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Erik Jennische, ciudadano sueco vinculado al anticastrismo, entrevista a Manuel David Orrio bajo especiales circunstancias

Un reencuentro entre Erik Jennische y Manuel David Orrio

Fuentes: Rebelión

La Habana,11/07/03.- Si la memoria no me engaña, conocí al entonces estudiante de Sociología sueco Erik Jennische por la primavera de 1998. Era un joven espigado, de mirada inteligente y percepciones agudas, cuya aparición más o menos coincidió con los inicios del romance con quien después devino mi segunda esposa y ex – esposa. Primavera […]

La Habana,11/07/03.- Si la memoria no me engaña, conocí al entonces estudiante de Sociología sueco Erik Jennische por la primavera de 1998. Era un joven espigado, de mirada inteligente y percepciones agudas, cuya aparición más o menos coincidió con los inicios del romance con quien después devino mi segunda esposa y ex – esposa.

Primavera feliz: el website anticastrista CubaNet había duplicado el sueldo al denominado periodista independiente Manuel David Orrio, mientras en la Seguridad del Estado de Cuba el chisme del momento era que el «gusano Orrio» — en verdad «Miguel», su agente encubierto desde 1992 –, se había echado de novia a una bella mulata. Entretanto, mi hijo hacía a sus 9 años de edad cuanto le venía en ganas con su abuela paterna, y con su padre un poco menos, al tiempo que Orula me había signado como Abofaka Oshe Ka Orúnmila, hijo de Yemayá.

¿Quién era, o podía ser Erik Jennische? Tras la apariencia bondadosa de un joven al parecer con aspiraciones académicas, se hallaba un militante destacado de la Juventud Liberal de Suecia y más tarde un miembro del Centro Internacional Liberal Sueco, mínimo. Desde su llegada, y en posteriores visitas a Cuba — expulsión incluída –, realizó una detallada exploración de la denominada disidencia criolla, y un seguimiento que en el Contraespionaje puede interpretarse como presencia de un «agente indicador» (1). Además, numerosas gestiones para publicitar a esa disidencia en los medios de prensa suecos, donde el debate sobre Cuba parece tradición entre los partidos Socialdemócrata y Liberal. Súmese al mismo a residentes cubanos en ese país, a favor y en contra del proyecto sociopolítico criollo.

Tuvimos estrechas relaciones entre 1998 hasta el 2003, cuando se conoció mi identidad como agente encubierto de la Seguridad del Estado, y mi participación como testigo de la Fiscalía en dos de los juicios a los llamados 75, el grupo de anticastristas condenados en abril de ese año por sus vínculos con la «éticamente inaceptable» política de los Estados Unidos de América (EE.UU.) hacia Cuba. No lo digo yo: así la calificó anticomunista probado y confeso como Juan Pablo II (e.p.d).

Todas esas personas ya fueron liberadas. De un lado, porque las circunstancias que dieron lugar a su encarcelamiento se modificaron, clave para entender la decisión gubernamental cubana; del otro, gracias a gestiones mediadoras de la Iglesia católica criolla y el canciller de España, Miguel Ángel Moratinos.

Para mí, por supuesto, Jennische fue hombre a vigilar. A fuer de franco, deber poco agradable. Entre el joven y yo, si no hubo amistad, se pareció bastante. Tanto, que me atrevo a mencionarle como entre los primeros que dudó seriamente de mi pertenencia al contraespionaje cubano, y uno de los autores de una hipótesis que durante años me ha perseguido: la de que fui un real opositor que abjuró por temor o chantage, una suerte de Heberto Padilla del llamado periodismo independiente cubano.

Ahora, ocho años después de aquel tempestuoso abril del 2003, Jennische reapareció. Un mensaje en Facebook, frontal, valiente, donde manifestó sus abiertas discrepancias conmigo. No obstante, con proverbial cortesía, me solicitó una entrevista inmediatamente aceptada, pues nunca he pedido autorización para ejercer ese derecho ciudadano. Si contestar la misma ha demorado más de lo que el sueco desea, se debe principalmente a encontrar en internet una más entre tantas manipulaciones mediáticas contra mí, ésta bajo el título The Martyr and the Stool Pigeon, publicada por Michael Miner en el Chicago Tribune del 22 de julio del 2010.

  ¿Valdrá mi tiempo contestar al Sr. Miner? Aún no sé; pero sí que Jennische conoce el incidente, porque se lo hice saber y quizás comprendió mis razones para a partir de ahí retirar mi aceptación a su entrevista, aunque al pensarlo más detenidamente cambié de opinión. Por ello, espero me excuse por elegir caminos seguros para publicarla. No por desconfianza a su ética, sino porque gente como Miner o Gary Marx, también del Chicago Tribune y su ex – corresponsal en Cuba, me obligan a comportarme como perro escaldado. He visto de todo: por ahí anda una infeliz histérica que hace declaraciones contra mí para la denominada Radio Martí. (2)

De paso, una coincidencia que me hace dudar sobre la moral con que el Chicago Tribune cubre las noticias de Cuba. En 1999, cuando era un supuesto periodista independiente, y en ocasión de la visita a Cuba del entonces Gobernador del Estado de Illinois, George Ryan, me vi involucrado en un incidente con ese medio a causa de la publicación inexacta o ¿manipulada? de unas declaraciones mías, nacidas de mi encuentro con ese político estadounidense. O sea, problemas cuando aparenté lo que no era…y problemas cuando me muestro como lo que en verdad soy. (3)

Erik Jennische me ha dedicado hasta ahora el respeto del adversario, y por ende le he sido recíproco. Así pues, la entrevista solicitada. Sin pelos en la lengua, por ambos lados…y con las precauciones del caso.

