Trinidad Jiménez, en su calidad de secretaria de Estado para Iberoamérica, expresó el «máximo respeto» del gobierno español, que preside José Luis Rodríguez Zapatero, al proceso de consulta ciudadana realizado el pasado domingo en México acerca de la reforma energética. «Una decisión soberana de un país en la defensa de los intereses nacionales siempre tendrá […]
Trinidad Jiménez, en su calidad de secretaria de Estado para Iberoamérica, expresó el «máximo respeto» del gobierno español, que preside José Luis Rodríguez Zapatero, al proceso de consulta ciudadana realizado el pasado domingo en México acerca de la reforma energética.
«Una decisión soberana de un país en la defensa de los intereses nacionales siempre tendrá el respeto del gobierno español. Y siempre defenderemos, a su vez, los derechos económicos de las empresas españolas. Si hay una inversión de 2 mil millones de euros, hay que respetar esos derechos y creo que eso nadie lo discute», dijo la máxima representante diplomática del gobierno español ante los países del bloque de Iberoamérica.
Jiménez García-Herrera ejerce desde septiembre de 2006 la labor de coordinar y fortalecer las relaciones de España con el conjunto de países de América Latina.
Esta tarea se ha complicado en meses recientes debido, sobre todo, a tres factores: el encontronazo del rey Juan Carlos con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la Cumbre Iberoamericana de Chile, cuando le exigió que se callara, en una salida de tono poco frecuente en foros internacionales; la aprobación de la «directiva de retorno» de la Unión Europea -también conocida como la «directiva de la infamia»-, que suscitó profundo malestar en países emisores de migrantes hacia Europa, como Bolivia, Venezuela, Argentina y Chile, y, por último, las consecuencias diplomáticas de una medida netamente policial: exigir a los ciudadanos que visitan España en calidad de turistas una serie de requisitos que han derivado en casos de expulsiones arbitrarias y sin justificación.
La funcionaria española analizó con un grupo de corresponsales latinoamericanos estas cuestiones, además de las propias de coyuntura de la región.
Acerca de la consulta ciudadana llevada a cabo en la capital de México y nueve entidades federativas por los gobiernos presididos por el Partido de la Revolución Democrática, Jiménez García-Herrera señaló: «en relación al referendo que se ha hecho sobre la reforma energética, lo único que voy a decir es que no voy a faltar al respeto a las decisiones soberanas de un país. Repercutan como repercutan en las relaciones bilaterales. Si un país o un gobierno toma una decisión en el ejercicio de su soberanía, como es una nacionalización, como ocurrió en Bolivia, lo único que va a hacer el gobierno español, si hay inversiones españolas, es defender los derechos económicos de las empresas que ya invirtieron. Eso es lo que hará el gobierno español porque tenemos que respetar las decisiones soberanas».
Calderón fue muy claro: si no se puede, no se puede
La secretaria de Estado agregó: «No sé si el referendo es o no vinculante, pero el presidente (Felipe) Calderón fue muy claro: dijo que se aprobaría la reforma conforme a la legislación nacional, y si no se puede, no se puede, vino a decir aquí.
«Eso yo recuerdo haberlo oído en una conversación con el presidente Zapatero. Por tanto, no voy a hablar si me parece mejor o no introducir criterios de privatización para lograr una mayor eficiencia y eficacia. Eso estaría de más por mi parte. Lo que sí puedo decir es que nosotros llevamos a cabo varios procesos de privatización de algunos sectores públicos para lograr hacerlos más eficientes, pero eso fue en la coyuntura y en la decisión soberana de España, durante el gobierno de Felipe González.»
La secretaria de Estado española anunció además que la vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, realizará una gira de trabajo en México en los primeros días de agosto, y dijo que también visitara República Dominicana y Haití.
Durante la charla Jiménez explicó los pormenores del acuerdo que tienen previsto firmar en los próximos días Venezuela y España, en el que el gobierno de Hugo Chávez se compromete a vender 10 mil barriles de petróleo diarios a 100 dólares, a cambio de tecnología y alimentos. «La situación de desaceleración económica o de crisis que se vive a escala internacional, en España no lo vamos a solucionar porque compremos parte de nuestro petróleo a precio más bajo.
«El acuerdo, que todavía hay que concretar con Venezuela, pretende más garantizar el suministro de petróleo que obtenerlo a precio más bajo. Así es que no se trata de paliar la crisis, sino de un intercambio que es beneficioso para ambos países. La propuesta vino del presidente Chávez, porque era un acuerdo que también había hecho con Portugal y nosotros, desde luego, la acogimos con mucha satisfacción», manifestó.
Acerca de las relaciones de España y en general de Europa con Cuba, Jiménez García-Herrera fue clara al exponer la postura del gobierno de Rodríguez Zapatero: en junio se consiguió el levantamiento definitivo de las sanciones; con esto buscábamos refrendar nuestra idea de que el gobierno de España cree que no hay que aislar a Cuba en el contexto internacional, y ahí tenemos la política que siempre ha practicado Estados Unidos.
«Por el contrario, nosotros creemos en una política de acercamiento, de diálogo político y de firma de acuerdos. Siempre hemos considerado que es más eficaz un diálogo constructivo con las autoridades cubanas que una política de aislamiento y marginación, que no conduce a nada. Y el hecho de que haya expectativa de reformas nos exige aún más ese esfuerzo de diálogo político. Teniendo muy claro que las reformas tienen que venir desde el propio gobierno cubano y que no se pueden imponer desde fuera.»