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Trovadores por la diversidad en Cuba

Fuentes: La Jiribilla

El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales: el quinto mes del año es en la Isla el instante justo para desarrollar la Jornada Cubana contra la Homofobia que, en esta ocasión, ha tenido un marcado impacto en varios puntos de […]

El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud eliminó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales: el quinto mes del año es en la Isla el instante justo para desarrollar la Jornada Cubana contra la Homofobia que, en esta ocasión, ha tenido un marcado impacto en varios puntos de la geografía insular: en las provincias de Camagüey, Ciego de Ávila, Guantánamo, Villa Clara, Matanzas, Las Tunas, Cárdenas y La Habana se realiza un abultado cúmulo de acciones encaminadas -todas- a apostar por la diversidad sexual.

Conversatorios, proyecciones, exposiciones de artes plásticas, paneles, recitales de poesía, ciclos de cine, galas artísticas e intercambios caracterizan esta jornada en la que la trova, también, estuvo presente gracias a un concierto especial convocado por la cantautora Sara González quien, junto al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau y el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), brindó su proyecto El jardín de la Gorda para «hacer canciones viejas y nuevas» y de esta manera «ser un tilín mejores», dijo.

El concierto se efectuó el pasado domingo 8 de mayo en el Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, en la capitalina barriada del Vedado, sede habitual de la peña de Sara quien interpretó el conmovedor tema «Acerca de los padres» que compuso el también trovador Silvio Rodríguez en el ya lejano año 1967, pero que mantiene una profundidad y una vigencia totales: «Y la erosión le trajo un sexo / y una presencia ante la vida / sellados por un fuerte cordón umbilical, / pues por su filiación sexual le juzgarán (…) ¿Quién tiene un hijo en las entrañas? / ¿Quién le está dando el desayuno / para cobrárselo mañana?».

Continuó Marta Campos con la canción «Mi verso es tu verso» -de su autoría y «dedicada a una gran amiga que está lejos»- y siguió con «Son oscuro», del «siempre presente, querido e imprescindible Noel Nicola»; luego, Ariel Díaz con «La orilla de las ganas» y «Hacheros» y Liliana Héctor con «Carta de libertad» y «Ojos sobre ti». Ariel y Lily llevan varios años de trabajo como dúo, pero a la vez cuidan mucho de que cada quien cultive sus propios caminos creativos, algo que hay que aplaudir.

Llegó la segunda batería de trovadores: Ángel Quintero con «Historia del Panga» puso acento especial en otro asunto que «sacude a una parte de la sociedad cubana: la marginalidad» y estrenó el tema «De rojo fucsia» que, según aseveró, «desde hace tiempo» estaba repensándolo, pero que se decidió a escribirlo «luego de haber ofrecido un concierto en El Mejunje, de Santa Clara, lugar en el que sintió una gran libertad y respeto a la diversidad humana y en el que «su machismo quedó totalmente aplastado», aseguró.

Heidi Igualada -con el hermosísimo timbre que posee- cantó «Frida, la otra mitad», compuesta por ella hace un tiempo y que constituye «un homenaje a esa gran artista que fue y es Frida Kahlo», y continuó con «Dibujo de fantasmas», al tiempo que destacó que «no solamente hay que condenar la guerra, los desastres nucleares y las agresiones al medio ambiente, sino también al fantasma de la homofobia, que hay que desterrar».

Por su parte, Eduardo Sosa llegó con dos inmensos regalos: «Un vestido y un amor», del argentino Fito Páez y su especialísima versión de «Mar y luna», del brasileño Chico Buarque. De esta última dijo haberla preparado, especialmente, para el concierto y comentó que le costó «mucho trabajo avanzar en la canción porque es un texto particularmente desgarrador».

Manuel Argudín volvió a recordar a Noel a partir de su tema «Es más, te perdono», un verdadero clásico de la canción contemporánea cubana, y una cuidada versión de «Pecado original», de Pablo Milanés con un arreglo que comenzó con los acordes iniciales de la música de la película Fresa y chocolate, compuesta por el maestro José María Vitier.

Los ocho trovadores participantes en el concierto terminaron la presentación entonando «Tú me acostumbraste», de Frank Domínguez, al decir de Sara «la primera canción cubana que trata el tema de la diversidad sexual, allá por los años 50, en el movimiento del filin, algo que es verdaderamente sorprendente por la época en que se concibió y la tremenda acogida que tuvo y tiene».

El jardín de la Gorda – dijo Sara- «continuará abierto a las iniciativas de la estrategia educativa por el respeto a la libre y responsable orientación sexual e identidad de género», y subrayó que «esta es la primera vez, pero no será la última en que los trovadores nos juntemos para luchar contra la homofobia y a favor de la diversidad», afirmación que agradeció Mariela Castro Espín, presidenta del CENESEX, presente en el concierto.