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Manuel David,

Muchas gracias por brindarme esta posibilidad. Estuve ahora pensando bastante sobre las entrevistas que hice contigo en el 1998, y que me resultaron muy interesantes entonces. Vamos a ver si logramos lo mismo ahora.

Espero que te parezcan interesantes las preguntas.

Con los mejores saludos.

Erik

1. Cuando yo te entrevisté en el 1998 me contaste que había sido muy difícil escribir como periodista independiente en el principio. Tú pensabas que había espacio en el lenguaje constitucional oficial para burlar a la Constitución. Pero no,»no tenía crítica», me dijiste. Te hacía falta encontrar otro paradigma: «un lenguaje para transgredir la Constitución.»

 

¿Que piensas sobre eso ahora?

  Honestamente, no recuerdo haber hecho declaraciones tan categóricas en una entrevista realizada hace unos 13 años y de la cual no tengo constancia documental, aunque no descarto haber expresado una oposición de ayer y de hoy contra el artículo 62 de la Constitución, el cual legisla que «Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible». (4)

Como se observa a partir de su simple lectura, ese artículo otorga espacio para interpretaciones arbitrarias y acciones legales contradictorias a la letra y espíritu de la mismísima Ley de leyes, por cuanto, por ejemplo, sería punible oponerse PACIFICAMENTE y hasta dentro de la propia organización política de la sociedad criolla, a no sólo el caso extremo de una ley o regulación inconstitucional — más de una, vigente –, sino a lo que alguien interprete como «la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo».

Repito: «alguien» ¿Quién, por qué, cómo? Sobre esa base, haber propuesto en 1980 el empleo de la inversión extranjera pudo haber sido «delito», y también acto contra «la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo», dadas las connotaciones doctrinales del asunto. Igualmente pudo ocurrir en enero de 1993 con la despenalización de la tenencia de divisas, la cual invita a interrogarse si fue voluntad estatal, o fáctica imposición «desde abajo» por cubanos residentes y emigrantes, a puro contrabando. Sergio Aguirre, prestigioso historiador que consideró a ese tráfico como una de las «instituciones» económicas formadoras de la nacionalidad cubana, seguramente preguntaría:¿Cómo se explica que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) haya estimado en unos 200 MILLONES DE DÓLARES los atesorados por la ciudadanía ANTES de la mencionada despenalización? (5)

Por lo menos en hipótesis, «estoy preso» por el sólo hecho de señalar este gazapo constitucional, más cuando mi labor periodística de antes y de ahora tiene como constante la denuncia del irrespeto oficial en múltiples instancias a la Ley fundamental, lo cual continúo haciendo, y es el llamado principal del que considero mi más importante artículo para la prensa en la cual hoy escribo: Cuba: «Constitución vs. Socialismo ¿reversible?», publicado en Rebelión en marzo del 2006. (6)

Destaco, eso sí, que el mandato de Raúl Castro se ha caracterizado por iniciar un camino donde el respeto a la Constitución como norma principal trasciende al lejano momento en que ese artículo 62 fue discutido y aprobado por voto popular, independientemente de lo mucho por andar y de que sea el pueblo «verdugo» y redentor de sí mismo.

Uno de los grandes problemas de Cuba, de antes y de ahora, es la ausencia de una universal y aceptable cultura jurídica. Si nada menos que la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) va a la vanguardia en la promulgación o aprobación de leyes y decretos abiertamente inconstitucionales, no se espere que el policía apostado en la calle, o el simple ciudadano, actúen como respetuosos del deber profesional o de lo establecido, o discrepen abiertamente en forma «institucional», en vez de satisfacer sus demandas por vías informales que inevitablemente incitan a la corrupción, además de servir de pretexto para «pescar» la correspondiente hornada de reclutados al servicio de los planes estadounidenses contra Cuba.

Una de las profecías de mi signo de Ifá es «las mentiras se te convierten en verdades». Pues bien, vaya una mentira para que devenga verdad: mañana se reunirá el Parlamento cubano, se declarará en sesión permanente para reformular ese artículo 62 y no concluirá sus debates hasta derogar cuanta legislación inconstitucional existe.

2. En el articulo Interioridades de un taller de ética (publicado en Rebelión en el 2004), escribiste que tu testimonio, y los de los otros agentes, «resultaron demoledores» para los periodistas independientes. ¿Que información presentaste? ¿Que contó del periodismo independiente que era importante para el juicio?

