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Va por ti, 15M

Fuentes: eldiario.es

No queríamos ser mercancía en manos de políticos y banqueros aquel 15M y lo somos. La indignación de las plazas se desmembró en los diversos imperios de la coma que no encaja o los egos por domesticar. Los establecidos con etiqueta progresista nunca perdonaron la rebelión y el cuestionamiento de su poder. El poso de […]

No queríamos ser mercancía en manos de políticos y banqueros aquel 15M y lo somos. La indignación de las plazas se desmembró en los diversos imperios de la coma que no encaja o los egos por domesticar. Los establecidos con etiqueta progresista nunca perdonaron la rebelión y el cuestionamiento de su poder.

El poso de la información compartida, de la avidez por saber, quedó. Y la certeza de que, si nos ponemos a ello, somos muchos más de los que dicen que somos. Los que nos empecinamos en seguir creyendo que los sueños vuelan más alto arrancados desde el suelo. Los que siempre empezamos otra vez.

Siempre en la encrucijada decisiva. Con más voz que peso. Con más silencio, cuando se apaga. La ciudadanía española se despierta a ver si esta vez no la sepulta la costumbre, todas las costumbres. Aquel 15 de mayo de 2011 era como siempre San Isidro, la fiesta del patrón de Madrid. Las dos Españas. Las rosquillas convivieron esta vez con la indignación sosegada de las plazas.

En el mando oficioso del mundo, reinaba Barak Obama con su Premio Nobel de la Paz en la estantería de la Casa Blanca. Obama, Bruselas en pleno, el FMI, habían conminado a Zapatero a realizar «reformas» neoliberales en España. Lo que nos faltaba, aplastados como estábamos por la burbuja inmobiliaria y seculares deterioros. Hoy tenemos a Donald Trump en ese trono. Preparando guerras donde gastar lo invertido en armamento. Sus preferencias actuales – Venezuelas aparte – se decantan por confrontar con Irán. Ya tiene desplegado poderío marítimo en la zona y dicen en The New York Times que los planes incluyen el envío de 120.000 efectivos . La UE rechaza la escalada bélica del trumpismo pero ya veremos. El presidente imposible suele salirse con la suya. España ha tomado la iniciativa de retirar la fragata «Méndez Nuñez» a un alto coste. «Se arriesga a pagar un precio político, militar y sobre todo comercial», escribe Jesús A.Nuñez . Quedarse también tiene notables riesgos. Trump es el riesgo. Y Europa ya no es aquella del 2011 que acogotaba la tijera de Merkel, ahora extiende sus garras la ultraderecha filofascista. Precisamente, Trump y Orban la sellan en Washington en temible alianza.

No queríamos ser mercancía en manos de políticos y banqueros aquel 15M. Lo somos. Y peor aún sería de no haber sufrido la derecha la catarsis que, arrojándoles a un agujero negro, nos ha servido esta purria de impresentables líderes. La indignación de las plazas entre tanto se desmembró en los diversos imperios de la coma que no encaja o los egos por domesticar. Incluso por el desencanto. Los establecidos con etiqueta progresista nunca perdonaron la rebelión y el cuestionamiento de su poder.

Bajo la égida del PP de Mariano Rajoy, convertido en «el deseado» hoy a tenor de lo que vino, sufrimos mayores quebrantos. En sanidad pública, en educación. La Reforma laboral logró sus objetivos: sueldos más bajos, menos derechos, trabajo más precario. Y sigue en vigor. Huyeron en masa de España los jóvenes en busca de empleo. Y no han vuelto. Los que se quedaron viven un viacrucis. España es el segundo país europeo con más becarios : dos de cada diez tiene más de 30 años. Se dieron hachazos brutales a la investigación y a la cultura, y ahí seguimos. Podía ser peor. Se dan pasos positivos como el aumento del salario mínimo a 900 euros, pero queda buscar bienes mayores e ir superando el eterno mal menor .

Ideológicamente, la marcha atrás desde 2011 propició alientos indeseados: la ultraderecha emergió orgullosa de aquellas cloacas nutridas por un franquismo que nunca se erradicó.

«I don’t believe in you». «No creo en ti», un vacío blanco sobre fondo de sangre. Pero el toro, la caza y las pistolas regresan con fuerza, con la que les alienta y les permitimos, en las nostalgias de la España empeñada en atascarse. El torero Morante de la Puebla lo rubrica secando las lágrimas de un animal torturado y herido , antes de matarlo. Qué gesto, dicen los aficionados al sádico espectáculo. Ha ocurrido en la Feria de Sevilla. Maldita crueldad ante el miedo y el dolor que provocan lágrimas hasra en un toro. «I don´t believe in you».

Frente a la involución, los avances. El feminismo emergió como nunca en este período. Acosado por el Trump que no cesa y todas la manadas sueltas. Las mujeres somos fuerza decisiva si se ahuyentan los cantos de sirena de las que, desde la política, trabajan a favor del machismo. Son las menos. Tal vez.

Desde aquel 15M, la justicia hizo caer -o fue más evidente – la careta de los grandes corruptos, quizás no de todos. Convirtió en mercancía también la libertad de algunas personas incómodas. El periodismo independiente se asentó dejando en evidencia al que está al servicio del poder. No a todo, tampoco. San Isidro es muy persistente. El pobre labrador, no me malinterpreten, no tiene culpa de repoblar el mes de las fiestas madrileñas más castizas, casi siempre con unas elecciones que aprovechar.

En 2011 leíamos al premio nobel de economía Joseph Stiglitz, a Naomí Klein con sus alertas decisivas, a José Luis Sampedro y a Stéphane Hessel. Hoy Juan Ramón Rallo marca tendencias y repite que alguien es mentiroso. Se destacan sin matices y fisuras los logros de Donald Trump en los Estados Unidos. Aunque persistan focos de pobreza extrema contada por millones de personas. Y nos cuenten desde allí que los trabajadores de la mayor cadena de supermercados, Walmart, cobran sueldos por debajo del límite de la pobreza. Los gerentes, 175.000 dólares al año de promedio.

El Twitter que hervía de noticias y comunicación se ha llenado de pirañas. Y medio mundo como mínimo, ve la serie Juego de Tronos y la comenta apasionado. Los exquisitos no, porque hay que distinguirse. Dejemos un margen también a los rebeldes con causa. Ve la serie, previo pago. Juego de poder, amor y muerte. Se estrenó en EEUU y Canadá en abril de 2011, siempre 2011. Amor impoluto ardiendo entre las cenizas. Y odio, el que crea el fuego que abrasa. Los más mayores vamos teniendo ausencias tronzantes, y también encuentros inspiradores que nunca faltan mientras se mantienen abiertos los ojos del corazón.

El poso de la información compartida, de la avidez por saber, quedó. Y la certeza de que, si nos ponemos a ello, somos muchos más de los que dicen que somos. Los que buscamos cemento bajo los adoquines, en vez de arena de playa pero seguimos apostando por entronizar la imaginación. Aquellos que luchamos con flores contra la guerra y la tiranía, pero no desdeñamos plantar cara con energía. Los que nos unimos en protesta masiva cada vez que algo se tuerce de forma insoportable. Ahora ya solo en lo insoportable, dadas las leyes mordaza vigentes todavía. Los que nos empecinamos en seguir creyendo que los sueños vuelan más alto arrancados desde el suelo. Los que siempre empezamos otra vez.

Va por ti, 15M, de cuando fuimos innovadora y libre Marca España. Así lo vio France 2.