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La CGT y la CNT reivindican la memoria de Valentín González, asesinado en 1979 durante una huelga en Valencia

«¡Valentín, la lucha continúa!»

Fuentes: Rebelión

Suenan los himnos de La Muixeranga (del País Valenciano) y, unos minutos después, la canción de ¡A las barricadas! (“En pie pueblo obrero, a la batalla/hay que derrocar a la reacción”). La huella de un cuerpo humano, recién pintada de blanco en el pavimento; está rodeada por tres pancartas -de la CGT, la CNT y la Coordinadora per la Memòria Democràtica del País Valencià-, que rinden homenaje al joven obrero –anarcosindicalista– Valentín González Ramírez, asesinado por la policía en Valencia en junio de 1979.

El pasado 24 de junio se cumplía el 44 aniversario del crimen, y 250 personas se concentraron en el Pasaje Valentín González (puerta del mercado de Abastos de Valencia), para reivindicar su memoria; en el acto participó, asimismo, la colla de tabalet y dolçaina Estrela Roja de Benimaclet, que dedicó –acompañándose de la guitarra y el bongo– una canción a la víctima.

Ramos de claveles rojos -de la CGT y la CNT- y banderas de los dos sindicatos se colocaron junto a la huella donde en su día cayó muerto el muchacho; algunos manifestantes llevaban la enseña tricolor de la II República española y otros la de Coordinadora Obrera Sindical (COS) de los Països Catalans.

Gritos de “Ni olvido ni perdón” y “¡Viva la lucha de la clase obrera” se sumaron a los breves parlamentos; uno de los discursos relacionó el asesinato del joven afiliado a la CNT de Tranportes con hechos recientes.

En concreto, el fallecimiento de una trabajadora -Inmaculada- el pasado 13 de junio en su puesto de trabajo (teleoperadora en las oficinas de la empresa Konecta BTO en Madrid, donde realizaba -junto a sus compañeras- llamadas para Iberdrola); pese a la muerte de Inma, en la empresa “nos dicen que continuemos cogiendo llamadas”, denunció el Sector Federal de Telemarketing de CGT.

Valentín González Ramírez tenía 20 años cuando murió por efecto de un pelotazo de goma -disparado a bocajarro por la policía franquista-, durante una huelga de los braceros de la colla del mercado de Abastos, recordó la CGT en un comunicado. Se trataba de una huelga legalizada y pacífica: “Los asentadores del mercado les debían parte del salario por trabajos ya realizados (…)”.

A pesar de la situación de normalidad, se produjo una carga policial con las porras, y los trabajadores tuvieron que refugiarse en una caseta; las fuerzas de seguridad arrojaron entonces botes de humo por la ventana y, a la salida, continuaron con los golpes; entre las víctimas de los porrazos figuraba el padre de Valentín González; cuando el joven pidió que cesara la represión, un agente le disparó en el pecho y reventó el corazón.

Dos días después tuvo lugar el sepelio; también una huelga general, seguida en toda la ciudad; “más de 200.000 personas acompañaron el ataúd con la bandera de la CNT (…), recorriendo los 10 kilómetros desde el hospital Clínico hasta cementerio´”, recuerda la nota informativa de CGT; ademas de las calles sin transporte público y el cierre de comercios, respaldaron el paro las empresas metalúrgicas, de la madera, químicas y los funcionarios municipales.

Y en cuanto a las consecuencias, en forma de justicia y reparación: “Un año después del asesinato se celebró el juicio, al padre de Valentín le prohibieron la entrada (…); a la familia le entregaron 1 millón de pesetas y al policía lo destinaron a Euskadi (…); nadie dimitió”, subraya el comunicado.

La lucha por la memoria tiene un largo recorrido, no sólo de concentraciones; CNT-Valencia recuerda que en junio de 2019 fue instalado un monumento en memoria del sindicalista, obra del escultor Pascual Boqueta, en uno de los accesos al mercado de Abastos.

En abril de 2017, el pasaje del mercado pasó a denominarse Valentín González (el Ayuntamiento de Valencia aprobó la iniciativa, planteada por los sindicatos anarquistas y la Plataforma per la Memòria del País Valencià); ya en 2009, por razón del 30 aniversario, la CGT instaló una placa en el mercado que recordaba los hechos.

Además en 2016 la CGT produjo el documental titulado Valentín. La otra Transición, de 53 minutos, dirigido por José Asensio; el audiovisual cuestiona las interpretaciones oficiales sobre el periodo de la Transición: “No fue un proceso histórico pacífico”.

En la época, una información crítica de la huelga, la represión y el asesinato policial podía leerse en la revista Valencia Semanal; el número 79, publicado el 15 de julio de 1979, ilustraba la portada con fotografías del entierro, el fondo de página en negro y un gran titular: “La ciudad se vistió de luto”; los periodistas Rosa Solbes y Miguel Ángel Villena dedicaron seis páginas a un reportaje sobre la caída del joven obrero.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.