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Torturas policiales, indultos gubernamentales

Fuentes: Rebelión

El Ministro de «Justicia» Francisco Caamaño firmó un decreto el pasado 9 de setiembre por el que ha indultado (parcialmente) a tres policías que habían sido condenados anteriormente. El indulto rebaja las penas que habían sido impuestas por el Tribunal Supremo: cuatro años de cárcel para Albert Fabregat y Juan Díaz y tres para Mónica […]

El Ministro de «Justicia» Francisco Caamaño firmó un decreto el pasado 9 de setiembre por el que ha indultado (parcialmente) a tres policías que habían sido condenados anteriormente. El indulto rebaja las penas que habían sido impuestas por el Tribunal Supremo: cuatro años de cárcel para Albert Fabregat y Juan Díaz y tres para Mónica Fraile. El Gobierno «socialista», «Madrid» para convergentes y afines, esta vez en clara sintonía, ha concedido el indulto parcial a los agentes de la policía condenados en sentencia firme por detener ilegalmente a un ciudadano (¡te vas a enterar de qué va el rollo!) y por golpearle e insultarle en comisaría («¿te enteras por fin de quien manda en esta plaza?»).

La medida de gracia, la rebaja de la pena a dos años de cárcel para cada uno de ellos, conseguirá lo que se pretendía. Los policías no tendrán que pisar la cárcel. Se les mantiene, sin embargo, la pena inhabilitación por un período comprendido entre ocho y once años.

Se trata del caso ‘Bikini’, el que destapó los abusos policiales, no fue la única vez desde luego, en la comisaría barcelonesa de Les Corts. El Departamento de Interior del gobierno catalán, entonces dirigido por Joan Saura (ICV-EUiA), en una de sus mejores acciones democráticas y antifascistas de gobierno, instaló cámaras ocultas de control en la sala de cacheos. La instalación demostró que las sospechas estaban bien fundadas y destapó una ristra de malos tratos que, se afirmó urbi et orbe, «lastró la imagen del cuerpo». ¡Qué horror, qué escándalo! (Impensable una actuación así, desde luego, en estos momentos. El político profesional de derecha extrema nacionalista, Felip Puig, es el conseller de Interior del gobierno de los mejores de Mas, Mas-Colell y Mena-Mourinho).

¿De qué cuerpo policial hablamos? Efectivamente, de los Mossos d’Esquadra. ¿Se acuerdan de aquella carga policial de «agentes antidisturbios» de 27 de mayo de 2011 que intentó desalojar a los acampados de la Plaza de los Indignados, la ex plaza de Catalunya? ¿Recuerdan el estilo neofranquista de la intervención? Las imágenes, como se suele decir ahora, dieron la vuelta al mundo; el movimiento ciudadano logró desalojar a la policía catalana del centro de la ciudad y en la retina de muchos quedaron los golpes y maltrato de los antidisturbios catalanes. Durante toda la mañana. Desde entonces: ninguna dimisión, ninguna sanción. Tot el cos és un clam! Són els Mossos d’Esquadra!

Los hechos: todo comenzó la madrugada del 2 de junio de 2006 en la discoteca Bikini de Barcelona [1]. Los tres mossos tomaban allí una copa -la sala está a tres minutos de la comisaría de Les Corts- cuando un amigo de Medina rozó, de forma «no intencionada» según la sentencia, a Fraile. Díaz se encaró con él y Medina intentó poner paz. Los porteros de la discoteca les echaron a todos a la calle. Cuando llegó un coche patrulla, ese mismo agente le dijo: «Ahora te vas a cagar». Los policías Díaz y Fabregat llevaron al estibador a la sala de cacheos de Les Corts, donde le dieron un cabezazo y varios golpes y amenazaron con violar a su esposa. (¡Tal cual, violar a su esposa!, como con la BPS). Al día siguiente, Medina fue puesto en libertad con la acusación de lesiones y atentado a la autoridad, delitos de los que posteriormente resultó absuelto.

Los agentes estaban fuera de servicio, pero la conselleria de Interior les prestó asistencia jurídica hasta el final. ¿Por qué? No se sabe. El poder de los cuerpos policiales es aléfico y multicéntrico, como los ensayos de farmacología clínica.

Los tres mossos fueron condenados por la Audiencia de Barcelona en marzo de 2009. Penas de cárcel y de inhabilitación de entre 8 y 11 años (que siguen intactas pese al indulto). Los abogados de los policías recurrieron la sentencia. Cuando el Tribunal Supremo la ratificó y la convirtió en firme, principios de 2010, los mismos abogados solicitaron el indulto al Gobierno central. Ha llegado ahora la respuesta Los condenados no han pasado ni un sólo día en prisión. ¿Por qué? Porque, contra la opinión de la fiscalía, la Audiencia de Barcelona suspendió el ingreso en prisión. ¿Qué esperaban? Que el Gobierno se pronunciara sobre la petición de indulto. La cuadratura del círculo, el círculo que se cierra sobre sí mismo y sin ruidos.

