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Conversaciones con Mariela Castro Espín (3/4)

«Un país como Cuba, una nación socialista, debe defender la igualdad de todos»

Fuentes: Opera Mundi

El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) Salim Lamrani: ¿Cuándo se fundó el CENESEX? Mariela Castro Espín: La historia del CENESEX se remonta a 1972 cuando la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) creó un grupo de trabajo destinado a evaluar las dificultades y censar las discriminaciones de las cuales eran víctimas los homosexuales y las […]

El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX)

Salim Lamrani: ¿Cuándo se fundó el CENESEX?

Mariela Castro Espín: La historia del CENESEX se remonta a 1972 cuando la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) creó un grupo de trabajo destinado a evaluar las dificultades y censar las discriminaciones de las cuales eran víctimas los homosexuales y las lesbianas.

Desde 1976, este grupo de trabajo tiene el estatus de asesor del Parlamento cubano, creado ese mismo año. El objetivo era influenciar a los legisladores sobre estos temas. Era una idea de mi madre, Vilma Espín, fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas.

Era difícil abordar el tema de la homosexualidad en aquella época. Se abordaba la problemática en algunos cursos pues la Asociación Americana de Psiquiatría, muy adelantada sobre su tiempo, había dejado de considerar la homosexualidad como enfermedad en 1974. ¡Conviene recordar que la Organización Mundial de la Salud sólo dejó de considerar la homosexualidad como enfermedad mental en 1990!

SL: ¿Qué estrategia elaboró el CENESEX?

MCE: A partir de mediados de los años 1970, el CENESEX comenzó a publicar obras de autores de Alemania del Este, país que estaba también adelantado en esta cuestión, con el fin de luchar contra los prejuicios y las discriminaciones. Uno de esos libros titulado El hombre y la mujer en la intimidad de Sigfred Schnabel, publicado en 1979, fue el best seller del año y afirmaba que la homosexualidad no era una enfermedad. Era la primera vez que una pluma científica demostraba en Cuba que la homosexualidad no era una enfermedad.

Pero esa realidad no le convenía a mucha gente. Así, en una segunda edición del libro, el capítulo sobre la homosexualidad fue eliminado. Mi madre entró en una rabia terrible y le garantizo que el editor pasó sin duda el peor momento de su vida. Había suprimido el capítulo de modo arbitrario, sin consulta previa. Como homófobo no soportaba la idea de que la homosexualidad pudiera considerarse algo natural en el ser humano, además, por un científico de Alemania del Este, comunista como nosotros. Mi madre, que había luchado para encontrar el financiamiento necesario para la publicación del libro, había visto su obra saboteada por el sectarismo y la homofobia de un individuo, con un poder dado, incapaz de aceptar la idea de que los homosexuales puedan beneficiarse de los mismos derechos que él.

El CENESEX prosiguió con sus esfuerzos para abordar el tema de la homosexualidad y debatir del tema sin tabú. En 1989, siguiendo el proceso de institucionalización iniciado en los años 1970, el CENESEX integró el Ministerio de Salud Pública, con el fin de recibir su presupuesto del Estado, pues la FMC es una organización no gubernamental.

SL: ¿Había resistencias a nivel institucional?

MCE: Había fuertes resistencias. Al inicio de los años 1980, cuando solicitamos al Ministerio de Educación para debatir del tema en las escuelas y las Universidades, se nos negó la posibilidad de forma categórica. De ningún modo era posible abordar el tema de la homosexualidad con los altos funcionarios del Ministerio de Educación. Como máximo, aceptaron trabajar en un programa de educación sexual que se aprobó en 1996, gracias a nuestra perseverancia. Establecimos un programa para todos los niveles, del preescolar hasta el preuniversitario. A partir de ese documento, el Ministerio de Educación elaboró su propio programa.

SL: ¿Cuál es la política actual del Estado Cubano hacia la diversidad sexual?

MCE: Actualmente, gracias justamente a las iniciativas del CENESEX, las cosas están cambiando de modo positivo. Somos considerados una institución tercera de salud y estamos encargados de los temas de sexualidad y de asesorar al mundo político. Ahora, los políticos toman más en cuenta los derechos de los homosexuales y de las personas transexuales.

Partimos del siguiente razonamiento: no hacer nada para los homosexuales era en sí un acto político. Era imprescindible poner término a ello. Entonces hemos propuesto elaborar una política explícita de atención a los homosexuales y una política de lucha contras las discriminaciones de las cuales eran víctimas.

