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Vivir en Cuba

Fuentes: Rebelión

«Yo quiero seguir jugando a lo perdido, Yo quiero ser a la zurda más que diestro.»  Silvio  Los cubanos somos de ir a los extremos. En los 80´s le tiraban huevos a quienes se iban de Cuba y ahora resulta que se mira como locos a quienes explícitamente manifiestan querer vivir aquí. A modo de […]

«Yo quiero seguir jugando a lo perdido,

Yo quiero ser a la zurda más que diestro.»

 Silvio 

Los cubanos somos de ir a los extremos. En los 80´s le tiraban huevos a quienes se iban de Cuba y ahora resulta que se mira como locos a quienes explícitamente manifiestan querer vivir aquí. A modo de esos ejercicios que hacemos cuando termina un año y comienza otro, listo aquí las razones de por qué lo hago yo.

Vivo en Cuba porque aquí está mi familia, una familia grande y unida, que se reúne todos los domingos y busca el mínimo pretexto para estar juntos, que disfruta como nada las alegrías de los otros y «se cierra» cuando alguno enfrenta dificultades.

Mi familia es un universo propio que contagia y da muchas fuerzas. No es perfecta ni homogénea, pero ha aprendido que ninguna diferencia importa más que vivir en armonía. Y no sé si por eso o al revés, ahora mismo padres, hijos, parejas, nietos, estamos todos aquí.

Vivo en Cuba porque aquí está la mayor parte de mis amigos, seres extraordinarios que saben ser felices con muy poco, que no tienen mayor alegría que vernos para compartir éxitos y flaquezas, y cuyas vidas admirables me hacen sentir vergüenza cada vez que vacilo. La añoranza por los que se han ido hace valorar más lo que es tenerlos a menos de una llamada telefónica.

Vivo en Cuba porque sigo creyendo que ese ambiente familiar y fraternal, este país y su gente (con todas las faltas que tenemos) es un lugar fabuloso para que crezcan mis hijos. Este es, ante todo, su país: amargo en la realidad, pero bello en su espiritualidad. Aquí están sus primos y los hijos de los amigos, una familia de pequeños increíblemente importante para ellos.

Vivo en Cuba porque aun puedo trabajar en algo que me gusta y cercano a personas cuyos quijotescos esfuerzos por sacar las cosas adelante establecen compromisos que uno no puede eludir, aunque el salario no alcance y haya que apelar a otras fuentes de ingresos personales.

Vivo en Cuba por el optimismo que me trasmiten mis alumnos y la responsabilidad que siento al impartirles un par de semestres en su carrera, representantes de una generación asediada por escaseces, falta de referentes, desinformación y consumo banal, pero portadora de valores propios, que no ofrece más porque hemos querido convocarla con las armas de ayer.

Vivo en Cuba porque sigo creyendo que tenemos potencial como ningún otro país para construir una alternativa socialista: la calidad humana de la gente, el compromiso de nuestros intelectuales, la politización de la vida, la tradición de lucha. Si Cuba derrocha su oportunidad, sería uno de los mayores desperdicios de la historia.

Muchos se han cansado (es su derecho) y pareciera que cierta tozudez y estrechez de miras burocrática quiere que se cansen más. Pero, ¿cuál sería la suerte de las revoluciones si no hubiera quienes persisten en las condiciones más adversas?

Aquí están, persistiendo contra todo demonio, mis mejores profesores universitarios, reconocidos intelectuales, campeones olímpicos, valiosos médicos, científicos, maestros, militares, obreros. Algunos con mucho menos de lo que podrían y otros sobreviviendo a duras penas. Si ellos están aquí, no creo que tenga fuerzas para no estar yo.

Vivo en Cuba, precisamente, porque no podemos dejarle el camino llano a quienes quieren subvertir un proyecto de país que tanto ha costado y que aún tiene mucho que hacer por «los de abajo»; ni a burócratas acomodados, ni a mercaderes camuflados, ni a anexionistas o apologistas de sistemas fallidos. Para los que creen necesario darla, la pelea es aquí y ahora, más que nunca.

Por eso vivo en Cuba. Son mis razones, no tienen que ser las de otros. No sé cuántas me sigan acompañando y por cuanto tiempo, pero siento que algunas seguirán siendo demasiado poderosas.

Blog del autor: http://amanoysinpermio.blogspot.com/2017/01/vivir-en-cuba.html

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.