  Si hubiera dependido de mí, ni dudar un minuto en transmitir por televisión los juicios a los llamados 75, en vivo, o diferidos sin editar. Derecho del pueblo es saber, y Cuba habría ganado inmensamente con la práctica de esa transparencia.

Respecto a mi testimonio, vale más referirse a lo que publicaron otros, no a lo que yo diga haber depuesto. El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), organización nada sospechosa de castrista, reprodujo el 29 de junio del 2006 un despacho de LR21, que bajo el título «Viene Fidel, preocupa su seguridad durante la Cumbre Iberoamericana», mostraba la inquietud del gobierno uruguayo por la vida del entonces mandatario criollo, quien ya había confirmado su asistencia a la reunión de gobernantes que tuvo lugar en Montevideo.

Según la nota , «Dos años atrás Manuel David Orrio, un agente cubano infiltrado como ‘topo’ en la llamada Cooperativa de Periodistas Independientes de Cuba, reveló todo un sistema de financiación para inestabilizar el gobierno de Fidel Castro, quien desde la revolución de 1959 ha sido blanco de más de 600 atentados.» (7)

3. El gobierno cubano ha dicho muchas veces que los activistas que fueron condenados en el 2003 eran financiados y dirigidos por EE UU. ¿Pero ni tú ni los otros periodistas independientes que yo conocía vivían muy bien, no tenían mucho dinero. ¿Cuanto ganaban en general? ¿Y que información quería el gobierno de EE UU?

  Para mejor orden, abordaré estas preguntas o afirmaciones en orden inverso al de formuladas.

3.1) «¿Y qué información quería el gobierno de EE.UU.?»

TODA LA POSIBLE. Las leyes estadounidenses persiguen abiertamente el objetivo de derrocar o cambiar por las buenas o las malas la organización política, económica y social de Cuba. Cabe preguntarse por qué no existen similares para el caso de un Estado «no democrático» como China, con el que los EE.UU. comercia a más y mejor, o respecto a Arabia Saudita, donde una indignante desigualdad de géneros sería motivo sobrado para que ministras de Exteriores como la anterior Condolezza Rice, o la actual Hillary Clinton, promuevan hasta una intervención militar ¿No se proclaman los EE.UU. «campeones» de los derechos humanos?

Para mi caso, los temas económicos fueron primordiales, sin desdoro de otros; para el del muy calificado médico Dr. Pedro Véliz (agente Ernesto), la salud; para otros, pues otros asuntos de acuerdo con su ubicación geográfica, calificación profesional o posicionamiento social. Es como lanzar el anzuelo para ver cuánto se pesca, o incitar al perro al olfateo… y después se decidirá.

3.2) «Pero ni tú ni los otros periodistas independientes que yo conocía vivían muy bien, no tenían mucho dinero. ¿Cuánto ganaban en general?»

Antes de medir la calidad de vida de los llamados periodistas independientes, haría algunas comparaciones. Conocí de quienes devengaron unos 20 a 50 dólares mensuales, aproximadamente desde el sueldo o hasta el doble del de un médico especializado en Cirugía o Psiquiatría. Yo mismo, uno de los mejor pagados, pero no parte de una «disidentecracia», a lo Elizardo Sánchez, Martha Beatriz Roque o Raúl Rivero, llegué en mi mejor momento a un promedio de unos 250, más o menos 10-13 veces el salario del especialista tomado como referente.

Por supuesto, semejantes cifras y comparaciones conducen por mucho que se evite a pensar en conceptos que en Cuba parecen tabú: inflación, hiperinflación, impuestos excesivos al consumo personal, doble moneda, doble tasa de cambio del peso «convertible» frente al no convertible…y cuya contrapartida lo son otros como subsidios y gratuidades procedentes e improcedentes. Pero abordar esos asuntos no es motivo de esta entrevista.

Sin embargo, no puede obviarse que el dinero siempre ha sido en los denominados disidentes motivación secundaria, porque la principal, estadísticamente probada, ha sido la de obtener una visa de refugiado político para emigrar a los EE.UU., a través de un programa tradicionalmente ejecutado en función de los intereses yankees hacia mi país. Entonces, esa razón abría espacios para tolerar la escandalosa corrupción miamense respecto a los recursos destinados a los supuestos luchadores por la libertad, hecho más que abordado por la prensa cubana y extranjera.

No obstante, jamás he renunciado ni en privado ni en público a reconocer la existencia de una minoría de opositores honestos, a quienes sólo les imputaría embarcarse en alianzas políticas tan poco rentables como las hechas con los norteamericanos.

3.3) «El gobierno cubano ha dicho muchas veces que los activistas que fueron condenados en el 2003 eran financiados y dirigidos por EE UU.»

