Una parte de la historia no se cuenta en los libros de escuela. Las bibliotecas se olvidaron de ella y sólo llena las páginas de los registros de defunciones. Las corporaciones responsables de ellas -fábricas de agrotóxicos- están cómodas en la distracción. Sus pócimas para el cultivo de alimentos son irrespirables y… sin respirar no […]
Una parte de la historia no se cuenta en los libros de escuela. Las bibliotecas se olvidaron de ella y sólo llena las páginas de los registros de defunciones. Las corporaciones responsables de ellas -fábricas de agrotóxicos- están cómodas en la distracción. Sus pócimas para el cultivo de alimentos son irrespirables y… sin respirar no se vive.
Guerra Civil en los EEUU. La mayor suministradora de pólvora al ejército de la Unión fue DuPont. Dupont, coinventora de los CFC (sustancias dañinas para la capa de ozono) hoy sigue en negocios químicos: es dueña de Pionner una de las impulsoras de semillas transgénicas resistentes a agroquímicos, especialmente el glifosato.
Segunda Guerra Mundial. El gas Zyklon B que se utilizaba en las cámaras de exterminio nazi, era un insecticida fabricado por IG Farben. Lo supieron millones de seres humanos. La herencia de IG Farben se repartió entre Bayer, BASF y Hoechst. Todo, excepto las responsabilidades penales.
1945. Mientras la bomba atómica mutilaba Hiroshima un barco americano viajaba también hacia Japón. En sus bodegas transportaba agrotóxicos. La guerra para estrenarlos tuvo que esperar. El ‘agente naranja’ destruyó millones de hectáreas de bosques y cultivos en la guerra del Vietnam (1956). Sólo los soldados americanos afectados por los efectos cancerígenos del veneno de Dow Chemical o Monsanto recibieron indemnización.
1984. La fábrica de pesticidas de Unión Carbide en Bhopal, India, escupió veneno y más de 10.000 personas murieron en pocos días. Otras 15.000 personas han fallecido en los años siguientes y más de 100.000 continúan con problemas de salud. Dow Chemical, que compró la Unión Carbide, tenía aprendido el negocio: la transacción no incluye responsabilidad sobre lo sucedido.
1979. Estados Unidos prohibió el uso del agrotóxico Nemagón. Dow Chemical, su productora, sabia de sus efectos sobre la salud de las personas que lo utilizaran. Pero alargaron la venta en las plantaciones de Centroamérica. Sólo en Nicaragua han muerto más de 1.400 trabajadores y trabajadoras expuestos al veneno.
2010. Se cierra el círculo. Una revista científica publica un estudio que demuestra que malformaciones observadas en humanos son compatibles con la exposición al glifosato durante el embarazo. Pero sigue en expansión la soja transgénica devota del glifosato de compañías como Monsanto, DuPont o Bayer.
Los banquillos de la justicia [des]esperan.
Fuente: http://gustavoduch.wordpress.com/2010/08/25/una-incompleta-y-envenenada-historia/