Un juicio público sentenció a la minera transnacional Barrick Gold a abandonar los territorios de América Latina. El II Foro Social Chile fue el marco apropiado para juzgar a la empresa. Testimonios de comunidades afectadas desfilaron por el tribunal durante casi seis horas. Se trató el caso Pascua Lama. El juicio a Barrick ocurrió el […]
Un juicio público sentenció a la minera transnacional Barrick Gold a abandonar los territorios de América Latina. El II Foro Social Chile fue el marco apropiado para juzgar a la empresa. Testimonios de comunidades afectadas desfilaron por el tribunal durante casi seis horas. Se trató el caso Pascua Lama.
El juicio a Barrick ocurrió el 25 de noviembre de 2006, en las instalaciones colmadas de la Facultad de Arquitectura de Santiago de Chile, y fue impactante también para quienes lo siguieron por radio Tierra 1300 AM. Nadie abandonó sus asientos y las puertas del recinto quedaron abiertas para recoger a una audiencia atenta y participativa. Abundaron los registros fotográficos y las cámaras de filmación como si se tratara de un acontecimiento irrepetible. En el piso superior del anfiteatro media docena de documentalistas colocaron sus equipos mezclándose con el público.
Agradecí el papel de fiscal y actué en este juicio contra la minera Barrick Gold como si realmente siempre hubiera ejercido esa función. Para mi no fue una escenificación virtual, fue como una catarsis. Desde los primeros documentos que escribí, La Macabra Barrick de Bush y Barrick Miente, este juicio me permitió un terapéutico desahogo personal. Al concluir, sentí la intensidad del momento mientras la memoria repasaba otra realidad. Por el escenario habían desfilado los mentores de la corporación: George Bush, el genocida mayor del Imperio. Adnan Khashoggi, el traficante de armas que aportó buena parte de los fondos del paquete societario inicial de Barrick Gold. Imaginé ver en el estrado al propio Peter Munk acompañado por el príncipe Felipe (el consorte) y a otros miembros del Club de las Islas, era el mismo escenario de 1982 cuando se los ve posando juntos en la Bolsa de Toronto. Las imágenes, en fugaz secuencia, me reprodujeron el instante cuando la transnacional exige las páginas de la revista La Séptima , de San Juan, para refutarme. En aquella respuesta (donde se reserva acciones penales en mi contra, que nunca prosperaron) me brinda las pruebas necesarias: George Bush es uno de los accionistas de Barrick Gold, (la empresa no lo desmiente) y a sus abogados sólo les preocupa deslindar la responsabilidad del ex presidente norteamericano en la compra de la mina Goldstrike en Nevada (en realidad George Bush le regala 10.000 millones de dólares a Barrick Gold usando tráfico de influencias y presiones políticas, como acostumbra). Antes como ahora, es igual. En los cinco continentes tiene presencia y en todos los casos la forma de operar es tan sombría como siniestra. Regaron tierra africana con la sangre de tres millones de muertos en el Congo, mediante fuerzas paramilitares y enfrentamientos civiles, en pos de minerales críticos y estratégicos: oro, coltan, niobio, uranio, cobalto, petróleo. El mismo destino se cierne sobre Australia donde el pueblo Wiradjuri se opone a la apertura de una mina a cielo abierto a orillas del Lago Cowal, mientras su flamante adquisición, Placer Dome, hace estragos en Filipinas, demandada por daños económicos y ambientales en la isla de Marinduque. También en Indonesia, Placer Dome violó derechos del pueblo Davak y destruyó extensa masa boscosa nativa; Placer Dome (o Barrick) practican la influencia política y, si es necesario, la bélica.
Así funciona Barrick Gold.
Como fiscal hice la presentación del caso recordando que Esquel, un pueblo de escasos 30.000 habitantes, en la Patagonia Argentina , consiguió expulsar a la minera canadiense Meridian Gold. En aquella ocasión, alertamos que el invasor minero no sólo viene por el oro, sino que viene por todo. Fueron las luchas posteriores y las sucesivas investigaciones las que nos permitieron advertir un método extractivo letal, pensado para el saqueo de los bienes comunes, no renovables, que rapiñan los agentes de la globalización moliendo y regando rocas con sopa química a cielo abierto. El despojo se consuma y es posible debido a leyes apropiadas, gestadas por gobiernos cómplices. Expliqué una vez más cómo y por qué concibieron este sistema extractivo, el consumismo del norte y la escasez de minerales, cada vez de más baja ley. Considero que este mensaje es primordial para poder comprender mejor las reglas del saqueador.