Verdad como templo, confirmada por documentos oficiales estadounidenses, en los que aparecen desde acciones bajo ABSOLUTO CONTROL gubernamental, hasta episodios de corrupción dignos de un sainete. «A confesión de parte, relevo de pruebas». Lo que los tribunales cubanos sancionaron en el caso de los llamados 75 no fue una oposición de conciencia, o siquiera el ejercicio de una libertad de expresión, sino delitos que en el Código Penal de los EE.UU. tienen una tipificación más estricta y severa que en las leyes criollas. Entonces, ¿por qué Cuba no ha de regular para sí misma lo que su principal adversario tipifica y penaliza con más rigor?

Así, vayan algunos botones de muestra sobre acciones y sainetes:

a) Eva Golinguer publicó que «Documentos recientemente desclasificados bajo la Ley de Acceso a la Información (FOIA, por sus siglas en inglés), evidencian que la USAID (Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos, en castellano) ha invertido más de 2.3 millones de dólares para diseminar propaganda sucia contra Cuba y financiar periodistas dentro de la isla desde el año 1999″, a través de la organización CubaNet… Lo revelado –expresa la periodista e investigadora — demuestra «un patrón de financiamiento que aumentaba y se intensificaba cada año en su esfuerzo de promover información distorsionada sobre Cuba – todo con la intención de provocar una ‘transición a la democracia’, o un ‘cambio de régimen’, en la isla caribeña» . 

Según Golinguer, «… El encargado del programa de la USAID era David Mutchler, Asesor Principal de la USAID para Cuba…»,quien de acuerdo con los contratos tenía las facultades de aprobar previamente la selección de cualquier personal clave y sus alternos, así como los planes para evaluar y monitorear el progreso de los objetivos del programa durante el transcurso del Acuerdo de Cooperación.

Básicamente –puntualizó la investigadora — el funcionario de la USAID decide quién trabajará en el proyecto de CubaNet, cuál será su plan de trabajo, y cómo evaluará su progreso; en otras palabras, es el jefe de CubaNet, la que no sólo realiza su trabajo dentro de Cuba, sino que también continúa publicando reportajes y promoviendo su diseminación en los medios masivos en Estados Unidos y en la prensa internacional.

« Está prohibido por ley en Estados Unidos diseminar propaganda financiada por el gobierno estadounidense y utilizarla como ‘información’ en los medios de comunicación. No obstante, los documentos desclasificados evidencian que la USAID está en plena violación de esa ley» , aseveró Golinguer. (8)

b) Fernando Ravsberg, corresponsal de la BBC en Cuba, comentó la revelación por Wikileaks de un cable secreto del Jefe de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en Cuba, Jonathan Farrar, quien «critica duramente a los disidentes, a los que califica de personalistas, sin arraigo social y excesivamente preocupados por conseguir dinero…»

«Nosotros somos los que acusamos porque el gobierno norteamericano da el dinero y el 95% no entra para aquí. Hay una serie de ‘puentes’ (intermediarios) que se están enriqueciendo con el dinero de los cubanos», expresó Héctor Palacios, uno de los llamados 75, «el opositor que se mostró más indignado» entre quienes Ravsberg refirió entrevistar a propósito del cable de marras. (9)

c) la periodista cubana Deisy Francis Mexidor publicó en el diario Granma que una auditoría realizada por la Oficina General de Contaduría del Congreso estadounidense (GAO), identificó «transacciones cuestionables» en 10 de los 36 programas de la USAID destinados a ejecutar la política de los EE.UU. hacia Cuba, además de «gastos dudosos» y «significativas debilidades en el control» que impiden asegurar «el buen uso de los recursos».

Informó Mexidor que la GAO también halló muchas donaciones realizadas a estos programas que «no habían sido solicitadas previamente»; el desvío de recursos para la solución de «pequeñeces» personales como la sierra de motor que se adjudicó Juan Carlos Acosta, director ejecutivo de la organización anticastrista Acción Democrática Cubana; y que gran parte de los materiales enviados a Cuba «fueron entregados por diplomáticos estadounidenses en La Habana» (10). O sea, una violación de las normas internacionales referidas al funcionamiento de las legaciones extranjeras, indica este entrevistado.

Similarmente opinan el abogado estadounidense de origen cubano José Pertierra, o el ex – Jefe de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en Cuba, Wayne Smith, en el documental «El día que murió la diplomacia», de Bernie Dwyer y Roberto Ruiz Rebo. (11)

ch) el ex – Director de la denominada Radio Martí, Roberto Rodríguez Tejera, entrevistó al subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental durante la Administración Bush, Roger Noriega, quien afirmó que «James Cason, ex Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, fue con instrucciones precisas del Departamento de Estado de provocar al Gobierno de Cuba para buscar su expulsión. En respuesta EE.UU. retiraría su representación en La Habana pidiéndole al gobierno de Cuba que hiciera lo mismo con su representación en Washington». La entrevista tuvo lugar en el programa radial «Lo que otros no dicen», de la emisora WQBA 1140AM, de Univisión Radio, en Washington (12);

Alto, alto aquí. Desde la visita a Cuba de Juan Pablo II hasta la llegada de Cason a La Habana, existió algo como una «cohabitación» entre la Seguridad del Estado y los grupos anticastristas, incluso con la existencia de un tácito acuerdo, al que me referí en uno de mis artículos de entonces: «bajo techo todo, en la calle nada». Al socaire del mismo hubo eventos notorios que no fueron obstaculizados por las autoridades, como la Primera Conferencia Nacional de la Corriente Socialista Democrática Cubana (CSDC), celebrada en enero del 2003, la cual no sólo reunió a personas de todo el país, sino que además tuvo entre sus participantes a invitados de Suecia y Bélgica, entre otros.