Gracias al permanente diálogo que hemos mantenido con los legisladores y el Partido Comunista, hoy día, por primera vez en la historia de la Revolución, en los documentos que se debatieron en 2012 se integró el tema de la orientación sexual como motivo de discriminación general contra la cual había que luchar y de la cual la prensa debía debatir sin censura ni tabú. Los homosexuales deben poder participar en la vida pública, como todos los ciudadanos, sin discriminación alguna.

La lucha contra la homofobia

SL: ¿Cómo se expresa actualmente la homofobia en la sociedad cubana, tanto a nivel institucional como en la vida cotidiana?

MCE: Debemos reconocer que hubo cambios positivos desde la creación de las Jornadas contra la Homofobia que tienen lugar cada 17 de mayo desde 2007, tras la propuesta de un militante francés que se llama Louis-George Tin. También está implicado en la lucha contra el racismo y todo tipo de discriminación. Propuso que el 17 de mayo fuera el Día Mundial contra la homofobia, pues el 17 de mayo de 1990 la Organización Mundial de Salud dejó de considerar la homosexualidad una enfermedad mental, es decir cerca de 20 años después de la Asociación Americana de Psiquiatría.

SL: En Francia, la homosexualidad se despenalizó en 1981.

MCE: En Cuba, el proceso de despenalización se hizo en 1979. Pero sólo en 1997 se eliminaron las últimas referencias discriminatorias del Código Penal cubano. La decisión de la OMS de 1990 tuvo una importancia simbólica muy fuerte.

En el CENESEX, no estábamos convencidos del impacto de las manifestaciones del Orgullo Gay en Cuba. Pensábamos que iban a percibirse como algo ostentoso y agresivo. Habría sido contraproducente y habría provocado más rechazo. Entonces decidimos celebrar la Jornada organizando varias actividades culturales y numerosos debates en el centro de La Habana. La iniciativa fue un éxito. El siguiente año buscamos alianzas con las instituciones tales como el Ministerio de Cultura. El ministro Abel Prieto nos sugirió la idea de realizar una semana de actividades en vez de un solo día para alcanzar y sensibilizar más a la población.

SL: Fue una idea de Abel Prieto.

MCE: Efectivamente. Siempre se ha mostrado receptivo a esta problemática. Implementamos esa excelente idea. Era algo inesperado que un ministro de la envergadura de Prieto, muy apreciado entre los intelectuales y artistas, nos hiciera semejante sugerencia. Recibimos el apoyo de la Unión Nacional de Escritores y Artistas cubanos, la UNEAC, así como de otros organismos.

En 2008, realizamos la primera Jornada Internacional contra la Homofobia, que en realidad duró una semana. En 2009, realizamos la actividad en Santiago de Cuba, con el apoyo de todas las autoridades, tanto del Partido como del Ministerio de Interior. Fue beneficioso para la sociedad cubana. Hay más debates sobre estos temas entre la población. Es nuestro objetivo. Aprovechamos eso para invertir el campo mediático, la radio, la televisión, la prensa escrita. Antes, no había debate sobre este tema. Había mucha hostilidad hacia los homosexuales. Hemos notado un cambio profundo en cuanto a las actitudes y los prejuicios. Pero todavía hay mucho trabajo que hacer con nuestros medios. Es lamentable que la prensa internacional mediatice más nuestras actividades que nuestra prensa nacional.

SL: Ahora, incluso hay telenovelas que tratan el tema.

MCE: Primero hubo Cara oculta a la luna que trató el tema y suscitó el debate. Ahora hay varias telenovelas que tratan de la diversidad sexual, que es una realidad social, de modo mucho más abierto y son de excelente calidad. Dignifican la figura del homosexual y le dan la palabra. Las primeras series que trataron el tema eran de calidad bastante mediocre. Ahora están muy bien hechas.

SL: Hoy día, el CENESEX dispone de un espacio de expresión mucho más amplio.

MCE: Efectivamente, pero no crea que ha sido fácil. Hemos tenido que luchar fuerte para tener acceso a los medios nacionales. Disponemos también de una revista de sexología, que sale tres veces al año y distribuimos a las bibliotecas. Tiene una tirada de 8.000 ejemplares. Unos 2.000 ejemplares son para el Ministerio de Educación, y nosotros difundimos 6.000. Se la mandamos a los ministros, a los dirigentes del Partido así como a los Diputados de Asamblea Nacional, con el fin de sensibilizarlos. Hemos tenido mucho éxito. Los últimos números están disponibles en nuestra web. El Fondo de Población de las Naciones Unidas financia la impresión. Todos nuestros colaboradores son voluntarios y no reciben compensación financiera por sus reflexiones. Médicos e investigadores usan con frecuencia nuestra revista como fuente.