La defensa
La tarea de defender a la empresa demandada le cupo a Jaime Gallardo. Lo hizo de manera profesional, como si hubiera sido contratado por Barrick. Por momentos recogió silbatinas al intentar demostrar que su representada practica una «minería responsable» y alguno que otro exabrupto al querer explicar la renta que deja en el país.
«¿Cuánto le pagaron? ¡Usted es tan corrupto como ellos!» fueron algunos de los reclamos ríspidos que salían de la bandeja superior del anfiteatro, sede del ocasional tribunal. Fueron voces superpuestas de ambos sexos, tal vez desprevenidos ciudadanos que creyeron estar presenciando el juicio oficial que hubieran deseado, y no consideraron que éste no es vinculante.
El defensor Gallardo actuó de oficio porque la minera, fax mediante, respondió a la invitación del tribunal justificando la ausencia de su presidente. Jaime Gallardo recurrió entonces a la página Web de Barrick. Los argumentos que utilizó la defensa fueron los mismos que la transnacional publicita en Internet y en los medios de prensa.
Testimonios de Perú y Argentina
Víctor Rodríguez, referente de la Cordillera Negra peruana de Huaraz y Juan Navarro (Cordillera Blanca), expusieron el caso de Mina Pierina. Con emocionado silencio se supo que Mina Pierina afecta a las comunidades de la región de Ancash, una docena de poblados que alberga a unos 15.000 habitantes aunque son muchos más los que dependen de sesenta y cuatro ojos de agua que fluyen del cerro Condorwain. Las movilizaciones se suceden contra Barrick Gold, que aún pretende extender sus operaciones mineras con los proyectos Condorwain y Conito. «La escasez de agua por el consumismo y la actividad minera -dijeron los testigos- pone en riesgo nuestra agricultura y ganadería. Los peruanos demandamos a la minera Barrick Misquichilca a que indemnice por daños y perjuicios, y que cese su actividad y expansionismo. Denunciamos además el asesinato de dos vecinos y de otros veinte que resultaron con heridas graves por la violenta represión sufrida al reclamar, cientos de trabajadores de la mina, mejor salario y dignidad en las condiciones laborales.» Los mineros bloquearon la ruta de acceso a la planta y reunidos en Huallapampa recibieron la fuerte represión de 30 agentes policiales, empleados de seguridad de la empresa minera. Es la misma fuerza represiva que dejaron los Fujimori y Montesino, socios disimulados de Barrick y de mineras como la de Tambogrande, donde también fueron ejecutados sus líderes. Los testimonios de los comuneros peruanos pormenorizaron casos de enfermedades ocasionadas por la actividad minera y un número elevado de personas con plomo en la sangre. En Perú, se cuentan las muertes con pasmosa frialdad, como un hábito, como cosa de todos los días.
Ana Gloria González, de Chilecito, y Héctor Artuzzo, de Pituil, pequeño pueblo a los pies del Famatina, en la provincia argentina de La Rioja , hablaron sobre sus asambleas y las movilizaciones contra Barrick Gold, que intenta reabrir la centenaria mina La Mejicana en las alturas del Cordón del Famatina. Una sola vertiente promedia 760 litros de agua por segundo, mientras que la minera como mínimo habrá de utilizar 1.000 litros por segundo. Esta ecuación es la gran espada sobre los pueblos campesinos y agroganaderos; a la escasez del agua deben sumar la que inevitablemente contaminará el proyecto minero. En la actualidad existe una cuenca de excesiva acidez (pH2) a 4.500 metros de altura, debido a las antiguas labores de La Mejicana , según reconoce la propia evaluación de impacto ambiental de Barrick en la etapa de prospección. González y Artuzzo afirmaron que «los habitantes de Chilecito y Famatina están dispuestos a proteger con sus vidas los recursos y el ambiente, cerros y paisaje, patrimonio cultural y arqueológico». Y agregaron, «también nuestra agua, nuestra vida y la de las futuras generaciones, porque son nuestros derechos constitucionales los que debemos defender».
