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Sobre la izquierda y “sus prejuicios”

¡Viva la privatización de la sanidad!

Fuentes: Rebelión

Adrián García es un joven de Llíria (Valencia) [1]. Tiene 23 años. A veces rompe a llorar en el sofá de su casa… pero no siempre. Le angustia que a lo mejor no pueda a volver a andar bien. Pero no es seguro. ¡No hay que ponerse pesimista! «Pensamiento positivo, pensamiento positivo, siempre pensar en […]

Adrián García es un joven de Llíria (Valencia) [1]. Tiene 23 años. A veces rompe a llorar en el sofá de su casa… pero no siempre. Le angustia que a lo mejor no pueda a volver a andar bien. Pero no es seguro. ¡No hay que ponerse pesimista! «Pensamiento positivo, pensamiento positivo, siempre pensar en positivo», ésa es la consigna del momento.

El pasado lunes, 29 de abril, ingresó en el Arnau de Vilanova de Valencia. Para ser operado de la rodilla derecha. Sufrió una caída por la montaña cuando tenía 14 años (¿Y por qué pasearía por la montaña el joven Adrián? ¡A quién se le ocurre! ¿No tenía nada mejor que hacer?). Con el paso del tiempo, el percance le había impedido hacer deporte y andar con total normalidad. Nada importante, pequeños inconvenientes.

La operación era complicada. El cirujano que le operó llegó a solicitar los consejos de un colega francés. ¡Francés! ¡Habrase visto!

Finalmente, el martes 30, el día antes del 1 de Mayo, fue operado con éxito. Se despertó con la rodilla operada (¡su dinosaurio ya no estaba allí!) y con una prótesis externa. Un lujo, todo un lujo. Para que la pierna estuviera recta en todo momento y no hiciera ningún movimiento que pudiera perjudicar la recuperación.

Tras la intervención, no antes, el médico-cirujano informó a la madre que tendrían que pagar unos 120 euros por esa prótesis. Dos días después, el jueves 2 de Mayo, se presentó en la habitación de Adrián la trabajadora de la empresa ortopédica adjunta al hospital. ¡Las externalizaciones, las imprescindibles, benditas y necesarias externalizaciones! Les reclamó 152 euros (más adelante, con el tiempo, cuando fuera posible, la conselleria valenciana les devolvería unos 120). La familia, asfixiada económicamente por una hipoteca de casi 1.200 euros mensuales (¡qué irresponsables!), una familia apoyada (alimentada incluso) en estos momentos por vecinos del pueblo, no pudo hacer frente a la cantidad reclamada. «No tengo ni para comer» llegó a decir -exageradamente por supuesto, acaso faltando a la verdad!- María Dolores, la madre del joven operado, el mismo que de adolescente iba por la montaña a hacer excursiones a tontas y a locas.

¿Que no podían pagar?¿Cómo que no podían pagar? ¡Aquí paga todo el mundo! Tras recibir la opinión del cirujano que había realizado la operación, la prótesis fue retirada de la rodilla de Adrián. ¡Y ya está! ¡Ya no hay problemas económicos! Todo lo sólido se desvanece en el aire, dijeron los clásicos. Pues eso, de eso se trata. Luego, eso sí, entró el personal sanitario y le enyesó la pierna. ¿A qué quejarse entonces? Es cierto: no le sujeta igual que la prótesis externa y ya se ha desviado un poco, un pelín, pero ¿a quién le importa esa insignificancia, ese detallito de exageración? Nada ni nadie es perfecto. Y la pela es la pela, aquí, en Moscú y en China, incluso en La Habana digan lo que digan los incorregibles. ¡Que no hubieran tonteado por la montaña! O que hubiera ahorrado un euro cada semana desde los 14 años. ¡Hay que ser previsores! Nunca se sabe.

Para la Conselleria de Sanidad, entidad juiciosa y responsable donde las haya, el caso entra dentro del protocolo oficial. ¡Claro que sí! Sólo las endoprótesis, las internas, están incluidas en la Seguridad Social; las otras no. Para lujos, California o Asia. Desde 2010, desde la «racionalización sanitaria», las prótesis externas han de ser pagadas por el paciente. Por supuesto. ¿Alguna queja? Después pides a Sanidad que le reembolse el dinero y Dios proveerá. Los malpensados hablan de otro copago farmacéutico. Pero ni caso, malas lenguas. Los de izquierdas siempre son muy quisquillosos. ¡Están para fastidiar!

Es cierto: cada vez hay más pacientes que renuncian a ponerse las prótesis prescritas por el médico porque no les viene bien adelantar el dinero. Es la crisis, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. ¡Todos tenemos que apechugar un poco! Incluso los accidentados.

Los padres de Adrián han presentado una reclamación por lo sucedido en la Atención al Usuario del Arnau de Vilanova. Fueron acompañados por Vicent, un vecino del pueblo hace colectas para ellos, y que les llevó en su coche. ¡Seguro que es algún izquierdista que quiere sacar tajada del asunto!

«Si nosotros hubiéramos sabido que teníamos que pagar la prótesis, hubiéramos recurrido a alguien para que nos dejara el dinero con algo de tiempo. Pero no nos lo dijeron hasta que la prótesis estuvo colocada», afirma ahora Adrián. ¡Qué listillo! De hecho, el joven montañero alocado tuvo la osadía de proponer a la siempre-a-nuestro-servicio empresa ortopédica pagar la prótesis a finales de mes, cuando cobrara. ¡A final de mes! ¡28 días de retraso! ¡Menudo rostro! La opción fue rechazada. Por supuesto. ¡Estos ciudadanos no saben nada de economía ni de tesorería!

Adrián pasó la última noche con fuertes dolores, se llegó a tomar dos calmantes. ¡Vaya por Dios! Pero el dolor no le viene por la falta de prótesis, afirma. «El dolor también está en la cabeza». ¡Vaya por Dios! ¡Qué alma tan sensible!

¿Y cuál es el problema? ¿La izquierda tiene que protestar por eso? ¿Es una barbaridad? No hay dinero, no llega la pasta, hay que pagar loa intereses de la deuda, ¡de la deuda de todos, de todos!. Y hay que apechugar con las consecuencias. El mundo es así. ¿O no? ¿O debemos aspirar a un mundo mejor, más generoso, más humano? ¡No seamos ingenuos que no somos críos! ¡La gente lo quiere todo! ¡Nunca nos conformamos con nada! A quien no le guste, que se vaya a vivir a algún satélite de Plutón, bien lejos.

Mientras tanto, la sanidad pública sigue su marcha firme y segura hacia mayores cuotas de privatización y la izquierda, la trasnochada izquierda, sigue alimentando prejuicios contrarios al progreso, a la economía y la eficacia y a los intereses creativos de los osados emprendedores. Menos mal que siempre nos quedará miss Thatcher.

Notas:

[1] He tomado la información de los dos siguientes artículos http://www.publico.es/454786/la-sanidad-valenciana-retira-una-protesis-de-152-euros-a-un-joven-que-no-podia-pagarla

http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2013/05/05/sanidad-ordena-retirar-protesis-152-euros-joven-podia-pagarla/995206.html

Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.