La huelga general contra la reforma laboral que ha aprobado el Gobierno español tuvo una respuesta masiva en Euskal Herria, con una especial incidencia en el sector industrial, donde la mayoría sindical vasca calculó que superó el 70% en más del 65% de las empresas. Los sindicatos advirtieron de que la huelga será el inicio […]
La huelga general contra la reforma laboral que ha aprobado el Gobierno español tuvo una respuesta masiva en Euskal Herria, con una especial incidencia en el sector industrial, donde la mayoría sindical vasca calculó que superó el 70% en más del 65% de las empresas. Los sindicatos advirtieron de que la huelga será el inicio de la lucha para impedir la aplicación de la reforma. Las movilizaciones, según los sindicatos, sacaron a la calle a más de 65.000 personas.
El rechazo a la reforma laboral que abarata y facilita el despido y deja en papel mojado los pactos de la negociación colectiva tuvo ayer una respuesta masiva en Euskal Herria en la jornada de huelga general convocada por la mayoría sindical, que anunció que esta respuesta marca el inicio de la lucha por anular la aplicación de la reforma, que «no será tranquila».
Polígonos industriales sin actividad, fábricas paradas, y manifestaciones durante toda la jornada en las principales localidades vascas mostraron en la calle la rabia de la clase trabajadora ante las nuevas medidas aprobadas por el Gobierno español. Más de 65.000 personas se manifestaron en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, según explicaron los miembros de la mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, que consideraron que la huelga general fue un éxito y un rechazo directo a la reforma laboral más agresiva y dura de los últimos 30 años.
En Bilbo, la marcha del mediodía fue la «más grande de carácter laboral celebradas en la capital vizcaina de los últimos años», afirmaron. Estuvo encabezada por los responsables de las seis organizaciones portando la pancarta «Basta de imposiciones. Gure eskubideak defenda dezagun». Patxi Agirre (Hiru), Ainhoa Iturbe (EHNE), Josu Balmaseda (ESK), Belén Arrondo (STEE-EILAS), Ainhoa Etxaide (LAB) y Adolfo Muñoz, «Txiki» (ELA), entre otros miembros de las ejecutivas sindicales, se mostraron satisfechos con la respuesta de los trabajadores que llenaban la Gran Vía a partir de la plaza Elíptica.
La marea humana gritó consignas contra la reforma y contra los banqueros hasta llegar al Ayuntamiento de Bilbo donde se sentaron en el suelo para escenificar la amplia respuesta que obtuvo la manifestación. Belén Arrondo, Ainhoa Etxaide y Adolfo Muñoz señalaron que a quienes afirmaron que no se podía preparar una huelga general en quince días «les tenemos que responder que decenas de miles de trabajadores estamos llenando las calles de Hego Euskal Herria en contra de la reforma más dura y agresiva de los últimos 30 años».
Advirtieron de que esta huelga general es un nuevo paso, pero llegarán otros de forma conjunta «para impedir que se aplique esa reforma regresiva para los trabajadores vascos».
Destacaron una actuación decidida en la negociación colectiva para mantener una condiciones laborales adecuadas. Arrondo remarcó que la reforma laboral «supone un grave retroceso de los derechos laborales», mientras que Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, precisó que «hemos llenado las calles de las capitales vascas para rechazar esta reforma laboral hecha en Madrid y a espaldas de los trabajadores vascos».
Aseguró que «debemos mantener la presión» para que la reforma laboral se eche para atrás «porque profundizaremos en la negociación colectiva para que esas medidas de la reforma laboral no se apliquen en Hego Euskal Herria».
Ainhoa Etxaide recordó que las medidas de Rodríguez Zapatero no reactivan la economía, ni el empleo y «sólo apoyan al sistema financiero al que le ofrecen todo el dinero necesario para tapar y maquillar sus cuentas, mientras que el sector público aplica recortes. Se está avanzando hacia un empobrecimiento económico. Esas medidas nos llevan a la ruina».
Adolfo Muñoz, «Txiki», cerró las intervenciones, denunciando que «sufrimos una hegemonía de política de derechas» y añadió que «aquí manda la banca, como con Franco. Botín y González. Exigen una reforma laboral dura, otra de la negociación colectiva, otra de pensiones, para reducir prestaciones y privatizarlas, el copago en Sanidad sin ningún rubor y piden que se inyecten más ayudas a la banca. Dicen qué hay que hacer y los gobiernos obedecen».