Los testigos
El fiscal llamó luego a Lucio Cuenca, del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, quien centró su exposición en el impacto ambiental y social que produce la actividad minera de Pascua Lama. «No sólo la futura, sino la presente, porque en esta etapa de prospección, miles de perforaciones y caminos dieron cuenta de un buen número de crioformas y su destrucción es minimizada y ocultada por la empresa.» El ambientalista de OLCA describió las negligencias y abusos continuos de Barrick en relación con la presentación de reiterados informes de impacto ambiental adulterados. Glaciares que primero desconoce y luego anuncia su traslado; omite plan de manejo de crioformas, presenta planos incompletos y soborna a regantes, su método frecuente de hacer negocios. Según Lucio Cuenca «hay responsabilidad penal de quienes permiten todo esto y espero que este juicio sentencie duramente a la empresa». El dirigente ecologista efectuó una exhaustiva descripción de los numerosos daños ambientales y auguró un destino incierto para el valle del Huasco, de llevarse a cabo el proyecto Pascua Lama.
Mario Mautz y Javier Campillay son agricultores preocupados por la escasez de agua. Las labores del campo y la realidad empresaria sacudieron el silencio de una sala colmada. Mautz con emoción, hizo referencia una vez más a los glaciares y cursos de agua reflexionando que la práctica minera ya produjo impactos negativos. «¿Quiénes son estos para echarnos del valle, quiénes los autorizaron a instalarse y mentirnos con el cuento de que está todo bien?». Campillay siguió en la misma línea, «lamentando no poder dedicarle más tiempo a la lucha contra Pascua Lama. Barrick lo sabe, especula con los tiempos y con nuestra dedicación al trabajo, pero hace rato empezamos a sentir que esta pelea es vital. Ellos o nosotros.»
Verónica Araya explicó la actividad de la red Ayni, un grupo creado para resolver cualquier necesidad de trabajo. Ante preguntas del defensor la testigo ratificó que con artesanías, pequeños emprendimientos e imaginación, podemos reemplazar los puestos de trabajo que Barrick ofrece, sin riesgos de edemas pulmonares ni daños psíquicos debidos al rigor laboral, a cuatro y cinco mil metros de altura. Ya lo estamos haciendo. Su relato abundó en ejemplos: es la respuesta de un sector de la población que opta por ocupaciones genuinas y permanentes.
Le tocó el turno a Julián Alcayaga; al economista le pregunté si era capaz de sintetizar en quince minutos su denuncia expuesta en el «El exilio del cóndor». El libro recoge el daño económico que padece Chile con la privatización del cobre. Produce cada vez más mineral y le ingresa menos renta, menos puestos de trabajo mientras los bienes naturales se van agotando. Paradigma del desarrollo neoliberal. «Miles de millones de dólares -contó Alcayaga- cruzan los océanos mediante declaraciones falsas. Las empresas juran que no tienen ganancias y la mina El Indio de Barrick Gold es una de ellas.» Del otro lado de la cordillera es igual, una docena de leyes y veinte ítems entregan gratuitamente el patrimonio argentino. Un canon ridículo, el agua que no pagan, la energía subsidiada y la estabilidad fiscal por treinta años, forman parte del cruel despojo. Alcayaga, y esta fiscalía, «denuncian la inconstitucionalidad del Tratado Binacional Argentino Chileno de Implementación Minera, que construyó un tercer país para las transnacionales y cede de manera secular las cumbres de la Cordillera de los Andes, la llave del saqueo».
Las aberraciones técnicas de esta minería las expuso Hugo González, ingeniero de minas, oriundo de San Juan, Argentina. Supo retrucar las afirmaciones de la defensa acerca de «una minería responsable, de seriedad científica, y de exigentes controles». González recurrió entonces a un documento probatorio del dolo ambiental que comete Barrick. Una circular interna (y privada) de la empresa auditora contratada por la transnacional le exige a ésta que proceda con celeridad para evitar la «constante rotura de la membrana que debe impermeabilizar el dique de colas de Veladero», a metros del proyecto Pascua Lama. El reclamo deja constancia de la negligencia e imprudencia de la técnica utilizada en la ocasión. (Nosotros teníamos además otro informe donde se exige soldar la membrana cada 20 metros , «aunque no sea la solución apropiada»). El ingeniero González aludió luego a otro documento (entregó ambos en la mesa del tribunal), sobre la conformación del capital societario, la imposibilidad de accionar legalmente contra las transnacionales, y el origen legal de las mineras subsidiarias de Barrick con sede en paraísos fiscales. Hugo González se refirió luego al impacto del método minero a cielo abierto, a las voladuras y partículas en suspensión que generalmente se omiten en los informes de impacto ambiental, y a los drenajes ácidos. Aspectos que Barrick apenas menciona.
