Un nuevo estudio que usa la data recolectada por el proyecto Sea Around Us en un esfuerzo inédito que reconstruye las capturas reales de peces en los últimos 60 años, revela que la práctica de arrastrar redes gigantes a través del fondo marino ha generado la extracción de 25 toneladas de peces que residen a […]
Un nuevo estudio que usa la data recolectada por el proyecto Sea Around Us en un esfuerzo inédito que reconstruye las capturas reales de peces en los últimos 60 años, revela que la práctica de arrastrar redes gigantes a través del fondo marino ha generado la extracción de 25 toneladas de peces que residen a 400 metros o más debajo del nivel del mar. Esta explotación masiva ha generado el colapso de muchas de esas poblaciones de peces.
La nueva estimación sugiere que los distintos países del mundo capturaron 42% más peces de los que reportaron a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. «Lo que más nos preocupa es que se haya causado más daño de lo que se había pensado a las poblaciones de peces de aguas profundas y a sus hábitats», dice Lissette Victorero, autora principal del esudio y estudiante de doctorado en el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido.
El estudio, publicado esta semana en Frontiers in Marine Science, examina el estatus de 72 especies de peces de aguas profundas capturadas por arrastreros de fondo en todo el planeta, muchas de las cuales han sido explotadas a niveles insostenibles.
Por ejemplo, las capturas estimadas de granadero de nariz redonda fueron superiores a 60 mil toneladas en 2001 en el Atlántico Nororiental, pero el stock fue sobreexplotado tan rápido que hubo que imponer un moratorio en 2006 en las aguas de Noruega. «Una de las razones detrás del colapso es el hecho de que los arrastreros no son selectivos y agarran todo lo que está a su paso, lo que significa que los granaderos jóvenes que no han alcanzado su desarrollo reproductivo completo son capturados junto con granaderos adultos. Esto disminuye las posibilidades de recuperación de la población», dice Deng Palomares, coautora del estudio y la Gerente de Proyecto de Sea Around Us en la Universidad de Columbia Británica.
El profesor Les Watling, de la Universidad de Hawaii en Mānoa y coautor del estudio, explica que la mayor parte de las pesquerías analizadas siguieron un patrón de «boom y deterioro», es decir, fue posible sostenerlas por dos décadas cuando mucho porque los peces de aguas profundas generalmente tienen bajo índice de fecundidad, crecen muy lentamente y son altamente vulnerables a la sobreexplotación. Estas especies también suelen vivir en crestas y montes submarinos que son destruidos por los arrastreros.
Además de agotar los stocks de peces, la pesca de arrastre submarino no produce muchos peces valiosos en términos de mercado. Los especímenes inmaduros son tirados por la borda porque generalmente no cumplen con el tamaño mínimo estipulado, mientras que las especies que se capturan por accidente también son devueltas al mar ya muertas.
Estos estimados presentados por Victorero, Palomares y sus colegas sugieren que 6 millones de peces fueron descartados durante el período estudiado, mientras que las pesquerías de aguas profundas apenas aportaron 0,5% del total de peces desembarcados. «Esto significa que, a escala global, la importancia de estas pesquerías es trivial», afirma el estudio.
La necesidad de seguir adelante con el negocio a pesar de su inviabilidad económica empuja a las flotas pesqueras a buscar continuamente subsidios gubernamentales, así como nuevas especies para pescar. Esto ocurre especialmente cuando ya han agotado un stock o cuando se les imponen nuevas regulaciones. «Lo que estamos viendo es un ciclo en el cual los arrastreros empiezan a apuntar a peces que ya estaban capturando de manera incidental. Crean nuevos mercados para ellos hasta que agoten el stock y, mientras tanto, las normativas para regular tales prácticas no son actualizadas con la misma rapidez en la que ellos operan», explica la autora principal.
El impacto de la pesca de arrastre va más allá de las capturas de peces. Las redes gigantes que son arrastradas por el fondo marino también remueven esponjas, corales, estrellas y pepinos de mar, anemonas, entre otros organismos que son esenciales para nutrir el hábitat y la dieta de los peces. Los arrastreros también destruyen los montes marinos y otros espacios donde los peces habitan y los transforman en áreas desérticas.
«Mucha más biomasa de peces y especies que forman hábitats ha sido removida del fondo marino. El grado de alteración del ecosistema que esta situación ha causado todavía nos es desconocido», dice Palomares.
Claire Nouvian , coautora del estudio y fundadora de la ONG BLOOM, agrega que estos resultados deberán ser tomados en cuenta por los responsables políticos al fin del 2018 cuando establezcan la captura total permisible (TAC) y las cuotas para especies profundas en la Unión Europea. «El nuevo Reglamento de pesca profunda de la UE por el cual hemos luchado tanto y que prohíbe la pesca de arrastre profunda por debajo de 800 metros entró en vigor en enero de 2017 , pero dado que las cuotas de especies profundas se deciden cada dos años, 2018 será el primer año en que se establezcan las cuotas según las nuevas reglas».
Se exigirá a los responsables que establezcan cuotas de acuerdo con los principios fundamentales de la Política Pesquera Común (PPC) y del nuevo Reglamento de «pesca profunda» (no 2016/2336) . Estos dos textos requieren claramente «garantizar la conservación a largo plazo de las poblaciones de peces de aguas profundas«, aplicar «el criterio de precaución a la gestión pesquera» y restablecer «las poblaciones de especies capturadas por encima de los niveles que puedan producir el rendimiento máximo sostenible. »
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El estudio «Out of sight, but within reach: A global history of bottom-trawled deep-sea fisheries from >400 m depth» (Fuera de vista pero al alcance: Historia global de las pesquerías de aguas profundas de >400 metros afectadas por la pesca de arrastre) fue publicado en Frontiers in Marine Science, doi: 10.3389/fmars.2018.00098
Contacto para prensa:
Claire Nouvian, presidente de BLOOM
+33 (0)6 13 40 50 43
clairenouvian@
Acerca de BLOOM www.bloomassociation.org:
Una organización sin ánimo de lucro creada en 2005 que trabaja para la protección del océano y la defensa de una pesca ambiental y socialmente sostenible, llevando a cabo campañas de sensibilización acciones de incidencia política y de educación, así como investigación científica. Sus acciones se dirigen tanto al gran público como a políticos y tomadores de decisiones y a actores económicos.
Fuente: http://www.bloomassociation.org/wp-content/uploads/2018/04/SP-Communicado-Deep-Sea-catch.pdf