El día de apertura del Parlamento [ayer], la policía estuvo apostada en las cercanías de dicha casa, -¡prohibido el paso a toda persona ajena!- esperando a los miembros de la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo. Les impidieron el acceso sin permitirles una sola palabra, el diálogo siempre escaso ya ha sido suspendido, frialdad y […]
El día de apertura del Parlamento [ayer], la policía estuvo apostada en las cercanías de dicha casa, -¡prohibido el paso a toda persona ajena!- esperando a los miembros de la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo. Les impidieron el acceso sin permitirles una sola palabra, el diálogo siempre escaso ya ha sido suspendido, frialdad y actitud tensa.
La intención de la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo era entregar a la presidencia del Congreso, en el día de su constitución, el documento donde, ateniéndose a los Tratados Internacionales y a lo aprobado en la ONU y el Consejo de Europa, se pide al gobierno español Verdad, Justicia y Reparación con las víctimas del terrorismo franquista, que se anulen condenas de los golpistas a los republicanos por las que siguen condenados después de 36 años de democracia, que se juzgue al franquismo puesto que sus crímenes no prescriben, son crímenes de lesa humanidad, que devuelvan los bienes robados, que el Estado saque de las fosas comunes y las cunetas a las gentes asesinadas por defender la República, la democracia, que condene el golpe de estado franquista y la dictadura, (grito continuo en la concentración)… (leer documento)
La policía echó a los miembros de la Plataforma Contra la Impunidad del Franquismo a 300 metros de distancia, a la plaza de Neptuno, y sólo allí permitió a tres de sus miembros pasar la muralla policial previa entrega de sus carnets de identidad, los llevaron escoltados hasta la puerta de registro y, sin dejarles pasar, salieron las personas encargadas del servicio, que debieron recoger el documento de referencia y llevárselo para sellar, volviendo después a darles copia. Si el día anterior Julián Rebollo, representante de la Plataforma, lo había entregado a todos los grupos parlamentarios, y solo IU se comprometió a recibirlos, cosa que cumplieron saliendo a la calle porque la policía les impidió hacerlo dentro, ayer las formas fueron otras, se impidió el primer cometido democrático directo, llevar las reclamaciones antifranquistas por la Memoria Histórica Democrática al Parlamento. Así empezó y terminó la mañana del traspaso del mando de las porras.
Ramón Pedregal Casanova es autor de «Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios», edita Fundación Domingo Malagón y Asociación Foro por la Memoria ([email protected])
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