimido por el conseller? El mismo, como decíamos, que en el caso de la Ley de sucesiones: el peligro que las rentas más altas establezcan el domicilio fiscal en otras comunidades con imposiciones más bajas. Es, en su opinión, puro sentido común: la distancia en tren de Barcelona a Madrid es de dos horas y media y los directivos pueden estar viviendo la mitad de la semana en Barcelona y la otra en Madrid. Luego entonces… rebaja fiscal, a la altura de la señora Aguirre y sus compinches. Por la misma lógica, si hubiera un paraíso fiscal en Andorra deberíamos reducir impuestos a un, pongamos, 8% porque Andorra la Vella está a media hora o menos de avioneta de Barcelona.

Mas-Colell, que no ha concretado cuándo llevará a cabo esta nueva rebaja fiscal, también se ha mostrado partidario de eliminar el impuesto de donaciones. En síntesis: ¡tres (sucesiones, rentas, donaciones) en uno! Brindan con cava; se ha agotado también el champagne en los barrios altos de Barcelona.

Estos mismas días, después de la gran manifestación trabajadora del pasado 14 de abril, el consejero de Salud, Boi Ruiz, el ex jefe de la patronal de mutuas, ha defendido que los contestados recortes que está llevando a cabo (en torno al 10%) en la sanidad pública son inevitables. Como miss Thatcher: «No hay ninguna alternativa, no hay dinero». El Dios neoliberal los crea, y ellos se juntan. ¡Con el rostro a la altura del hormigón armado que les da forma!

Por si fuera poco, Mas-Colell ha defendido también que una Cataluña independiente sería «viable económicamente». Es «absurdo», ha añadido, afirmar lo contrario: en la actualidad ya existen en el mundo unos 200 estados independientes. Pues vale. ¡El argumento es deslumbrante! Como el de los impuestos para privilegiados. Made in Harvard.

La pregunta del millón: ¿cómo ese gobierno que defiende tan bien y tan consistentemente, y con tanta prontitud, los intereses de los sectores sociales más privilegiados ha sido votado por un millón 200 mil ciudadanos catalanes, entre ellos, aproximadamente, medio millón de trabajadores? Nacionalismo y hegemonía, el concepto acuñado por Antonio Gramsci, a quien por cierto Mas-Colell leyó de joven.

Notas:

[1] El conseller pareció defender en esta ocasión el impuesto sobre las grandes fortunas y las grandes rentas. Pero, eso sí, añadiendo el disparato matiz de que esos mismos grandes contribuyentes deberían poder elegir el destino o el ámbito de sus contribuciones. Algo así, como una ONG a su medida. Así, el señor Botín podría exigir con sus impuestos la existencia de determinados ciclos formativos insustantivos para formar a futuros empleados de banca sumisos o la mafia rusa, pongamos por caso, podía exigir la obertura de una academia militar para la formación y entrenamiento de mercenarios privados.

[2] «Entrevista a Andreu Mas-Colell». Salvador López Arnal y Pere de la Fuente (eds), Acerca de Manuel Sacristán, Destino, Barcelona, 1006, pp. 548-558. Ni que decir tiene que ningún maestro es responsable de los avatares político-intelectuales de sus discípulos

[3] Tomo la información de Público, 18 de abril de 2010 (edición catalana), pp. 1-2.

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