«No es un punto final»
Denunció que esas políticas de ajuste destruyen empleo y lamentó que el diálogo social «es un instrumento financiado para control social y desmovilización». A juicio del líder de ELA, «la huelga general no es un punto final. Sirve para mucho. El éxito hay que medirlo en el trabajo sindical para impedir la aplicación de estas medidas en cada ámbito concreto. La solidaridad hay que trasladarla a todos los ámbitos», concluyó.
Fue sobre todo el sector industrial vasco el que vivió con mayor intensidad la jornada de huelga. Según el seguimiento sindical alcanzó el 65%. Los sindicatos presentaron un informe pormenorizado del control que realizaron de 480 empresas de más de 50 trabajadores descontando las empresas que se encuentran con ERE y las que coincidieron en poblaciones con fiestas patronales.
«Los resultados nos permiten hablar de una gran huelga general en la CAV» y «un resultado muy significativo en Nafarroa», explicaron Jabi Garnika, secretario general adjunto de LAB, y Patxi Agirrezabala, secretario de Comunicación de ELA.
Estudio de incidencia
Agirrezabala informó de que la incidencia fue del 65% en las empresas del sector industrial vasco con más de 50 trabajadores en plantilla, que «son las más afectadas por la crisis y los chantajes de la patronal».
Según sus datos, en este sector pararon totalmente o más del 70% de la plantilla, en un total de 311 compañías, mientras que en otras 79 el seguimiento se situó entre el 30 y el 69%.
Entre los funcionarios de la administración autonómica, el seguimiento contabilizado por estas centrales fue del 55%, mientras que en los ayuntamientos rondó el 70% y en las diputaciones fue menor.
Por territorios, en Araba casi la mitad de las empresas superaron el 70% de seguimiento; en Bizkaia, el 60% y en Gipuzkoa, el 80,11% de las empresas alcanzó ese porcentaje. En Nafarroa, el paro fue «total en en algunas empresas, con una incidencia muy alta en Sakana y la zona norte, también en Iruñerria y el cinturón industrial», donde, se registraron paros relevantes, por encima del 50% en empresas importantes del metal.
Los representantes sindicales destacaron que la incidencia de la huelga en el sector servicios fue «muy elevada». En el sector comercio, destacaron que en el textil, en las empresas del grupo Inditex el paro «fue casi total», en Zara, Bershka, Massimo Dutti, Pull and Bear. Oysho, etc. También H&M, las perfumerías Marionnaud y el sector de alimentación como Sabeco, Lidl, Dia, BM pararon. Grandes superficies como Carrefour Olaberria y Oiartzun, Alcampo y el Hiper Eroski de Abadiño, permanecieron cerradas. En el sector público, «en la Administración local y foral el paro fue muy amplio». Ayuntamientos como Tolosa, Ordizia, Beasain, Pasaia, Durango, Gernika, Galdakao, Orduña, Leioa, Muskiz, Agurain, Dulantzi fue total. En Barakaldo, Santurtzi y Portugalete tuvo una amplia respuesta.
En la Administración autonómica de la CAV el paro rondó el 55%; en Justicia, el 75% y en Osakidetza afectó de forma parcial a todos los centros sanitarios, aunque el 80% se vio obligado a hacer servicios mínimos.
En Nafarroa, en el sector público el seguimiento fue amplio con paros parciales en el Gobierno de Nafarroa, Osasunbidea, Instituto Navarro de Bienestar Social, Deporte y Juventud, Emergencias y se extendió en los ayuntamientos de Iruñerria, Bortziriak y Sakana.
En las Haurreskolak el paro rondó el 80%; en el transporte funcionaron los servicios mínimos, pero en los puertos de Bilbo y Pasaia el paro fue mayoritario.
En la Construcción se vieron afectadas obras importantes y en empresas como Lemona Industrial, Rezola, Portland Valderrivas, Hormigones Lazkano, Altuna y Uria, Hormigones Azkue y otras el paro fue mayoritario. Petronor paró y enel sector de las gasolineras «tuvo una respuesta irregular». También en los medios de comunicación tuvo su reflejo, GARA y Berria no se publicaron, y también hubo paros en las ediciones comarcales de Hitza y en las rotativas de Deia y Diario Vasco. EITB funcionó con servicios mínimos.
En conjunto, se trata de un respaldo mayor que el logrado en la huelga general del pasado 21 de mayo de 2009, según los sindicatos, que. también explicaron que «numerosas empresas pequeñas llevaron a cabo un paro total, contribuyendo a la visualización generalizada de apoyo a la huelga general». Agirrezabala destacó que «por mucho que las administraciones públicas y los empresarios se empeñen en valorar la huelga a la baja, la respuesta ha sido amplia. Estaba en examen la reforma laboral y en Hego Euskal Herria ha suspendido» y afirmó que «es ridículo intentar esconder la incidencia masiva de la huelga».