Existen, aunque parezca imposible, almas bellas que hablan así cinco años y tres meses después de lo ocurrido. «Por un lado, se ha hecho justicia, porque ellos no volverán a ser mossos y eso es lo que quería. No sé si habría llevado bien que los metieran en la cárcel, porque sus familias deben de estar sufriendo. A veces he llegado a pensar: ‘¡Ojalá les den el indulto!». Son palabras de la víctima de los malos tratos, de José Antonio Medina, un estibador portuario de 40 años que es padre de dos hijos. Prefiere pasar página: «Hubo una época en la que pasé mucho miedo y no podía dormir. Ahora tengo algún día de bajón, pero ya estoy bien». ¿Pasó mucho miedo? ¿Por qué?

Corolario: Otros cuatro ‘mossos’ condenados por torturas (Jordi Perisse, Manuel Farré, Joan Salva y Fernando Cea, de la unidad de atracos) aguardan una resolución similar del Consejo de Ministros. El Supremo les impuso penas de entre 25 meses y cuatro años y medio de cárcel por detener ilegalmente y agredir a un hombre al que confundieron con otro. Con la sentencia firme, los policías deberían haber ingresado en prisión (aunque carecían de antecedentes, la pena supera los dos años de cárcel). No lo hicieron. Pidieron un indulto a través de sus abogados y la Audiencia de Barcelona decidió suspender, ¡de nuevo!, la ejecución de la condena a la espera de la decisión del Gobierno central que esperan llegue pronto. Quien espera en este caso no desespera (Lo sucedido el 27 de julio de 2006: los policías confundieron a un ciudadano rumano con un violento ladrón de viviendas. Durante el arresto, le propinaron golpes por todo el cuerpo, le amenazaron de muerte y le insultaron sin identificarse en ningún momento como policías. En el traslado a comisaría le introdujeron una pistola en la boca y volvieron a amenazarle. El hombre iba acompañado de su mujer, que estaba embarazada y también recibió un trato degradante).

Sobre el caso Bikini o casos similares, Jaume Asens ha puesto el dedo en la llaga. Ha señalado: «una condena a los Mossos es una condena al Estado. Por lo tanto, en mi opinión, esto no es un indulto, es un autoindulto». Ha recordado también lo ya sabido, que la denuncia a un policía es «una carrera de obstáculos desde el principio…Cuesta muchísimo llegar hasta el final y, cuando se llega, normalmente, quedan absueltos. Que sean condenados y luego se les conceda un indulto no es muy esperanzador, da a la sociedad un mensaje de impunidad». Con claridad y distinción.

Gemma Galdón transita por la misma senda de reflexión: «Estoy sorprendida por el indulto. Hay que valorar el mensaje que una medida así transmite a los cuerpos policiales: que las malas prácticas no se castigan».

¿Qué hilos habrán movido Felip Puig, la dirección de los Mossos, el grupo parlamentario de CiU en Madrid, Duran i Lleida por descontado, el mismo Mas, para conseguir el indulto? ¿Qué concesiones convergente-unionistas habrá conseguido el gobierno PSOE? ¿Esté es el modelo de justicia y de prácticas democráticas con el que el gobierno «socialista» quiere ilustrar a la ciudadanía? ¿Otro nudo más de la degeneración de un partido que se dice o dijo heredero de Juan Negrín?

PS1: El «Caso Medina» fue llevado por los abogados del Col·lectiu Ronda, una de las instituciones civiles catalanas de mayor cultura democrática y social del país. Es difícil, casi imposible, no sentir la máxima admiración ante sus actuaciones y larga trayectoria. Como el rayo que no cesa.

PS2: El viernes 9 de septiembre se conoció la imputación de nueve agentes antidisturbios (tres escopeteros, dos cabos, un subinspector,…) de la policía catalana por haber disparado bolas de goma en los incidentes que se produjeron tras una celebración de los aficionados del Barça en 2009. Un joven recibió un disparo en el ojo y otro perdió la visión en un ojo a causa del impacto. Dos juzgados de Barcelona han citado a declarar a los policías el 14 y el 15 de septiembre. Los juzgados habían archivado el caso.

Notas:

[1] Brais Benítez, «El Gobierno indulta a tres mossos condenados por abusos». Público, 10 de septiembre de 2011, p. 20.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.