Los glaciares retornaron con la intervención del concejal de Alto del Carmen, Luis Faura. Con él habíamos recorrido, hace un par de años, buena parte de Valle del Huasco y sabíamos que su activismo le permitía conocer las interrelaciones de gobernantes y minera. Sobre eso habló Faura, acerca de cohechos, dádivas y tráfico de influencias. Destacó los glaciares de roca denunciados por los regantes del valle, la opinión de los glaciólogos sobre la complejidad del ecosistema andino a 4.500 metros de altura, la destrucción de la fábrica del agua y el esfuerzo de Barrick por ocultar las crioformas que alimentan a las cuencas de agua. «Los valles cordilleranos, sin los glaciares, irán desapareciendo. En la localidad del Huasco, setenta mil habitantes principalmente familias agricultoras, piensan en un virtual éxodo. La puesta en marcha de Pascua Lama -dijo Faura- destruirá uno de los valles más fértiles de la región de Coquimbo.»
Enseguida, la finísima voz de Adriana Campillay sacudió con aplausos las cinco horas transcurridas del juicio oral a Barrick. Las explotaciones mineras se ensañan con los pueblos originarios que se ven desplazados de sus territorios, porque ahora cuentan con un método diabólico para extraer los minerales diseminados. La anciana de la comunidad huascoaltina, con arrolladora vitalidad, se refirió a una cultura ancestral mancillada y sin protección alguna. Reclamó con énfasis «justicia para todas las poblaciones olvidadas» y sus palabras adelantaron la condena de Barrick.
Nuestro alegato
En principio me dirigí al tribunal (y al auditorio) con el Informe Técnico del Proyecto Pascua Lama rubricado por la ingeniera agrónoma Claudia A. Cantoni, el seis de octubre del corriente, en la provincia argentina de San Juan. Claudia Cantoni integra la Comisión Interdisciplinaria de Evaluación Ambiental Minera para el Proyecto Pascua Lama. Creí oportuno y trascendente que ambos pueblos andinos supieran que el proyecto está demorado por éste y otros informes críticos. Pero sin esperanzas mayores. Sólo demorado.
La minera omitió la existencia de glaciares y ante el reclamo de los regantes chilenos admite que hay sólo tres: Toro I, Toro II y Esperanza. Considera que son pequeños e irrelevantes, pero las denuncias comienzan a llover y modifica el Informe de Impacto Ambiental con un plan de manejo de glaciares que no resiste el menor análisis: «los trasladará de lugar, los llevará a un cuarto glaciar próximo, denominado Guanaco».
«¿Cómo?» Le preguntan los regantes.
«Con palas mecánicas», contestó Barrick.
Esto es lo que se sabía. Pero la COREMA primero y la CONAMA después autorizaron el entuerto aceptando la palabra final de la empresa de que no los habrá de intervenir, ni de mover. En realidad, persigue que le acepten la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), y acordará lo que sea necesario.
Del lado argentino la patraña va en aumento. Ofrece un informe donde se aprecia un mapa sin un glaciar. El mismo plano fue presentado en Chile con él. El hecho forma parte de una denuncia, recurso legal que deambula por los estrados judiciales de la provincia sanjuanina.
Pero volvamos al informe técnico de Cantoni, de 31 páginas, que va más lejos, dice que «se puede afirmar que las cuencas de los arroyos Canito, Turbio y río Turbio presentan un régimen glacinival. Se observa hielo intersticial a los 4.800 metros de altura, en cortes del camino hacia el glaciar Guanaco, lo que indicaría la presencia de permafrost (glaciares de roca) discontinuo.» (La minera no menciona ni considera los glaciares de roca) El informe observa que los datos metereológicos de los vientos fueron tomados de Chile y que no se estudiaron los del lado argentino. Que el material particulado afectará la tasa de derretimiento de los glaciares y adelantará la extinción de los mismos. Que Barrick testeó el material particulado en inmediaciones del campamento y omitió el resto del ecosistema donde justamente actuará con el método extractivo a cielo abierto. Que a través de más de nueve puntos se evalúa un impacto negativo y serias falencias técnicas en la DIA. No se investigó lo que debería haberse hecho, por ejemplo, estudiar el comportamiento de glaciares, algunos con más de 160 metros de profundidad. Al mismo tiempo se advierte un delito evidente en la forma en que se desafectó el sitio de explotación del resto de la Reserva de Biosfera de San Guillermo. El meticuloso informe técnico del que participaron especialistas de disciplinas diversas, concluye que: «Por lo expuesto -firma Claudia A. Cantoni- no apruebo la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) presentada ante esta Comisión Interdisciplinaria de Evaluación Ambiental Minera, por la empresa minera Barrick, sobre el Proyecto Pascua Lama».
