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Tierra

Fuentes: Rebelión

Me decía un amigo que escribiera un artículo para Ambientalia. Así que me senté en el ordenador y me dispuse a escribir algo interesante, algo que pudiera servir de ayuda o captar la atención de los estudiantes de Ambientales o de otras personas que, sin serlo, estén especialmente sensibilizadas con el Medio Ambiente. Media hora […]

Me decía un amigo que escribiera un artículo para Ambientalia. Así que me senté en el ordenador y me dispuse a escribir algo interesante, algo que pudiera servir de ayuda o captar la atención de los estudiantes de Ambientales o de otras personas que, sin serlo, estén especialmente sensibilizadas con el Medio Ambiente.

Media hora después de estar sentado en la «magnífica» silla de mi cuartito, tan sólo había una palabra en la pantalla: Tierra.

Rondaban por mi cabeza muchos acontecimientos del presente y otros tantos del pasado, supongo que no es de extrañar, que en su mayoría fueran pensamientos no muy deseables o totalmente indeseables. Lo paradójico del tema es que, justo en ese momento, me entero que Ila, Tirma, Ibi, Tlan, Mapu, Pachamama y una larga lista de nombres por los que es conocida La Tierra, se estaba «quejando» en ese instante. Esto necesito aclararlo ya que ustedes no sabrán de que hablo si no les explico mi forma de entender el Mundo. A mi parecer, La Madre Tierra es un ser vivo; nos lleva en su regazo, nos alimenta y aguanta mucho a sus hedonistas hijos, pero cada vez grita más fuerte, al menos ese es mi sentir. En ese mismo instante, me entero de la «queja» del día: un movimiento de fallas había producido un fuerte maremoto que llegaba a las costas de distintos pueblos en forma de tsunamis. Una puntada en el corazón me dejó sin aliento y es que, unido al resto de las noticias catastróficas de la época, me hundían el pecho con una presión asfixiante. Cada científico experto en su materia nos podría explicar racionalmente las causas de susodichas desgracias…

Y yo me pregunto, o más bien siento el grito primal de nuestra Madre, a la cual estamos envenenando con su propio cuerpo, convirtiendo y usando la alquimia en su contra y por lo tanto, en la nuestra. No tengo nada en contra de los tecnócratas, pero ¿realmente es la tecnología nuestra salvación? ¿Y mientras, por qué están muriendo tantos seres hoy en día por causa de la avaricia de otros? Tenemos una atmósfera que roza los límites de la insalubridad en un gran porcentaje; y es que el aire no conoce fronteras, no sabe de políticas nacionalistas, ni diferenciar entre pueblos del mundo…

¡Hipócritas! ¿Es que usarán sus billetes de 500 €, como una especie de careta anti-gas cuando el aire ya sea irrespirable? ¿Por qué seguimos haciendo cosquillas a la Naturaleza cuando sabemos, por ejemplo, que un mínimo cambio en la estructura del ADN da como resultado cambios tan grandes y muchas veces incontrolables? Creo que no es el momento de hablar de los organismos modificados genéticamente, como tampoco lo es de hacer análisis sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, etc.

No creo estar en posesión de La Verdad y es por esto que trataré de no juzgar a mis hermanos. Pero vuelvo a preguntar: ¿hay alguien más que oiga el grito de La Madre, de La Tierra, de nuestro planeta?

No me puedo resistir a decir, que si nadie se ha dado cuenta, de que en el sudeste asiático, así como en otras muchas partes del mundo, ya estaban muriendo muchísimas personas antes del tsunami y que intentar sensibilizar a los acomodados en su sofá con su coca-cola, mostrándonos como unos pobres turistas (ricos) han perdido lo que llevaban o incluso la vida… ¡Qué mala suerte viajar allí justo en ese momento! (es una ironía por si no quedaba claro)
No quiero hacer un artículo largo, pesado e ilegible, pero necesito pensar que hay más personas que no viven en su ombligo…

Resuenan ahora con más fuerza palabras en mi cabeza: solidaridad, reparto de riqueza, condonación de la deuda externa de los países pobres (pobres gracias a los ricos) y seguiría enumerando más si no fuera por falta de espacio.
¿Se quedarán resonando en mi cabeza? ¿Alguien más las oye? ¿Haré algo o seguiré cambiando de canal hasta llegar a Mierda Hermano VIP 2?

Me quiero despedir con un grito desesperado con el cual se despidió de la vida, hace muchos años ya, uno de los últimos guerreros aborígenes canarios, Bentejui, cuando se lanzó por un acantilado al verse rodeado de sus enemigos e incapaz de defender su tierra: ¡ATIS TIRMA! (te quiero Tierra).

Nauzet Acosta
[email protected]
Estudiante de Ciencias Ambientales. Granada