La nueva coalición de gobierno informó que estaba estudiando una ley que obliga a las empresas a que el 40% de la junta directiva sea compuesta por mujeres. Esta es una idea del gobierno anterior que sólo alcanzó a presentar el borrador de esta legislación, con lo que pretendía animar a las compañías a que […]
La nueva coalición de gobierno informó que estaba estudiando una ley que obliga a las empresas a que el 40% de la junta directiva sea compuesta por mujeres.
Esta es una idea del gobierno anterior que sólo alcanzó a presentar el borrador de esta legislación, con lo que pretendía animar a las compañías a que voluntariamente incrementaran el número de mujeres en las juntas.
Pero hasta ahora, sólo la quinta parte de las 590 firmas del país cumplen con esta condición.
«No está sucediendo lo suficientemente rápido», comentó Karita Bekkemellen, ministra noruega de Familia e Infancia.
«No quiero esperar 20 o 30 años para que hombres suficientemente inteligentes finalmente designen a mujeres en altos cargos», añadió la ministra, que además dijo que quería que la ley entrara en vigencia a partir del primero de enero de 2006.
Desproporcionado
El gabinete del primer ministro noruego, Jen Stoltenberg, deberá ahora estudiar la ley de equidad de género, la cual, una vez que se ponga en práctica, le dará un plazo de dos años a las compañías antes de que se les amenace con la disolución.
Las críticas a esta ley no se han hecho esperar, ya que consideran que la misma podría forzar a las empresas a mudarse a otro país.
«El cierre de la compañía es un castigo desproporcionado a la ofensa», dijo Sigrun Vaageng, presidente de la asociación de empleadores de Noruega.
«En teoría, el gobierno puede disolver una firma si ésta no tiene mujeres empleadas», agregó.
Pero una portavoz de Bekkemellen sostiene que esta ley podría ser la única forma de asegurar la igualdad de género en las juntas directivas.
De acuerdo a varias encuestas realizadas en ese país, las empresas que están representadas equitativamente por ambos sexos son más exitosas.
«Para que una mujer entre, hay que sacar a un hombre. Y no es difícil encontrar a una mujer preparada», concluyó la portavoz.