Tal es nuestro alegato.
La promiscuidad con que operan estas transnacionales. Barrick presentó un Informe de Impacto Ambiental para Veladero donde los insumos principales son el cianuro de sodio y la cal. No considera insumos al agua que usará (más de 1.000 litros por segundo), ni a la energía. En realidad, no paga por el agua. Si lo hiciera debería cobrársele el valor que fija la Oficina Minera de Estados Unidos, que en 1976, costaba 0.10 centavos de dólar el metro cúbico (0,10 centavos cada1.000 litros). Y la energía la recibe subsidiada. La empresa fue multada con 240.000 pesos por el vertido de gasoil en las cumbres de Veladero y Pascua Lama porque es más económico este combustible que utilizar los aditivos especiales recomendados. Es opinión generalizada en San Juan que Barrick nunca pagó la multa. El gobernador de la provincia y su hermano, actual senador nacional, son propietarios de Santa Gema Bentonita, que provee de insumos mineros a la corporación Barrick Gold.
Esta es la minería responsable, la misma que quemó y enterró los sobrantes del campamento de Pascua Lama, al finalizar la prospección. Que provocó la muerte de aves y fauna local al envenenar roedores surgidos de los contenedores, en inusual cadena trófica. Que destrozó el glaciar Conconta para ensanchar el camino y acceder a la planta; que reemplazó la vega de Veladero por el dique de colas. Esta es la minera que soborna y corrompe, que tan pronto decide ultimar trabajadores como eliminar cualquier oposición, con dinero o con la fuerza de sus mercenarios. Ahí está el camino a Veladero controlado por neocelandeses y matones, los asesinatos de mina Pierina, los del Congo, Tanzania o de Papúa en Nueva Guinea. La minera del Imperio Global.
Este es nuestro alegato inconcluso. Sí, inconcluso. Sólo una minúscula exposición de alegato, que alcanza para que este tribunal condene a Barrick Gold Corporation a abandonar los territorios de América Latina. Exigimos su inmediata expulsión. Pero además esta fiscalía solicita que sea este Tribunal quien determine otro juicio semejante, a realizarse en el transcurso del año 2007, a gobernantes y funcionarios públicos que firmaron, permitieron y aceptaron semejante daño ambiental, económico, social y cultural.
Javier Rodríguez Pardo, fiscal del juicio a Barrick Gold. Tribunal Foro Social de Chile, 25 de noviembre de 2006.- Santiago de Chile.
Parte de la sentencia que consta de tres páginas:
Que en consecuencia, este tribunal propone que para el transcurso del próximo año se lleve a cabo un juicio ético de esta misma naturaleza a los gobernantes y funcionarios públicos que legitimaron semejantes atentados ambientales, económicos, sociales y culturales y
Que en atención a esto, el tribunal por mayoría absoluta de sus integrantes acoge la solicitud del fiscal y condena a la demandada a la expulsión de los territorios de dichos pueblos, además de condenar de igual forma a todas las empresas mineras transnacionales que están operando de manera semejante en dichos territorios.
Se deja constancia que el juez don Eduardo Saavedra Díaz, representante de Amnistía Internacional – Chile no concurre al voto de mayoría en lo que se refiere a la expulsión inmediata de la empresa acusada, pero suscribe la totalidad del resto del contenido del presente fallo.
Panel de Jueces
Miguel Palacín Quispe Coordinadora Andina de Pueblos Indígenas
Juan Carlos Cardenas Centro Ecoceanos
Eduardo Saavedra Díaz Amnistía Internacional – Chile
Hermana Cristina Hoar Depto. Paz Justicia y Ecología CONFERRE