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Tomará 60 años restaurar el ozono en el Polo Sur

Fuentes: Tierramérica

Otro gigante agujero de ozono se abrió sobre la Antártida, mientras crece la evidencia de que 20 años de esfuerzos internacionales finalmente ayudaron a la atmósfera a comenzar a sanarse. El hueco del Polo Sur –un afinamiento anual de la capa de ozono que protege a la Tierra de la radiación ultravioleta del sol– midió […]

Otro gigante agujero de ozono se abrió sobre la Antártida, mientras crece la evidencia de que 20 años de esfuerzos internacionales finalmente ayudaron a la atmósfera a comenzar a sanarse.

El hueco del Polo Sur –un afinamiento anual de la capa de ozono que protege a la Tierra de la radiación ultravioleta del sol– midió el 8 de septiembre unos 24 millones de kilómetros cuadrados, casi el tamaño de América del Norte, según una estimación del renombrado Estudio Antártico Británico, organismo científico que estudia la zona desde hace 60 años.

Y la gubernamental División Antártica Australiana sostuvo que el hoyo no hará más que crecer este año, hasta convertirse probablemente en uno de los más grandes y profundos, con 28 millones de kilómetros cuadrados. El más extenso jamás registrado fue de 30,3 millones de kilómetros cuadrados en el año 2000.

Pero al tiempo que crece el hoyo aumenta la evidencia de que la capa de ozono finalmente está comenzando a recuperarse encima de las latitudes medias en ambos hemisferios, según lo reportó el estadounidense Instituto de Tecnología de Georgia.

«Sabemos por el estudio que acabamos de publicar que el Protocolo de Montreal (1987), primer acuerdo global importante vinculado al cambio climático, está funcionando», anunció el 9 de septiembre Derek Cunnold, científico del instituto.

El Protocolo de Montreal, firmado por 184 naciones, fue diseñado para hacer volver la capa de ozono a la normalidad, eliminando paulatinamente el uso de clorofluorocarbonos y otro centenar de productos químicos que destruyen las moléculas del ozono atmosférico.

La capa de ozono cubre a todo el planeta a una altitud de entre 15 y 30 kilómetros, y protege a organismos vivos de los dañinos rayos ultravioletas.

A mediados de agosto, la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) difundieron un estudio de 250 científicos atmosféricos que coincidieron en que la capa de ozono se está recuperando, aunque mucho más lentamente de lo que se creía.

La capa volverá a niveles previos a 1980 en la mayor parte del mundo para 2049, cinco años después de lo que se estimaba en 2002. En la Antártida la recuperación será más lenta, probablemente no antes de 2065, según el reporte.

«La demorada recuperación es una advertencia de que no podemos dar por sentada la capa de ozono y debemos acelerar nuestros esfuerzos para retirar paulatinamente los productos químicos perjudiciales», dijo Achim Steiner, director ejecutivo del Pnuma, con ocasión del Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, que se celebra cada 16 de septiembre.

El constante ensanchamiento del agujero en el Polo Sur preocupa, así como la ineficacia en el control de las sustancias agotadoras del ozono.

«No hay ninguna razón para celebrar. El agujero de la Antártida está tan grande como siempre y la Tierra está expuesta a una radiación ultravioleta sin precedentes», dijo a Tierramérica Alexander von Bismarck, de la no gubernamental Agencia de Investigación Ambiental (EIA por sus siglas en inglés), con sedes en Washington y Londres.

«Todavía no conocemos los impactos completos de esta exposición», señaló el especialista, y se mostró «muy seriamente preocupado por los obstáculos que hay por delante, entre ellos el contrabando de productos químicos».

La EIA realizó investigaciones encubiertas sobre la venta ilegal de grandes cantidades de clorofluorocarbonos, principalmente desde China a Estados Unidos y otros países.

China prometió investigar el tema luego que este año la EIA proporcionó evidencia en vídeo que mostraba a funcionarios de una empresa química china explicando cómo etiquetan mal y subdeclaran productos para exportar a países donde están prohibidos, dijo Von Bismarck.

«Claramente es muy difícil controlar la producción de clorofluorocarbonos en China», agregó.

Los países en desarrollo deben reducir los clorofluorocarbonos para el año 2010.

Además del contrabando, inquieta la «exención de uso crítico» de algunos productos que prevé el Protocolo, como la del temido pesticida bromuro de metilo.

En 2005, Estados Unidos presionó furiosamente para conseguir esa exención para el uso de casi 10 millones de kilogramos de bromuro de metilo –mucho más que todo el resto del mundo–, y lo consiguió.

Este año, Estados Unidos tiene permitido usar y fabricar ocho millones de kilogramos.

«El uso estadounidense de bromuro de metilo tendrá un mayor impacto en la capa de ozono que todos los clorofluorocarbonos producidos en el resto del planeta», aseguró Von Bismarck.

El Protocolo de Montreal es considerado uno de los tratados ambientales internacionales más exitosos, en parte porque el mundo actuó rápidamente para reducir los clorofluorocarbonos y se hallaron productos químicos más amigables con el ozono: los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y los hidrofluorocarbonos (HFC).

Pero aunque estos destruyen menos ozono, son gases invernadero (causantes del cambio climático) extremadamente potentes, de 1.000 a 10.000 veces peores que el dióxido de carbono.

Los hidroclorofluorocarbonos, más conocidos como refrigerantes R-22, son usados en prácticamente todos los hogares, automóviles y sistemas de aire acondicionado. Su producción se disparó mundialmente, en especial en China, según Von Bismarck.

A este ritmo, «dentro de 10 años el impacto de las emisiones mundiales de los HCFC y los HFC sobre el calentamiento global competirá con las emisiones totales de gases de efecto invernadero de toda la Unión Europea», vaticinó.

Un informe de la EIA estima que, para 2015, los HCFC y los HFC agregarán a la atmósfera el equivalente a 3.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, el doble o el triple de todas las reducciones estipuladas por el Protocolo de Kyoto.

Los hidroclorofluorocarbonos no serán reducidos hasta 2040.

* El autor es colaborador de Tierramérica. Este artículo fue publicado originalmente el 16 de septiembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. ***** +Informe de la Agencia de Investigación Ambiental, en inglés y en pdf (http://www.eia-international.org/files/news324-1.pdf) +La capa de ozono según el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, en inglés (http://www.nrdc.org/air/pollution/hozone.asp) +Secretaría del Ozono del Pnuma (http://ozone.unep.org/spanish/index.asp) +Historia del agujero de ozono, en inglés (http://www.theozonehole.com/ozoneholehistory.htm) (FIN/Tierramérica/traen-js mal/sl/md pn en dv sc/06)

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=38794