En un año, el Ártico perdió un área del tamaño de Alaska. ¿Cuánto queda para que se funda completamente? Unos exploradores británicos arriesgarán su vida para averiguarlo, trabajando sobre el terreno a -50ºC
En febrero, una expedición partirá del norte de Canadá y andará más de 1.000 km hacia el Polo Norte. Además de las provisiones y material de reparación, irán cargados con equipo que tomará lecturas cada 12 metros de la profundidad y densidad de la nieve y el hielo bajo sus pies. Las lecturas que recoja el equipo ayudarán a nuestra comprensión de la relación del Ártico con el cambio climático. Basándose en viajes ocasionales de submarinos y datos de satélite más recientes, mapas del área total del hielo marino del Ártico han mostrado un declive gradual en los últimos 40 años. Entonces, en 2007, la línea del mapa pareció caer por un precipicio, cayendo por debajo de los 5 millones de kilómetros cuadrados, tres décadas antes de las previsiones. Los eventos dramáticos de hace dos veranos, llevó a muchos científicos a avisar de que el hielo marino del Ártico podría desaparecer completamente durante los meses de verano mucho antes de lo esperado.
La mayoría de los expertos está de acuerdo en el impacto que tendría para los 5 millones de habitantes de la zona ártica y para el resto del mundo -desde la perdida de hábitat único que existe bajo el helo a la elevación global del nivel del mar-, posibles cambios en la circulación del océano y los patrones meteorológicos en todo el planeta. Las previsiones para que esto ocurra oscilan desde sólo cuatro años hasta el final del siglo. La razón es que se comprende aún poco sobre la profundidad y la densidad del hielo marino y por lo tanto el volumen total de agua helado en la cima del mundo. Esto es lo que la Catlin Artic Survey espera obtener produciendo datos necesarios y amplios sobre cuanto hielo queda, y así ayudar a descifrar cuanto tiempo tenemos que prepararnos a lo que es probablemente la amenaza más inmediata, la verdadera amenaza global del cambio climático. La investigación es sufragada por el Programa de Medio Ambiente de las naciones Unidas, el príncipe de Gales y la ONG WWF.
«Si quieres comprender el clima, deberíamos invertir más dinero en hacer observaciones del cambio climático y como el océano Ártico es un amplificador del calentamiento global, deberíamos concentrarnos en la región Ártica para comprender como de rápido el calentamiento está teniendo lugar». Dice Wieslaw Maslowki, un profesor investigador asociado en oceanografía en Naval Postgraudate School y consejero científico en la investigación Catlin.
El jefe de la expedición Pet Hadow, un fanático del trekking, preguntó a los climatólogos como podría ayudar. Descubrió que las medidas del hielo marino comenzaron en los 60, pero durante tres décadas hubo sólo un viaje submarino anual, que daba muy pocos datos para asegurar que estaba pasando más ampliamente. Desde 1990, los mapas de satélite se han usado para calcular la altura de la nieve y el hielo sobre el nivel de flotación, pero los expertos tienen que hacer hipótesis sobre los aproximadamente cinco-sextos de más por debajo y hay un «agujero» en los datos sobre el Polo Norte que tiene una longitud de 1600 km.
Los satélites muestran que sólo en el año 2007, el hielo marino del Ártico perdió un área de cerca el tamaño de Alaska, alcanzando el nivel más bajo de todos los tiempos de 4.130.000 kilómetros cuadrados, el 16 de septiembre. Siguiendo esto y con otro mal año en 2008, el National Snow and Ice Data Centre de EEUU ahora calcula que el hielo marino permanente medido en septiembre en su punto más bajo – se deshace en un 11.7% por década, o un área promedio del tamaño de Escocia cada año.
Se conoce poco sobre el espesor o sobre la densidad de las diferentes capas de nieve y hielo compactado. Los datos submarinos sugieren un 40% de adelgazamiento entre la década de los 60 y de los 90. El año pasado la revista Geophyical Research Letters publicó un artículo de tres expertos de University College London (UCL) que calcularon que el hielo en el invierno de 2007/08 era más delgado que el promedio de los previos cinco años en 26 cm, más o menos 5 cm. El margen de error refleja la falta de datos a largo plazo y su dispersión. El pasado septiembre, a pesar de un verano más frío, el hielo marino sólo se recuperó a su segundo nivel más bajo registrado de extensión, posiblemente porque era hielo de cinco años más delgado de lo usual. Y algunos científicos piensan que el volumen total del año pasado fue incluso menor que 2007, según Maslowski.