SL: Entonces el impacto es más bien positivo.

MCE: Sí, y es un motivo de satisfacción aunque estamos conscientes de que queda mucho trabajo por hacer. Hemos notado un cambio desde la celebración de la primera Jornada contra la Homofobia. Las críticas y comentarios son mucho menos virulentos y los prejuicios desaparecen poco a poco, pero todavía no hemos logrado eliminarlos totalmente. La población incluso se apropia de un lenguaje científico específico a esta problemática y analiza el tema desde una perspectiva diferente.

SL: El CENESEX dispone también de un Consejo Jurídico.

MCE: Efectivamente, hemos creado un Consejo Jurídico para defender a las personas víctimas de atentados a sus derechos fundamentales por su orientación sexual. Les brindamos nuestro apoyo y las acompañamos en sus trámites jurídicos. Dado que no disponemos de una antena jurídica en cada provincia, informamos directamente a los jueces municipales, provinciales y del Tribunal Supremo, para que se encarguen de este tipo de asuntos.

SL: ¿Cuáles son los casos más frecuentes de expresión homófoba?

MCE: Los casos más frecuentes que llegan a nuestros servicios son discriminaciones en el mundo profesional, con violaciones del derecho laboral. Algunos ven su carrera estancada por el comportamiento homófobo de su jerarquía. También hay conflictos familiares. Algunas familias rechazan a uno de sus miembros por su orientación sexual.

También hay una discriminación hacia los transexuales por parte de la policía. Es un caso interesante pues hemos podido evaluar nuestra eficacia al respecto. Había mucho acoso por parte de las fuerzas del orden, con controles sistemáticos, etc.

SL: ¿Hubo casos de violencia policíaca?

MCE: No hubo violencia física, pues la policía no se atrevía a llegar hasta ese punto, pero un acoso constante sí, y arrestos arbitrarios también. En efecto, durante la discusión muchas veces animada, la policía esgrimía el argumento de «desacato» y llevaba a la persona a la estación de policía por unas horas.

En 2004, empezamos a ocuparnos resueltamente de este tipo de discriminación, tras una reunión con un grupo de travestis. Juntos elaboramos una estrategia global para mejorar la imagen de esta comunidad. Trabajamos sobre la prevención del SIDA y los formamos como militantes de los derechos sexuales. Presentamos el proyecto al Partido Comunista, el cual facilitó el diálogo con la policía y todo cambió. Ahora la policía es mucho más respetuosa.

SL: ¿Qué pasa cuando el diálogo es infructuoso?

MCE: En este caso, resolvemos nuestros diferendos en los tribunales. El caso de Paquito, por ejemplo, fue llevado a juicio.

SL: ¿De qué se trata?

MCE: Paquito es un periodista que fue víctima de discriminación por parte de las fuerzas del orden y llevó el asunto a juicio. Lo habían multado por reunirse con su pareja en un parque y lo acusaron de exhibicionismo. Finalmente el tribunal canceló la multa.

SL: ¿Todos los casos tienen el mismo final feliz?

MCE: No siempre es el caso. El problema es que somos iguales ante la ley, pero no ante los jueces. Tuvimos un caso en el que la víctima tuvo que lidiar con un juez de confesión cristiana que aplicó su homofobia religiosa y que fue condenada.

SL: Justamente, hubo tensiones con la Iglesia.

MCE: Como la mayoría de las instituciones religiosas, la Iglesia es muy conservadora hacia la diversidad sexual. Hubo incomprensiones, pero debo decir que en este caso también el Partido facilitó el diálogo y apaciguó los espíritus. El Departamento de los Asuntos Religiosos desempeñó un papel sumamente positivo.

SL: ¿Y con la prensa?

MCE: En cuanto a nuestra relación con la prensa, el Departamento Ideológico del Partido también desempeñó un papel en la obtención de un espacio de expresión a nivel nacional. El diálogo es muy fructuoso y logra solucionar muchas contradicciones e incomprensiones.

SL: ¿Encuentra usted resistencias en las instituciones?

MCE: A veces sí, lamentablemente. Nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores sufre todavía homofobia. Por ejemplo, nos enteramos de que Cuba había previsto abstenerse durante el voto de diciembre de 2008 sobre la resolución a favor de la despenalización universal de la homosexualidad. Entonces fuimos al Ministerio para dialogar con el ministro y decirle que la política exterior debía ser el reflejo de la política nacional. Un país como Cuba, una nación socialista, debe defender la igualdad de todos. Es esencial. Recibimos un número incalculable de correos que decían: ¿Cómo es posible que Cuba no se adhiera a tal resolución?». Y compartíamos su indignación. Pero nuestro trabajo fue fructuoso pues Cuba votó a favor de la declaración de la despenalización universal de la homosexualidad en diciembre de 2008.