La patronal minimiza
Respondió así al mensaje que lanzó la patronal vasca Confebask de que la huelga fue un «rotundo fracaso» al haber logrado «un seguimiento muy limitado con diferencias no especialmente acusadas en función del sector o el territorio».
Según sus datos, el seguimiento del paro en el sector industrial fue del 18% en Araba, del 25% en Gipuzkoa y en Bizkaia se situó «entre uno y otro» de estos porcentajes, concentrándose la huelga «en empresas de cierta dimensión, mientras que en la inmensa mayoría de las pymes la normalidad es absoluta». Aseguró que la situación fue «normal» en la Construcción con excepción de algunas obras emblemáticas», y en el sector servicios observó un seguimiento «mínimo».
El Gobierno de Lakua se sumó a esta visión de la patronal, y su portavoz, Idoia Mendia, indicó que «con los datos contabilizados hasta el mediodía, que el seguimiento del paro fue desigual y no se puede calificar de una huelga exitosa». Lo situó en un 5% en la Administración pública y entre el 19 y el 25% en las empresas privadas.
Por su parte, el Gobierno navarro cifró la respuesta a la huelga general en la Administración foral en el 2,38%. Tanto los piquetes que desde primera hora de la mañana recorrieron polígonos industriales y centros comerciales como las manifestaciones de mediodía, se desarrollaron bajo la presencia intimidatoria de la Ertzaintza, que llegó a cargar en algunas ocasiones. De hecho, detuvo a tres personas, imputó a trece por desórdenes públicos e identificó a varios miembros de piquetes.
Miles de personas volvieron a movilizarse por la tarde
Las movilizaciones contra la reforma laboral del Gobierno español se volvieron a repetir por la tarde en numerosas localidades de Hego Euskal Herria, poniendo fin a la jornada de huelga general que sacó a decenas de miles de personas a la calle. Si ya a mediodía los sindicatos señalaron que más de 65.000 personas habían respondido a las convocatorias de manifestaciones, en las movilizaciones vespertinas también fueron miles los ciudadanos vascos que denunciaron las medidas del Gobierno español. En el caso de Gasteiz, con menor presencia policial que en la manifestación matinal, fueron colectivos sociales alaveses los que tomaron la palabra para denunciar las consecuencias de la reforma.
Pero además de las movilizaciones en las cuatro capitales, se registraron manifestaciones comarcales en Gernika, Lekeitio, Balmaseda, Basauri, Durango, Elorrio, Hernani, Lasarte, Etxarri, Leitza, Sopela, Mungia, Tolosa, Beasain, Urretxu, Barakaldo, Zangotza, Lesaka, Tafalla, Tutera, Lizarra, Errenteria, Laudio, Zarautz, Azpeitia, Arrasate y Eibar. P.R.A.
CCOO cree que la huelga mostró el rechazo a la reforma y demandó convergencia sindical
El rechazo importante y masivo a la reforma laboral y la necesidad de avanzar en espacios de convergencia entre las organizaciones sindicales fueron las lecciones que extrajo el secretario general de CCOO-Euskadi, Unai Sordo, en su valoración de la jornada de huelga general, que este sindicato también convocó en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.
Momentos antes de iniciarse la manifestación de CCOO en Bilbo, tras una pancarta en la que se leía «Nuestros derechos en juego. Langileok kalera. 29-J huelga general, Sordo hizo un valoración «altamente positiva» y destacó que, fundamentalmente, en los sectores industriales y del transporte la huelga fue muy importante, aunque los servicios mínimos condicionaron que pudiera darse un paro absoluto.
No obstante, señaló que no sólo grandes empresas, sino polígonos industriales enteros en zonas de Gipuzkoa, Ezkerraldea o Durangoaldea «se ha dado un paro prácticamente del 90%». Por otro lado denunció las cargas contra los piquetes por parte de la Ertzaintza, «absolutamente desproporcionadas sin ningún tipo de actuaciones que mereciera una respuesta de ese calibre». A su juicio, los trabajadores dejaron claro que rechazan las medidas de reforma laboral que ha impulsado el Gobierno de Rodríguez Zapatero y demandan, «al menos un mínimo de convergencia sindical». Precisó que la jornada fue un «muy buen precedente para que el conjunto del Estado se dé una respuesta masiva a la reforma laboral» el 27 de setiembre.