Parte del amplio rango en las estimaciones de cuando el hielo marino en el verano desaparecerá es debido a la incertidumbre sobre como de rápido el agua más oscura expuesta se calentará, disparando un ciclo de más fusión y calentamiento. Los modelos también difieren en su variedad de hipótesis sobre el espesor de hielo. Maslowski, cuyo equipo ha proyectado los datos más agresivos – entre 2010 y 2016, basándose en las tendencias actuales- argumenta, por ejemplo, que es muy poco conocido como el agua más cálida se está incrementando por las corrientes oceánicas que las traen desde el Pacífico y el Atlántico y su contribución a la fusión del hielo marino.
Unos pocos científicos se aventuran al lejano norte, usualmente en barco o avión, para taladrar núcleos de hielo o tomar medidas de radar, pero en un área que el invierno puede tapar hasta el 4% del globo, hay sólo media decena de tales localizaciones, dice Symour Laxon, uno de los expertos del UCL. El problema es que pocos científicos tienen la inclinación, la resistencia física, el tiempo y el dinero para llevar a cabo el entrenamiento necesario para gastar después meses en condiciones tan duras, dice Hadow, que ha puesto 3 millones de libras y planeado el viaje durante años.
Y todo el tiempo, por supuesto, estará presente, el frío triturador. Bajo temperaturas de -50 ºC, con viento helado que puede bajar las temperaturas a -90ºC, el frío es un peligro constante. Los viajeros no pueden parar durante más de 10 minutos para reparar el equipo o comienzan a congelarse, los mocos se secan como la grava dentro de la nariz, las lentes de contacto congelarían los ojos, partes del cuerpo sin protección pueden comenzar a gangrenar antes de que te des cuenta, los empastes pueden expandirse y contraerse, el sudor se puede congelar bajo la ropa y cuando cae la temperatura el cerebro humano comienza a detenerse, haciendo que la gente tenga menos respuesta a los problemas y en casos extremos haciendo que el problema sea aún peor actuando justo en la dirección contaría, como quitándose la ropa.
Según viajen por las planicies heladas, un radar diseñado especialmente para estas condiciones, con un peso de 4 kg, tomará una medida cada 10 cm. El equipo también parará regularmente para taladrar núcleos de nieve y hielo y mediar la temperatura del océano y de las corrientes. También, Hadow dictará notas a un grabador especial de voz sobre la regularidad y forma de las crestas y otras características. Y Hartley, un fotógrafo que ha obtenido muchos premios por sus trabajos en ambientes difíciles, capturará su progreso y el paisaje. Los datos serán enviados vía satélite a los científicos cada noche, y esperan que los resultados estén disponibles antes del encuentro de la ONU en Copenhague en Dinamarca en diciembre, cuando los gobernantes del mundo tendrán que acordar un tratado ambicioso para reducir las emisiones de gases invernadero y así, se espera, reducir el calentamiento global y el cambio climático resultante.
Los científicos creen que la fusión del hielo es responsable de que el calentamiento promedio de la temperatura del aire en el Ártico sea el doble que en el resto del planeta. Hasta ahora creen que la fusión del hielo flotante tiene un efecto indetectable en el nivel del mar global y la contribución por la expansión térmica del agua contribuyen menos del 1% en el aumento promedio anual. Pero si el hielo se funde más o desaparece, el ciclo de fusión y calentamiento se añadirá notablemente a los niveles del mar y hay una preocupación creciente de que el las temperaturas más cálidas del agua están acelerando la fusión de la capa de hielo de Groenlandia, que podría hacer subir el nivel del mar en metros. Con menos certeza, la afluencia de agua cálida y nueva podría comenzar a alterar la circulación de las corrientes oceánicas y vientos que dictan los patrones meteorológicos.
De forma extrema, esto podría disparar uno de los más catastróficos «puntos de no retorno» del cambio climático, la paralización de la «circulación termohalina» que lleva agua cálida desde los Trópicos al Atlántico norte y envía aguas más frías del Ártico hacia el sur. En el impecable lenguaje burocrático requerido para alcanzar el consenso entre cientos de científicos y gobiernos, el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC) describió una transición tan abrupta como un evento «de baja probabilidad», esto es, un 2 en un 10.
En el mejor de los casos, Maslowski no cree que los resultados les den más de un década más allá de su proyección para el 2013 antes del final de todo el hielo durante el verano. ¿Qué pasará entonces? ¿No es demasiado tarde?
Artículo original:
http://www.guardian.co.uk/environment/2009/jan/25/melting-arctic-north-pole-explorers
Traducido por Mario Cuéllar
http://www.globalizate.org/guard010209.html
Se puede seguir la expedición, con actualizaciones regulares del progreso de los exploradores, condiciones físicas y más en www.catlinarcticsurvey.com