La contaminación de sustancias tóxicas podría estar causando una «pandemia» de trastornos cerebrales.
Esa es la conclusión de un informe publicado por la revista médica The Lancet.
El estudio identifica más de 200 sustancias químicas e industriales, incluidos metales, solventes y pesticidas, que dice, tienen el potencial de dañar el cerebro.
La investigación, realizada por la Universidad de Dinamarca del Sur y la Escuela de Medicina Monte Sinaí de Nueva York, indica que la exposición a bajos niveles de estas sustancias podría conducir a defectos neuroconductuales en los niños.
«Se conoce desde hace varios años el daño que causan los solventes en el sistema nervioso central» dijo a BBC Ciencia el doctor Nelson Albiano, Jefe de Toxicología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires.
«Y no sólo para el niño, sino para la gente que trabaja con estos productos», agrega.
Daños
Uno de cada seis niños en el mundo tiene una discapacidad de desarrollo como autismo o parálisis cerebral.
Las causas son desconocidas, pero los investigadores analizaron varios estudios previos y la información, dicen, demuestra cómo algunos tóxicos pueden afectar el cerebro.
El equipo indica que los efectos de la contaminación industrial química son extremadamente difíciles de determinar porque los síntomas a veces no se desarrollan durante varios años.
El informe nombra el plomo, que se utilizó en la gasolina de 1960 a 1980, y que ilustra el riesgo de la exposición a bajos niveles de sustancias químicas industriales en los niños.
Por lo que se conoce sobre los efectos tóxicos del plomo, éste puede reducir el coeficiente intelectual, acortar la capacidad de concentración, disminuir la coordinación motora y aumentar la agresividad.
Los científicos dicen que los cerebros en desarrollo -que van desde el feto a la adolescencia- son mucho más susceptibles a las sustancias tóxicas que los del adulto.
«Por debajo de los dos años es la edad de mayor riesgo -señala el doctor Albiano- porque el plomo puede atravesar perfectamente bien y llegar al cerebro».
«Y después de los dos años el niño puede tener trastornos de aprendizaje y conducta, entre otras manifestaciones», agrega.
Tóxicos
Varias otras sustancias químicas, incluido el metilmercurio, arsénico y el bifenil policlorinado, también son analizados en profundidad y muestran que causan problemas neuroconductuales.
Los científicos identifican en total 202 sustancias químicas industriales con el potencial de perjudicar el cerebro humano.
Entre éstas están:
- metanol, usado como aditivo en combustibles
- acetona, para quitar barniz de uñas
- anilina, para pesticidas y colorantes
- acrilamida, usada en adhesivos y tintas
- estireno, para hacer plásticos
- tricloroetileno, usado en el lavado en seco
- ciclohexano, para fabricar nylon
Y agregan que éstas podrían ser «sólo la punta del iceberg».
Se sabe que hay más de 1.000 sustancias químicas que son neurotóxicas en animales, y es probable que también sean dañinas en los seres humanos.
«El cerebro humano es un órgano precioso y vulnerable» dice el doctor Phillippe Grandjean, jefe de la investigación.
«Y ya que la función cerebral óptima depende de la integridad del órgano, incluso un daño limitado podría tener serias consecuencias», agrega el investigador.
Según el experto, sólo unas pocas sustancias, como el plomo y el mercurio, están controladas para proteger a los niños.
Pero las otras 200 sustancias que se sabe son tóxicas para el cerebro humano no están reguladas.
Tal como señala el doctor Nelson Albiano, muchas de estas sustancias pueden causar daño cerebral cuando hay una exposición directa, por ejemplo en talleres donde se manejan solventes.
«Desafortunadamante los daños sólo pueden verse cuando ha ocurrido una exposición a largo plazo».
«Pero lo que es claro es que todos estos son compuestos tóxicos, algunos muy tóxicos y no sólo causan daños al sistema nervioso central sino incluso son cancerígenos», agrega.
«Así que no cabe la menor duda de que hay que proteger a los niños de estas sustancias», concluye el médico.