Aunque el Tribunal de Apelación de Hamm finalmente ha desestimado la demanda del agricultor peruano Saúl Luciano Lliuya, su argumentación representa un avance significativo en la litigación climática.
Una década después de iniciar un pleito legal contra el gigante energético alemán RWE por el deshielo de los glaciares como consecuencia de las elevadas emisiones de CO₂ de sus centrales eléctricas, el guía de montaña y campesino peruano Saúl Luciano Lliuy ha logrado un importante hito para el devenir de los litigios climáticos. Aunque el Tribunal de Apelación de Hamm ha desestimado la demanda específica, la justicia ha argumentado por primera vez que los grandes emisores pueden ser considerados responsables por los daños que han causado. Este fallo sienta un precedente histórico que podría tener implicaciones para los más de 40 casos en curso, así como para futuros litigios por daños climáticos en todo el mundo, señalan desde la parte defensora.
El jurado desestimó el recurso del demandante argumentando que la recogida de pruebas determinó que no existe un peligro concreto para la propiedad de Saúl. «La probabilidad de que el agua de la laguna glaciar llegue a la casa del demandante en los próximos 30 años es de apenas un uno por ciento, un valor considerado demasiado bajo. Además, en caso de producirse tal evento, las consecuencias para la vivienda del demandante serían mínimas, ya que la onda de crecida que llegaría tendría solo unos pocos centímetros de altura y una velocidad de flujo que no pondría en peligro la estructura del edificio», resume el tribunal en una nota de prensa.
Saúl Luciano Lliuya vive con su familia a los pies de la Cordillera Blanca, en la ciudad de Huaraz, capital de la provincia peruana del mismo nombre. En su chacra en Llupa, un pueblo en dirección a las montañas, planta patatas, maíz, trigo y hierbas aromáticas. Pero los años buenos han ido cada vez siendo menos buenos porque, por el impacto de la crisis climática, las tierras han ido perdiendo su principal fuente de agua, la que durante siglos ha descendido desde los glaciares.
Tras conocer a varios activistas de la ONG alemana Germanwatch, Saúl, que también es guía de montaña, demandó hace una década a la alemana RWE por su contribución al cambio climático.
La sentencia conocida hoy, a pesar de la derrota, puede marcar un antes y un después en la justicia climática en general, al entender que los grandes contaminadores pueden ser considerados responsables del daño climático y, por tanto, deben pagar a las comunidades afectadas. «El juez presidente abre ahora la lectura destacando el carácter inédito del caso, resaltando la importancia global de las cuestiones jurídicas que se plantean y el exhaustivo proceso seguido por el Tribunal durante los últimos años», narraba en directo a través de su perfil de Bluesky Sebastien Duyck, del Center for International Environmental Law.
Saúl Luciano Lliuya afirmó: “Hoy las montañas han ganado. Aunque mi caso no llegue más lejos, ha alcanzado un hito importante, y eso me enorgullece. Este fallo demuestra que los grandes contaminadores que impulsan el cambio climático finalmente pueden ser considerados legalmente responsables del daño que han causado».
Su abogada, Roda Verheyen, también expresó la satisfacción por la importancia del caso: «El derecho civil alemán es aplicable en el contexto de la crisis climática. Es cierto que el propio tribunal no consideró que el riesgo de inundación para mi cliente fuera lo suficientemente alto. Pero una cosa está clara: la sentencia de hoy marca un hito y dará impulso a las demandas climáticas contra las empresas de combustibles fósiles y, por lo tanto, al abandono de los combustibles fósiles en todo el mundo. El demandante agradece a los tribunales alemanes la seriedad con la que se trató su caso».
La desaparición paulatina de los glaciares en Perú
El cambio climático está dejando Perú y el resto de países andinos sin sus «nevados», montañas permanentemente congeladas, vestigios de la última gran glaciación. Y con ellos desaparece también el agua. En concreto, Perú alberga más del 70% de los glaciares tropicales del mundo. En los últimos años, su derretimiento ha creado más de 3.000 nuevas lagunas y 500 de ellas presentan riesgo de desborde, según los últimos datos del Ministerio del Ambiente (Minam).
Este riesgo también existe para las lagunas glaciares antiguas, como la Palcacocha, a unos 27 kilómetros en línea recta desde Huaraz. Desde 1975, esta ha multiplicado su volumen por 34 debido al retroceso de los glaciares que la alimentan. Ya en 1941, el desprendimiento de un gran bloque de hielo causó un aluvión que destruyó parte de la ciudad. Desde entonces, se vive con miedo a que el desastre se repita.
De hecho, la laguna está monitorizada en todo momento y existe un sistema de diques y tuberías de desagüe que intentan mantener su nivel controlado. Aun así, el riesgo de desborde y aluvión sigue siendo elevado: en la última década los gobiernos regional y central han declarado el estado de emergencia en la zona en varias ocasiones. “Si no hacemos nada, el problema no va a desaparecer”, decía Lliuya en un reportaje en Climática. “Esa era la motivación principal que tenía cuando Germanwatch me dio la oportunidad de demandar a RWE”.
Fuente: https://climatica.coop/saul-el-campesino-peruano-gigante-energetico-rwe/