El 15 por ciento de la Selva Amazónica se ha destruido; 26 mil kilómetros cuadrados de Amazonia han sido devastados, desde agosto de 2004. Este pulmón vegetal posee la mayor biodiversidad en el mundo, con grandes cantidades de especies animales, 2.5 millones de tipos de insectos y más de 75 mil variedades de árboles, que […]
El 15 por ciento de la Selva Amazónica se ha destruido; 26 mil kilómetros cuadrados de Amazonia han sido devastados, desde agosto de 2004. Este pulmón vegetal posee la mayor biodiversidad en el mundo, con grandes cantidades de especies animales, 2.5 millones de tipos de insectos y más de 75 mil variedades de árboles, que hacen vida en ese territorio. Entonces… ¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo cómplices de este desastre ecológico?
D esde tiempos remotos los bosques y los seres humanos han estado vinculados en una relación basada en la supervivencia. El hombre, al descubrir los beneficios que proporcionan los árboles, para producir madera, aceites esenciales, resinas, taninos, o frutos, comenzó su explotación irracional sin límites. Hoy, al ver afectado el ecosistema forestal y para preservar la vida en el planeta, es necesario recuperar el equilibrio inicial.
En Venezuela, surgió la iniciativa de Misión Árbol enmarcada en el Plan Nacional de Reforestación Productiva, desarrollado en el núcleo del Ministerio del Ambiente e impulsado por el Primer Mandatario. Esta Misión tiene como finalidad recuperar 150 mil hectáreas en el período 2006-2010, sembrando 100 millones de árboles en todo el territorio nacional.
En este sentido, para alcanzar en cinco años la meta, la Misión se dividió en cuatro etapas, que incluyen la recolección de semillas, creación de viveros comunitarios y escolares, plantación y el mantenimiento permanente de las especies sembradas.
Prudencio Chacón, presidente del Instituto de Investigaciones Agrícolas (INIA), organismo adscrito al MCT dijo: «la Misión Árbol definitivamente ha sido un acierto del Ministerio del Ambiente y por supuesto que el INIA a través de Misión Ciencia la está apoyando».
Las misiones unen esfuerzos por el bienestar social
Misión Ciencia respalda en las áreas científico y tecnológicas a la Misión Árbol, a través del INIA, el cual desplegará toda su red Hidrometeorológica y el equipo de Fitopatología para el control de plagas y enfermedades en las plantaciones que se iniciarán con esta nueva misión social.
Asimismo se proveerá de semillas certificadas, gracias a los laboratorios del INIA que determinan el valor de la semilla colectada, condición fitosanitaria, su convivencia para germinar y otros elementos que comprueban la calidad. Con respecto a la fertilización, se tiene una red de laboratorios de suelo que puede hacer los análisis correspondientes para analizar la necesidad de un determinado tipo de semilla.
El presidente del INIA, dijo: «ya estamos construyendo 15 laboratorios móviles -en una primera etapa- que nos va a permitir estar en el terreno, si los investigadores detectan que en una zona se está haciendo alguna reforestación, que es necesario hacer un análisis de suelo, requieren de algún tipo de capacitación o asistencia directa, nuestros laboratorios móviles se van hasta el sitio, toman la muestra, hacen los análisis, e inmediatamente se obtienen los resultados in situ. De esta manera ya se ve un respaldo científico y tecnológico para la Misión Árbol, y con esto nos iniciamos en el acompañamiento con el Ministerio del Ambiente, aspirando vincularnos cada vez más».
Para Chacón, la Misión Árbol no es solamente sembrarlos, «pienso que tiene una connotación un poco más profunda que esa, y es tratar de restañar las heridas que hemos hecho en la naturaleza, recuperar los bosques, pero no como se hacía antes con pinos y eucaliptos en cualquier lado, sino con una estrategia bien definida para preservar la vida en el planeta».
Un vivero para Venezuela
En una primera etapa se encuentra la construcción de tres viveros en la región andina, uno en Caparo, otro en Barrancas y el último en Ciudad Bolivia, los cuales producirán un millón y medio de plantas por año, solamente en esa zona.
Igualmente, se están haciendo los cálculos en la región oriental, con sede en Puerto Ordaz, lugar donde funciona el centro experimental del INIA, el cual se va a encargar de la forestería a nivel nacional. Ahí, se plantarán árboles nativos, autóctonos, para preservar esos bosques.
Aseguró Chacón que «nosotros podemos dar asistencia técnica en la construcción de los viveros, porque tenemos a los técnicos en distintas regiones del país, así como también extraer la materia orgánica o abono que va dentro de las bolsas de los viveros».
Hay que ir más rápido
El INIA, a través de Misión Ciencia ya ha venido trabajando en todo esto, lo que hay que hacer según su presidente, es ampliar las posibilidades, acelerar el proceso y seguir apoyando los planes nacionales.
En la Misión Árbol están incluidos el café y el cacao, y el INIA tiene cuatro centros de producción de plantas de cacao en Sucre, Miranda, Aragua y Mérida, allí se encuentran las estaciones y campos experimentales donde se obtienen semillas y plantas de buena calidad.
En cuanto al café, se están produciendo 5 millones de plantas en el estado Táchira, que venían apoyando a los Núcleos de Desarrollo Endógeno, enmarcado dentro del Plan Nacional de Semilla, apoyando al Plan Nacional de Siembra y ahora de la mano con Misión Árbol.