Según los investigadores, el ser humano ha destruido el 83 % de los mamíferos salvajes y el 50 % de las plantas a pesar de ser solo el 0,01 % de las formas de vida.
El pasado 21 de mayo la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos publicó un estudio a cargo de un grupo de científicos del Instituto Weizmann de Ciencias y del Instituto de Tecnología de California sobre el brutal impacto del ser humano en la composición de la biósfera.
«En el lapso relativamente breve de la historia humana, las principales innovaciones, como la domesticación del ganado, la adopción de un estilo de vida agrícola y la Revolución Industrial, han aumentado dramáticamente la población humana y han tenido efectos ecológicos radicales», señalaron los biólogos Yinon Bar-On, Rob Phillips y Ron Milo.
El estudio, titulado La distribución de la biomasa en la Tierra, consiste prácticamente en un censo orientado a cuantificar la masa de vida en el planeta medida en toneladas de carbono, una unidad de medida común para cuantificar la masa vegetal, ya que es independiente del contenido de agua, además de permitir comparaciones con cualquier otro ser vivo.
Esto ha llevado a los investigadores a descubrir que toda la vida en el planeta consiste en unas 550 mil millones de toneladas de carbono distribuidas entre todos los reinos de la vida. Sin embargo, el estudio también reveló que el surgimiento de la civilización humana ha causado la destrucción del 83 % de los mamíferos salvajes, el 80 % de los mamíferos marinos, el 50 % de las plantas y el 15 % de los peces.
Fuente: The Guardian.
Además, hoy, del total de los mamíferos terrestres, solo el 4 % corresponde a animales salvajes, mientras que el 60 % está conformado por ganado, y el restante 36 % se trata de seres humanos.
Las plantas dominan la tierra y los animales el mar
Según el estudio, las plantas constituyen el reino dominante en el planeta con 450 gigatoneladas de carbono (450 Gt C), concentrándose principalmente sobre la tierra, mientras que los animales (2 Gt C) son principalmente marinos. Por su parte, las bacterias (70 Gt C) y arqueas (7 Gt C) se localizan predominantemente en ambientes profundos del subsuelo.
En cuanto al ser humano, su masa es de un orden de magnitud (10 veces) mayor que la de todos los mamíferos silvestres combinados, y su impacto histórico en la biomasa global es más que destacable: «Hoy en día, la biomasa de humanos (0.06 Gt C) y la biomasa de ganado (0.1 Gt C) superan con creces la de mamíferos silvestres (0.007 Gt C)», señalan los científicos.
Fuente: The Guardian.
«Esto también es cierto para las aves silvestres y domesticadas, para las cuales la biomasa de las domesticadas (0.005 Gt C, principalmente pollos) es aproximadamente tres veces mayor que la de las aves silvestres (0.002 Gt C)».
«De hecho, los humanos y el ganado superan a todos los vertebrados combinados, con la excepción de los peces. Aunque los humanos y el ganado dominan la biomasa de mamíferos, son una pequeña fracción de la biomasa animal, que comprende principalmente artrópodos, seguidos de peces», señala el estudio.
Impacto de la actividad humana en la composición de la biósfera
Para los investigadores, la comparación de la biomasa mundial actual con valores prehumanos es muy difícil de estimar con precisión, sin embargo permite demostrar el impacto de los seres humanos en la biosfera. Para Bar-On, Phillips y Milo, «la actividad humana contribuyó a la Extinción de la Megafauna Cuaternaria entre los 50.000 y los 3.000 años atrás, que demandó alrededor de la mitad de las grandes especies de mamíferos terrestres».
«La biomasa de mamíferos terrestres silvestres antes de este período de extinción fue estimada por Barnosky en 0.02 Gt C», indicaron los científicos. Sin embargo, «la biomasa actual de mamíferos terrestres silvestres es aproximadamente siete veces menor (0.003 Gt C)».
En cuanto a los mamíferos marinos, el censo señala que «la intensa caza de ballenas y la explotación de otros mamíferos marinos han resultado en una reducción de aproximadamente cinco veces en la biomasa global» de estos animales.
«Mientras que la biomasa total de los mamíferos salvajes (tanto marinos como terrestres) disminuyó en un factor de 6, la masa total de mamíferos aumentó aproximadamente cuatro veces». Esto «debido al gran aumento de la biomasa de la humanidad y su ganado asociado».
«La actividad humana también ha afectado a las poblaciones mundiales de vertebrados, con una disminución en la biomasa total de peces, una cantidad similar a la biomasa total remanente en las pesquerías y al aumento en la biomasa total de mamíferos debido a la cría de ganado».
El impacto de la civilización humana en la biomasa global no se ha limitado a los mamíferos, sino que también ha modificado profundamente la cantidad total de carbono secuestrado por las plantas: «Un censo mundial del número total de árboles, así como una comparación de biomasa vegetal real y potencial, ha sugerido que la biomasa total de las plantas (y, por delegación, la biomasa total en la Tierra) ha disminuido aproximadamente el doble en relación con su valor antes del comienzo de la civilización humana».
Además, el estudio agrega que la biomasa total de cultivos humanos «representa solo el 2 % de la biomasa vegetal total existente».
Pero como dice el informe, esto no es más que una primera aproximación. Un censo sin punto de comparación con otro anterior tampoco nos dice demasiado, más que darnos una orientación cognitiva. Lo que sí se puede comparar es el evidente impacto humano en el reino animal, y que en el reino vegetal está la mayoría de la masa de vida de la biósfera.
Estos datos son en general tenidos en cuenta por las organizaciones ambientalistas que han logrado algunas leyes favorables como la creación de parques nacionales, protección a los bosques nativos, cuidado de acuíferos o glaciares.
Sin embargo, ha habido poco éxito con el cuidado del subsuelo de las zonas más productivas y tampoco se han generado grandes movimientos organizados para evitar la expansión del consumo de carne de ganado, eje indudablemente central en el avance de las plantaciones de soja, maíz y otros monocultivos por sobre las zonas boscosas de todos los continentes.
Por otra parte, en el sector pesquero las toneladas de capturas están estables desde hace treinta años y al mismo tiempo ha crecido exponencialmente la acuicultura, hasta rondar en el 44 % de toda la producción de pescado.
A partir del informe se abren muchísimas preguntas, y sirve para rearmar nuestro entramado conceptual de biósfera. O más allá, el de Gaia, ese organismo vivo cada vez con menos masa corporal para sus necesidades vitales, en el cual nos alojamos como las bacterias en nuestro intestino.