Guardo a ese cónclave entre mis recuerdos como entre los últimos de importancia antes del «despegue en trepada» de Cason para cumplir las órdenes secretas traídas de Washington. Mejor que yo, describe su conducta el ex – oficial CIA Phillip Agee (e.p.d), autor del libro «Inside the Company», lectura obligada para quien quiera saber sobre el modus operandi a lo terrorista de Estado de ese servicio especial.

«Cason se abatió sobre La Habana como un super-inspirado agente policíaco federal… con una tremenda actitud de prepotencia… Corrió por todo el ancho y largo de esta isla quemando a sus amigos disidentes…y sellando su suerte mientras lo hacía. Su descarado apoyo… pareció a todo el mundo como si quisiera que lo expulsaran como persona non grata en lenguaje diplomático. Hizo un show de unidad con los grupos en las provincias así como en La Habana; dio pases de 24 horas a la Sección de Intereses a sus favoritos, incluyendo a agentes de penetración cubanos, de libre acceso a Internet y otras instalaciones; asistió a reuniones en las casas de disidentes donde presentó el equivalente de conferencias de prensa a periodistas extranjeros; lanzó personalmente el ala juvenil del Partido Liberal; agasajó a disidentes en su residencia oficial, incluso acogió en su casa un taller de periodistas independientes…Su conducta fue tanto más allá del protocolo diplomático aceptado que se podría decir que fue la madre de todas las provocaciones… Pero la expulsión de Cason habría llevado a una nueva crisis con EE.UU. y los cubanos no cayeron en la trampa. Durante seis meses esperaron y vigilaron a través de sus infiltraciones altamente colocadas en la comunidad disidente de Cason. Y entonces decidieron actuar. Tenían la evidencia de las actividades criminales en apoyo de Helms-Burton y en violación de otras leyes contra la sedición, así que finalmente decidieron barrer de un golpe a toda la caterva de Cason.»(13)

¿Tuvo el diplomático alguna relación directa o indirecta con los paralelos amagos de crisis migratoria que terminaron por provocar el fusilamiento de 3 ciudadanos, quienes intentaron secuestrar una embarcación para marchar hacia los EE.UU., a riesgo de vidas inocentes, extranjeras inclusive? Misterio, misterio…que oculto ha quedado.

Agee se interrogó respecto a esas penas capitales, y lo suscribo, que «¿Debía Cuba terminar su moratoria de casi tres años de ejecuciones? ¿Debían provocar la condena del movimiento mundial contra la pena de muerte? ¿Debían demorar su decisión y dejar a esos individuos esperando en el corredor de la muerte durante un tiempo -no 15 a 20 años como en EE.UU., sino por lo menos unas pocas semanas para no demostrar demasiada prisa? ¿O debían conmutar a prisión perpetua y mostrar clemencia?…Francamente, por oponerme a la pena de muerte, pensé que una combinación de las últimas dos alternativas sería lo mejor: esperar y conmutar. Pero yo no sabía que en ese momento las fuerzas de seguridad cubanas estaban investigando otros 29 complots de secuestro… Si hay un principio al que Cuba siempre ha adherido, por lo menos desde la crisis de los misiles de 1962, es el de no dar jamás a EE.UU. un pretexto para la acción militar. Otro éxodo de Mariel o una crisis de balseros, podría Cuba evitar. Pero una ola de secuestros constituiría precisamente un pretexto semejante, como razonó Fidel más adelante, para imponer un bloqueo naval de EE.UU., una campaña generalizada de bombardeos, y una invasión directa. Tenían que detener de inmediato los secuestros, y tenía razón. El 25 de abril el jefe del Buró Cubano del Departamento de Estado informó al Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington que Estados Unidos considera que cualquier nuevo secuestro constituiría una amenaza seria a la seguridad nacional de EE.UU. Entender que ‘uno más y tomamos una acción militar’ no sería paranoia.» (14)

Para sucesivas administraciones estadounidenses, principio de sus políticas exteriores fue no emprender aventuras militares sin al menos el consenso de Naciones Unidas, hasta que Bush hijo invadió a Irak exactamente a contrapelo; así, liquidó una práctica cuyo final podía y puede traer a Cuba perjuicios incalculables. Si por años la principal barrera diplomática cubana contra una intervención militar yankee había sido la rutinaria y casi unánime condena de la ONU a la política estadounidense contra mi país, en MARZO DEL 2003 la misma devino «papel mojado».

Cuba estaba en muy serio peligro, como nunca desde la llamada Crisis de los Misiles, o de Octubre, de 1962. Una orden de W. Bush, y los aviones de combate de los EE.UU. habrían arrasado las conquistas y hasta los errores de la Revolución cubana.

