Personas como ella generan una onda a la que apetece subirse. Que hace que la idea de rendirse quede lejos, lejísimos
Hace sol y como la mañana es algo fría las personas que van llegando se colocan en la parte de la acera donde se nota el calor de los rayos. La mayoría no se conocen pero están ahí por el mismo motivo. Alguien les mandó un mensaje que decía: “¿Quieres ir a comer con Vandana Shiva? Está interesada en reunirse con personas de movimientos sociales”.
Como si las ganas de conocer a Vandana Shiva y compartir con ella un rato de conversación fueran suficientes, la gente que va llegando habla entre sí con una naturalidad que no ocurre en otros espacios en la ciudad. Hay mucha emoción por poder compartir una comida con esta mujer india, referente del ecofeminismo, activista y pensadora que ha enseñado a ver el mundo de una forma diferente a la decena de personas que la espera, junto a los rayos de sol, en la acera.
A mí también me llegó ese mensaje. El lugar de encuentro es un restaurante agroecológico. Parece que tiene sentido que nos reunamos alrededor de lo que somos, de la comida.
El rato de espera sirve para conocer de qué colectivos sociales formamos parte. Parece como si la convocatoria, que citaba media hora antes de su momento de llegada, estuviera pensada para tener un rato en el que entrelazar movimientos.
Entre risas y comentarios, bromeando sobre la sensación que tenemos de admiradoras esperando a nuestra cantante favorita, llega Vandana Shiva. Camina por la parte de la acera donde hay sombra. Va vestida de color granate. Pasos pausados.
Lo primero que hace es preguntar nuestros nombres y el movimiento o grupo en el que participamos. Me recuerda a las escuelas infantiles que reciben a cada niña y a cada niño dándoles los buenos días y diciendo su nombre. Es una forma de hacerte sentir que la otra persona sabe que estás ahí.
Comienza el diálogo. Ella en un lado de la mesa y el resto arremolinadas a su alrededor. Somos casi todas mujeres. Aunque salen muchas palabras. Algunas envuelven más la conversación. Futuro. Arte. Alimentación. Sagrado. Solidaridad. Comunidad.
Futuro
La primera pregunta va sobre el futuro. La hace una chica joven. Vandana Shiva dice, con el mismo entusiasmo que si fuera la primera vez que contesta a esa pregunta, que el futuro está en sembrar. Después, como lee las ganas de escuchar más, comenta.
“El futuro tiene que ver con la soberanía alimentaria y con la economía local, y en esas dos cosas el papel de las mujeres es fundamental. Por eso siempre digo que el futuro está en las mujeres y que hay que sembrar. Mantener la tierra viva es la mejor manera de trabajar contra los que acumulan el poder”.
Indígenas, mujeres, gente joven y pequeños agricultores y agricultoras. Dice que para ella el futuro está en manos de estas personas
Indígenas, mujeres, gente joven y pequeños agricultores y agricultoras. Dice que para ella el futuro está en manos de estas personas, que son las que mejor saben construirlo.
Le agradece a la joven activista porque verla a ella y a otras muchas personas jóvenes le ayuda a mantener la esperanza. La chica sonríe, quizás pensando que no olvidará ese momento.
Arte
Otra persona pregunta por la relación del arte con el ecofeminismo. Vandana Shiva comenta que para transformar las raíces del capitalismo el arte es imprescindible, porque el arte va directo al corazón y movilizarse desde ahí es la manera de cambiar las cosas. Dice que la esperanza está en plantar y cantar.
“El arte puede movilizar y cambiar cosas que parecen inmutables. Puede crear comunidad fuera de lo que proponen los medios y de la tecnología”.
Entre sus palabras se intercalan sonidos de cucharas y agua que cae en los vasos.
Alimentación
Traen la comida. Vandana Shiva comenta que tenemos que luchar contra la agricultura inventada, que es la que hace agricultura sin agricultoras y agricultores y plantas con semillas estériles y cultivos sin biodiversidad.
“Hay que aprender a cocinar para luchar contra la emergencia climática, el 50% de las emisiones de cambio climático proceden de la agricultura industrial. La comida es la solución, la agricultura tiene que estar en el centro de la lucha. Tiene que empezar desde la infancia, la forma de alimentarse en la escuela es muy importante. Hay que educar con la comida”.
Dice que si encontramos nuestro sitio con la comida encontramos nuestro lugar en el mundo.
Sagrado
Alguien coloca la palabra sagrado en el centro de la mesa. Vandana Shiva dice que en nuestra sociedad lo que se considera sagrado es el petróleo, pero que lo verdaderamente sagrado es el agua y las semillas, que la naturaleza es lo verdaderamente sagrado.
“Tenemos que recuperar la idea de que la naturaleza es sagrada. Esta idea estaba instaurada antes del colonialismo y de que tantas mujeres fueran asesinadas por la caza de brujas. Cuando las mataron trataron de eliminar los conocimientos que tenían y su forma de relacionarse con la naturaleza”.
Vandana Shiva habla mucho y come poco, no paramos de preguntar. Los platos vienen y van a la mesa. Nos rotamos para estar más cerca de ella y poder escuchar mejor. Se ha creado un clima familiar entre todas las personas que compartimos la comida y la conversación. Lleva una libreta pequeña, rectangular, que nos da para que, si queremos, anotemos nuestras direcciones. Cuando ha pasado por todas las personas de la mesa la vuelve a guardar.
Solidaridad
Hablamos de cómo está el mundo. Vandana Shiva dice que tenemos que repensar el concepto de seguridad, de cuándo nos sentimos seguras, porque la seguridad no es el ejército y las fronteras y las personas migrantes no son el enemigo.
“Defender a las personas marginadas, a los migrantes, a las feministas, nos hace más fuertes. Frente a la violencia del Estado y el capitalismo hay que crear una cultura de la solidaridad. Ese es el único camino”.
Comunidad
El tiempo se acaba, Vandana Shiva tiene que marcharse. En el último rato cuenta que la comunidad es la unidad básica de subsistencia, que los individuos solos no somos nada.
“Dicho de otro modo, sin construir comunidad no podemos cambiar las cosas, no podemos ganar nuestra lucha”.
Una última pregunta: ¿De dónde sacas la fuerza después de tanto tiempo para continuar sin rendirte nunca?
“De la relación con la naturaleza. De las mujeres que veo a mi alrededor. De la gente que veo sufriendo y que me hace tener la convicción de que no quiero que ganen los poderosos. Con esto transformo mi rabia en acción”.
Insiste en que tenemos su contacto, que le escribamos.
Hay personas como ella que generan ondas como cuando se tira una piedra a una charca. Desplazan el agua que hay a su alrededor produciendo un movimiento suave que remueve todo lo demás. Una onda que genera ganas de tejer resistencias y alternativas en común. Una onda a la que apetece subirse. Que hace que la idea de rendirse quede lejos, lejísimos.
Cuando salimos sigue dando el sol en un pedazo de acera. Surge un aplauso. Se va caminando lento. Sonríe.
María González Reyes. Es escritora, activista de Ecologistas en Acción y profesora de Educación Secundaria.
Fuente: https://ctxt.es/es/20230401/Firmas/42667/vandana-shiva-comida-futuro-ecologismo.htm