Si el calvario de una mujer maltratada española es en muchas ocasiones una insuperable condena, la situación de las extranjeras conlleva una pena adicional. El miedo a denunciar, el desconocimiento de la legislación, la falta de una red de apoyo o el simple hecho de encontrarse en un país desconocido son algunas de las adversidades […]
Si el calvario de una mujer maltratada española es en muchas ocasiones una insuperable condena, la situación de las extranjeras conlleva una pena adicional. El miedo a denunciar, el desconocimiento de la legislación, la falta de una red de apoyo o el simple hecho de encontrarse en un país desconocido son algunas de las adversidades que tuvieron que encarar las 18.770 que dieron el paso de denunciar su maltrato en 2006 según los datos del INE. Según el Instituto Reina Sofía para el Estudio de la Violencia el 29,41 por ciento de las 69 mujeres que murieron en España por sus parejas o ex parejas no eran españolas. Para Ana María Peña, que trabaja en el nuevo proyecto de Aesco (América-España, solidaridad y cooperación) para las víctimas latinoamericanas de violencia de género, «establecer un perfil es complicado», aunque se pueden realizar unos trazos que podrían alertar de una situación de riesgo. «Una persona que no tiene familia o redes sociales depende completamente de su pareja o está en una situación irregular», dice Peña. Las nacionalidades con un mayor número de víctimas son las ecuatorianas (3.415), colombianas (1.951), rumanas (1.941), marroquíes (1.831) y bolivianas (1.623), si bien es cierto que se corresponden con los colectivos de inmigrantes con más presencia en España, según los datos de Instituto Nacional de Estadística. Las ONG coinciden en insistir que «las mujeres inmigrantes se encuentran más indefensas» ya que muchas de ellas no tienen papeles y eso crea una condición de miedo y de inseguridad y les deja más expuestas a que se abuse de ella» asegura la psicóloga, Juana Molano. Molano destaca que muchos de los casos que ella ha podido atender en el centro provenían de parejas interculturales. «Hay muchos españoles con lationamericanos o latinoamericanos con rumanos» y, en su opinión, muchas de las parejas «se quedan en el amor o en el afecto sin reparar en toda esa parte cultural que tiene cada persona» y ahí «tenemos una bomba de tiempo», apunta la psicóloga colombiana que insiste en no generalizar los casos. En el aspecto legal y judicial, la situación de las mujeres varía desde una «teoría» alentadora a una «práctica» desmoralizadora. El martirio de muchas de las mujeres extranjeras tiene su génesis en una inseguridad frente a una ley que «supuestamente» tiene que protegerlas. La abogada de la ONG Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres, Sara Vicente, asegura que «la ley contempla las mismas garantías y la posibilidad de denunciar un hecho delictivo para las mujeres españolas que para las extranjeras». «Legalmente el Gobierno tiene la obligación de proteger a estas mujeres», garantiza Vicente. Pero este respaldo no siempre es efectivo. «Es cierto que en muchos casos concurren otras circunstancias como la Ley de Extranjería o la instrucción 14/2005 de la Secretaría de Estado de Seguridad sobre actuación de dependencias policías en relación con este colectivo», confirma Vicente. La Instrucción 14/2005 ordena a los agentes de Policía que, una vez realizadas las actuaciones dirigidas a informar y atender a la víctima de violencia, los policías deben averiguar la situación administrativa en la que se encuentra, y en caso de que su situación sea irregular tendrán que iniciar una sanción administrativa o incluso expediente de expulsión.