La manifestación que ALIENTE en Aragón ha convocado en Zaragoza el próximo domingo 13 de marzo se hace ahora más urgente y necesaria que nunca
Estamos viendo estos días cómo los negocionistas, como cierto CEO de Forestalia, difunden mentiras descaradamente —y bien que lo saben— afirmando que este próximo domingo vamos a manifestarnos contra las energías limpias. Nosotras fuimos precisamente —cuando ellos impedían su desarrollo con todo tipo de trabas como el impuesto al sol— sus primeras defensoras, y seguimos siéndolo más que nunca ante la doble crisis climática y energética a la que ahora ya sin remedio nos enfrentamos. Así que tenemos que aclarar una vez más, por desgracia, que contra lo que vamos a manifestarnos es contra el modelo depredador de sus lucrativas mega centrales y grandes líneas eléctricas que, de nuevo —como en los tiempos del carbón y de los pantanos—, quieren imponernos para hacer negocio con nuestra tierra, nuestro sol, nuestro viento y nuestro futuro.
En el colmo del cinismo y la abyección, los promotores de este modelo extractivista e irracional están ahora aprovechando la guerra, la mayor desgracia de la Humanidad, para afianzar sus negocios y multiplicar sus beneficios. Pero si algo demuestra la guerra de Ucrania es que lo que necesitamos urgentemente es un modelo distribuido, que priorice el ahorro y la eficiencia, el autoconsumo y las comunidades energéticas, esto es, exactamente lo que las renovables, mejor que ninguna otra energía, permiten —y también lo saben: por eso las temían antes de apropiárselas—. Solo así alcanzaremos la soberanía energética, que no es la de las naciones, sino la de las personas. Pero, además, es imprescindible y también urgente decrecer, lo que se puede hacer o bien de forma planificada e inteligente o bien de forma traumática e inevitable —eso es algo que también está demostrando ya esta nueva e infame guerra en Europa.
Y es que los límites biofísicos del planeta no permiten una transformación del modelo energético mediante una mera sustitución de las fuentes de energía por renovables; mucho menos aún creando inmensas redes de transporte eléctrico —con las que se llevarán la energía que pretenden producir en nuestra tierra al centro y norte de Europa—, en las que se desperdiciará como mínimo un 10% de la energía producida, haciéndonos además mucho menos resilientes. Pero eso también lo saben, y por ello reclaman más gas y más nuclear pintándolas de verde mientras hacen oídos sordos al último aviso desesperado del IPCC. Está en ciernes, por si fuera poco, una gravísima crisis alimentaria. ¿Es que acaso pretenden afrontarla cubriendo de paneles fotovoltaicos y molinos grandes extensiones de tierra agrícola y condenando a la muerte a nuestro mundo rural?
No, que no te engañen. Nosotras también estamos siendo invadidas. La nuestra es una guerra verde, sin derramamiento de sangre —humana— y que no ocupa ni un minuto en los telediarios. Igualmente nos condena, sin embargo, a tener que dejar nuestros hogares y, si no la detenemos, dejará también sin futuro a nuestros hijas e hijos. Pero, igualmente también, que lo sepan, no pensamos rendirnos, aunque solo dispongamos, ante la soberbia de los locos que nos llevan al abismo, de las armas de la razón y de la voluntad.
Muchas voces, absolutamente desinteresadas y absolutamente solventes, lo explicaron alto y claro cuando nos manifestamos con la Alianza Energía y Territorio (ALIENTE) en Madrid el pasado 16 de octubre. No dejéis de oírlas, son solo unos minutos, los mismos que no nos dan ni nos darán nunca en los telediarios, y eso que estos sí son expertos y expertas, no como los que citan de forma mostrenca los grandes medios para hacernos aceptar nuestra propia ruina.
Por eso, el próximo domingo 13 de marzo es imprescindible participar en la manifestación convocada por ALIENTE en Aragón en Zaragoza para exigir al Gobierno de Aragón y a sus particulares oligarcas una Transición Energética Justa, Ecológica y Sostenible. Y también para que sepan que no vamos a dejar que una vez más nos sacrifiquen, ni para seguir manteniendo la locura energética de una sociedad que vive por encima de sus posibilidades, ni para llenarse sus bolsillos una vez más con nuestra tierra.
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CARLOS GONZÁLEZ. Militante de Anticapitalistas Aragón y miembro de la Plataforma Unitaria contra la Autopista Eléctrica y de ALIENTE.
Fuente: https://arainfo.org/un-llamamiento-desesperado-desde-el-mundo-rural-aragones/