Raúl Castro afirmó una vez, más o menos, que la guerra mejor ganada es la que no se libra. Así pues, iré a la tumba más que orgulloso por haber sido humilde partícipe en esa victoria política, pero también militar, porque logró materializar por caminos inteligentes lo que los estrategas denominan suficiencia defensiva.

4. ¿Por qué te interesa defender a tus artículos de los años como independiente (en el foro de Vanguardia por ejemplo), si no entraste en el periodismo para escribir, sino como agente de la seguridad?

No ingresé en la Seguridad del Estado cubano para escribir. Pero a partir de determinado momento surgió esa necesidad interna, personal, la cual comencé a satisfacer «para la gaveta» y para un jefe visionario, quien en 1995 logró mi reasignación al llamado periodismo independiente, lo cual implicaba un cambio radical en mi labor, porque ejercer como tal significaba la paradoja de hacer «contrarrevolución mediática» en defensa de Cuba.

Sin embargo, enfrentarme a esa paradoja tuvo entre otras consecuencias que me enamoré perdidamente del periodismo…y me lo tomé muy, pero que muy en serio. Recuerdo entre sonrisas las polémicas sostenidas con mis oficiales, quienes a cada rato me amonestaban por mis escritos. Normalmente se enteraban de éstos como «hecho consumado», y a muchos molestaba semejante «iniciativa privada». No se cansaban de repetir que «tú eres agente, no periodista». Molestaba, molestaba…dentro y fuera de la Seguridad. Aún hoy, cierto colega me niega el saludo ¿Motivo? Le hacía polvo artículo tras artículo y, para colmo, el Gobierno cubano decretó en su momento algo que antes propuse en mis escritos de CubaNet. Por él callado… pero bien sabido.

La percepción de mis superiores cambió cuando en 1996 hubo un momento grave que se relacionó con la debacle del llamado Concilio Cubano; una «emboscada» al parecer exitosa de ciertos denominados disidentes para desacreditarme como el periodista abridor de la «Caja de Pandora». Mis jefes no sabían, ni supieron hasta materializarse, de la «contraofensiva» que había preparado y, por ende, rechinaban de inquietud en la entrevista habida conmigo.

— ¡Tú eres periodista, y tienes que responderles! — vociferó el principal de ellos.

— ¡Ah! ¿Con que ya soy periodista? – irónicamente interrogué.

— ¡Sí, y a partir de ahora te exigiré como tal!

Todo salió como había previsto. A partir de ahí, lo que en el 2010 relaté: a la altura del 2001, hacía años que mi jefatura no se molestaba en revisar mis escritos. Desconozco aún si por ganada confianza, o si por considerárseme incorregible.

Sin embargo, mi ingreso al nombrado periodismo independiente me puso frente a varios dilemas ético-profesionales, entre éstos minimizar el «daño colateral», a los cuales hallé respuesta mediante ser fiel a los tres siguientes principios:

1ro.) «la verdad aunque sea motivo de escándalo». Hacia julio del 2003 un corresponsal estadounidense me preguntó si no sentía que había escrito «mentiras». Mi respuesta fue que «había escrito verdades con un lenguaje para un medio, y que como periodista revolucionario escribiría verdades con otro lenguaje para otros medios».

2do.) «lenguaje periodístico acorde con normas éticas internacionalmente reconocidas». Inténtese hallar algo distinto respecto a lo anterior en toda mi obra. No se encontrará;

3ro.) «como periodista sólo me debo al interés público, lo cual se traduce en que soy un servidor del ‘cubano de a pie'».

Por sostener esa posición ético-profesional he debido pagar costos personales elevados, a izquierdas y derechas, antes, ahora, y sin dudas en el futuro. José Martí me convoca desde su frase «no hay monarca como un periodista honrado», y el Che Guevara desde un párrafo con el cual abofeteé hace poco a cierto señor: «No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial, ni becarios que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas».

Han sido y son esos tres principios mi credo como periodista, y por tanto no siento la necesidad de defender mi obra anterior y actual. Se defienden por sí mismas. Habría que estar loco o ser un miserable para abjurar de mi serie de artículos «Luces y sombras de la agricultura cubana», escrita para CubaNet y republicada como ensayo en Kaos en la Red, cuando hoy es política OFICIAL avanzar hacia lo que entonces propuse para echar adelante el maltrecho agro criollo, y es el primer ejemplo que me viene a la mente.

También, habría que ser más miserable que loco para no defender a la familia habanera Suñé-Cabrera, víctima de violaciones de la Constitución de la República y de tratados internacionales en los que Cuba es Estado parte, tal y como he publicado en Kaos en la Red. De paso, los Suñé-Cabrera permanecen en su residencia, pese a orden de desalojo por las buenas o por las malas, y desde diciembre del 2010 sin derecho a apelación legal. Desconozco si no les han expulsado porque NADIE SE ATREVE, o si porque sobre ciertas encumbradas cabezas pende la espada de Damocles de una pesquisa a lo Contraloría General de la República.

Comprendo que al entrevistador le intrigue la aparición del foro «Orrio vs. Orrio» en el periódico villaclareño Vanguardia, y que desde su lado parezca mi deseo de defender mi obra como «independiente». Pues bien, para mí mismo fue una sorpresa: se presentó como una proposición interesante, en tanto que ejercicio polémico, aunque sin perder de vista que también pudo ser pudo ser una provocación orquestada desde cierta burocracia del patio, para de algún modo desacreditar a un periodista que en tal o cual ocasión pudo haber sido bien molesto…o lo es. Tanto, como para habérsele pedido en una ocasión que ¡no citara a Raúl Castro!

Disculpen, colegas de Vanguardia, por el tantito de suspicacia que me surge: algunas «deformaciones de oficio» que se adquieren en la Seguridad cubana… lo son para toda la vida.

«Orrio vs. Orrio» estuvo activo entre el 4 de abril y mayo-junio del 2010. No existe evidencia de alguien que me haya ganado una «escaramuza» respecto al propuesto debate: ¿se desdice el Orrio «actual» del «antiguo»?

Por otro lado, muchos intentos de desviar la atención del objetivo principal y algo decisivo para que Manuel David Orrio hiciera «mutis en el foro». Desde un principio avisé que no disponía del soporte tecnológico necesario para enfrentar esa tarea, y que si en realidad existía interés en la existencia del espacio, el mismo debía proporcionárseme. Como NADIE lo hizo ni NADIE se preocupó u ocupó, pues «adiós Orrio del foro», como dando un portazo y sin mínima explicación…que NADIE en la prensa cubana ha pedido.

5. ¿Que sentías cuando supiste que ibas a testificar en el juicio, después de nueve años en el periodismo independiente, ocultando la verdad para los amigos y para tu hijo? ¿Debe haber sido un alivio, una sensación de libertad?

  Interpreto la frase «ocultando la verdad para los amigos y para tu hijo» en el sentido literal, porque «ocultar la verdad» no es necesariamente «mentir», así como ha de quedar claro que entre los adversarios no estuvieron los amigos, salvo algunas excepciones dolorosas.Entre seres humanos pasa de todo y, por lo menos yo, viví la experiencia de apreciar a personas cuyos valores humanos están por encima de sus posiciones políticas. Martí enseñó a los cubanos a librar «guerras sin odios», lección que mucho me sirvió durante mis años en la Seguridad.

Por otro lado, reservo para mis Memorias la gama de sentimientos que experimenté entre el 25 de marzo y el 4 de abril del 2003, período en el cual mi jefatura preguntó sin deseos de broma si estaba dispuesto a ir a prisión — respuesta, afirmativa–; se me ordenó revelar mi identidad secreta, y el momento en que cumplí.

¿Prisión? Sí, la idea estuvo sobre el tapete ¿O qué se piensa, que si hace falta los de la Seguridad cubana no estamos dispuestos a ir tras las rejas? Cinco bravos de nosotros predican con el ejemplo, y que me fusilen si no dedico unas palabras a los Cinco Héroes Prisioneros del Imperio, The Cuban Five, mis «brothers» Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René. De paso, anticastrismo, tome nota: a lo mejor el día menos pensado aparece en la televisión la mismísima Martha Beatriz Roque, vestida de uniforme verde olivo, grados de coronela a la vista. Si ya ocurrió algo parecido con nada menos que Elizardo Sánchez Santacruz, ¿qué no invita a especular?

En los dos juicios donde fui testigo, sentí, ante todo, serenidad. Para mí los acusados eran agentes al servicio de ingerencias extranjeras; algo, insisto, severamente penado en numerosos países, se esté o no de acuerdo con el correspondiente régimen político. Nada personal, eso sí: adversarios eran y me atuve a respetar su condición. Incluso, a través de mi padrino de Ifá me llegó el agradecimiento de la entonces esposa de uno de los condenados, porque mi testimonio le había significado una rebaja de condena respecto a la petición fiscal. No tengo confirmado si fue así, excepto las palabras del babalawo.

Concluir mi misión en la Seguridad fue una mezcla de sentimientos contradictorios: desde algo como una frustración al ver interrumpida esa labor cuando estaba en mi mejor momento; cierta incertidumbre sobre mi futuro personal, que a fín de cuentas tomó el camino deseado; y, efectivamente, una sensación de libertad al poder mostrar mi verdadero rostro ante quienes me conocieron, desde edad temprana, al menos como patriota. Para muchos de éstos era inexplicable que me hubiera vuelto lo que llamaron traidor. Para muchos, porque para otros nunca hubo la menor duda –callada en lo profundo, pero después confesa — de que no era lo que aparentaba.

Emociones intensas, sin dudas, las habidas entre mi hijo y yo. Él vivió durante toda su infancia, y parte de su adolescencia, sentimientos encontrados acerca del padre que siempre estuvo presente, vs. el supuesto apóstata que medio clandestinamente le llevaba al Museo de la Revolución; al monumento a José Martí, en la plaza de su nombre, y desde el mirador, ubicado a más de 130 metros de altura, le mostraba la efigie del Che Guevara que adorna la sede del Ministerio del Interior. Cuando conoció la verdad, a sus 14 años, sólo 2 lágrimas.

Años más tarde, mientras Miguel David cumplía su tiempo reglamentario de servicio militar, impartí una conferencia ante los integrantes del batallón donde estaba destacado. Sólo entonces, al responder una pregunta que le hizo uno de sus camaradas de armas, la catarsis, el decir sin pelos en la lengua cuánto sufrió, y cuánto orgullo sintió por su padre cuando le supo hombre de la Seguridad.

¿Causalidad, casualidad? Redacto esta respuesta tras pasar una jornada encantadora ya no con un chiquillo, sino con un joven de 22 años que está finalizando el 3ero. de Ingeniería en Telecomunicaciones. Hemos hablado de política, y de novias; mi vástago acostumbra a regalarme libros, y para esta ocasión eligió la novela La Rosa de Jericó. Cada quien, así, haga sus conclusiones sobre cómo nos relacionamos mi hijo y yo. Por mi parte, me parece verle como gemelo de otro más o menos de su edad, quien recientemente estrechó mi mano y me dijo: «gracias por liberarme de los ‘apagones’ e impedir que me mataran de hambre».

Notas:

1.- «Agente indicador». Tiene distintos nombres en las jergas de los servicios especiales. En esencia se refiere a una persona cuya misión es «indicar» reclutables, hacer perfiles, observar movimientos, tendencias y, en general, ser algo como un inspector o auditor de una operación determinada.

2.- Reproduzco lo esencial del intercambio por correo electrónico habido entre Jennische y este periodista respecto al artículo del Chicago Tribune:

Orrio: «Erik: Lamento no poder acceder a tu entrevista, como inicialmente pensé.Algo me decía que debo cuidarme de ciertas personas,y te incluyo, no por algo personal sino por las manipulaciones increíbles acerca de mi persona que ya he visto, por parte de tales o cuales periodistas de tales o cuales medios.Te adjunto un ejemplo cobarde y lleno de mentiras, que acabo de descubrir.No se trata de que tenga temor o algo parecido, sino de que no estoy para perder mi tiempo con casos como éste, caso que por ALGUNA CASUALIDAD hicieras lo mismo que Marx y Miner.Disculpas y mis respetos,Manolo» (se adjuntó el artículo del Chicago Tribune para su conocimiento y aquí se encuentra su hipervínculo).

http://www.chicagoreader.com/chicago/manuel-david-orrio-cuban-journalists-fidel-castro/Content?oid=2135427

Jennische: «Ok. Quizás te entiendo. Agradezco que lo digas en vez de demorar más. Te voy a preguntar de nuevo con el tiempo. No tengo la intención de decepcionar a nadie. Solo quiero saber toda la verdad. Saludos, Erik».

Orrio: «De todos modos no he renunciado a la idea de responder tus preguntas y lo repensaré. Saludos, Manolo».

Jennische: «¡Tienes todas las posibilidades! Erik».

4.- Constitución de la República de Cuba. Artículo 62

http://www.cuba.cu/gobierno/cuba.htm

5.- La Economía Cubana: Reformas Estructurales y Desempeño en los 90. Comisión Económica para América Latina. Nota Marginal 64, pag. 124. Primera edición, Fondo de Cultura Económica, México, 1997.

6.- Cuba: Constitución vs. socialismo ¿reversible?

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=27670

7.- «Viene Fidel, preocupa su seguridad durante la Cumbre Iberoamericana». Tomado de CADAL, que lo reprodujo de LR21.

http://www.larepublica.com.uy/politica/215245-viene-fidel-preocupa-su-seguridad-durante-la-cumbre-iberoamericana

8.- Eva Golinguer. «USAID invierte más de $2.3 millones en propaganda contra Cuba por Internet»

http://centrodealerta.org/noticias/usaid_invierte_mas_de_23_mi.html

9.- Fernando Ravsberg. «WikiLeaks: diplomáticos de EE.UU. descalifican a la disidencia cubana»

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/12/101219_wikileaks_cuba_disidentes_estados_unidos_pea.shtml

10.-.- Deisy Francis Mexidor. «Dinero malgastado…»

http://www.granma.cubaweb.cu/2006/11/16/interna/coment01.htm

11.- Bernie Dwyer y Roberto Ruiz Rebo. «El día que murió la diplomacia».

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=118835

12.- Blogueros y Corresponsales de la Revolución. «Reconoce ex funcionario de EEUU que James Cason fue enviado a La Habana para provocar ruptura diplomática con Cuba».

http://bloguerosrevolucion.ning.com/profiles/blogs/reconoce-ex-funcionario-de

También puede consultarse en

http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/07/10/eeuu-james-cason-enviado-habana-provocar-ruptura-relaciones-diplomaticas-cuba/

13-14.- Phillip Agee. «La sociedad civil y los disidentes».

http://www.lajiribilla.cu/2003/n115_07/115_01.html , tomado de Rebelión

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