SL: ¿Qué otras instituciones dan señales de resistencia?

MCE: También hay mucha resistencia por parte del Ministerio de Educación y del Ministerio de Justicia. No obstante, hemos firmado un acuerdo con el Ministerio de Educación Superior para realizar un trabajo de educación sexual y de promoción de la salud sexual -que incluye la problemática de identidad de género y del derecho a la diversidad- en todas las universidades del país.

También trabajamos con las Escuelas de Medicina y ofrecemos una formación de educación sexual, basada en los principios de la Organización mundial de la Salud a la cual pertenecemos, y que forman parte de los Objetivos del Milenio.

También nos gustaría que la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) participaran más en nuestras actividades.

SL: ¿Y el Ministerio de Interior?

MCE: Contrariamente a lo que se podría suponer, nuestra relación es excelente con el Ministerio de Interior, como lo es con el Partido, el cual lanzó un llamado público a luchar contra la discriminación basada en la orientación sexual. De todas formas, es el papel del Partido estar a la vanguardia y defender las ideas progresistas y emancipadoras. También tenemos el apoyo de los gobiernos locales.

SL: ¿Cuáles son sus principales apoyos institucionales?

MCE: El Ministerio de Cultura y el Ministerio de Salud Pública son grandes aliados de nuestra causa, que es una causa nacional, de todos los cubanos, incluso universal: la de los mismos derechos para todos. También tenemos el apoyo de la Federación de Mujeres Cubanas, como siempre, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Unión de Juristas de Cuba, etc. También disponemos de una mejor relación con el Ministerio de Relaciones Exteriores.

En cambio, podríamos reforzar nuestros lazos con el Ministerio de Turismo. Hemos elaborado cursos de educación sexual, así como cursos de prevención de abuso sexual sobre menores. A nivel de los funcionarios, la recepción es bastante buena. La resistencia viene más bien de los dirigentes de este ministerio. Incluso intentaron sabotear nuestras actividades, pero pudimos beneficiarnos del apoyo de los gobiernos locales y los intentos fracasaron, pues el poder está en manos de ésos y no en las del Ministerio de Turismo.

SL: ¿A qué tipo de obstáculos procedentes de Ministerio de Turismo tuvieron que enfrentarse?

MCE: Por ejemplo, habíamos previsto una actividad en Tropicana y nos enfrentamos a la hostilidad del Ministerio de Turismo. No obstante, el secretario local del Partido así como los delegados locales intervinieron y se realizó la actividad. El intercambio fue virulento pero triunfamos.

SL: ¿Es todavía homófoba la sociedad cubana?

MCE: La sociedad cubana sigue siendo homófoba pero muchos menos que antes. Ahora resulta difícil reivindicar su homofobia pues se considera una actitud reaccionaria, y por lo tanto contrarrevolucionaria. La homofobia no es una cuestión de generación sino de mentalidad y de cultura. El diálogo y la reflexión son fundamentales para luchar contra la homofobia.

SL: ¿Cuáles son los motivos de satisfacción?

MCE: La homofobia, si no ha desaparecido completamente, ha disminuido bastante en nuestro país. Hemos recibido testimonios magníficos de familias que habían rechazado a uno de sus hijos por su orientación sexual y finalmente aceptaron su diversidad gracias a nuestro trabajo de educación. También hemos recibido muchos testimonios de personas homófobas que lograron librarse de sus prejuicios y se arrepienten de su actitud pasada y del daño que causaron a los demás. Incluso tenemos cubanos de la emigración, de Estados Unidos y Canadá, que vienen a participar en nuestras actividades y regresan a casa con una visión de Cuba completamente diferente. Algunos están tan sorprendidos que me han declarado que si se legalizara el matrimonio homosexual, regresarían para vivir en Cuba. Nuestro trabajo es fructífero y es una gran satisfacción.

En Santiago, durante la Jornada Nacional contra la Homofobia, la acogida fue magnífica. Todo el mundo se esforzó para que la fiesta fuera un éxito. Había muchísima gente en la conga. Fue un momento inolvidable.

Sigue:

-«La lucha por la igualdad y contra todas las injusticias es un deber universal que debe implicar a todos los ciudadanos». (4/4)

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de la Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. Contacto: [email protected] ; [email protected]  Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel