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28-A: giro a la derecha o gobierno progresista

Fuentes: Rebelión

La primera vuelta de este nuevo ciclo electoral ha dejado una radiografía política donde el PSOE es el gran vencedor, la derecha con la extrema derecha no suma y ERC ha obtenido una victoria histórica en Cataluña. La opción de la moderación ha ganado a la de la confrontación. El sistema de partidos español se […]

La primera vuelta de este nuevo ciclo electoral ha dejado una radiografía política donde el PSOE es el gran vencedor, la derecha con la extrema derecha no suma y ERC ha obtenido una victoria histórica en Cataluña. La opción de la moderación ha ganado a la de la confrontación.

El sistema de partidos español se ha fragmentado todavía más, no queda rastro del todopoderoso bipartidismo y la política española se ha instalado definitivamente en el multipartidismo, abriendo una nueva época donde aparecen las coaliciones de gobierno como opciones reales. Con una participación histórica, la estrategia de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones después de liderar una moción de censura y de gobernar unos meses le ha resultado favorable, una jugada redonda en la que el actual presidente se ha situado en una posición de fuerza, tanto en el Congreso como en el Senado, como dentro de su partido, recuperando apoyo electoral y controlando el PSOE. Sánchez ha capitalizado el voto del miedo, continuará como presidente ya que no hay otra combinación viable que sume, pero necesitará acuerdos para gobernar. La gran incógnita es con quien pactará.

Los resultados abren varios escenarios donde la geometría variable jugará un papel central: gobierno en minoría con acuerdo de legislatura, pactos puntuales o un gobierno de coalición mirando a la derecha o girando a la izquierda. La bajada de UP sitúa a Pablo Iglesias en la cuerda floja si no consigue pactar un gobierno con los socialistas. Los de Iglesias presionarán para que así sea y supeditarán cualquier apoyo a la entrada en el gobierno, un escenario que los sitúa, definitivamente, como muleta del PSOE y que los aleja de los anhelos de asaltar los cielos. Una posibilidad que, al menos para la investidura, necesitaría algún tipo de apoyo de las fuerzas de la moción de censura. Por otro lado, Sánchez tendrá muchas presiones desde la establishment económico, financiero y mediático para pactar con Cs. Todo y la fuerte subida de Albert Rivera en todo el Estado, excepto en Cataluña y en el País Vasco, los naranja no han superado a los populares y continúan siendo la segunda fuerza dentro del bloque de derechas. Habrá que ver si el cordón sanitario de los de Rivera resiste, al igual que su credibilidad. Un posible pacto que es el más negado de todos y, posiblemente, el más probable. Unos escenarios que no se resolverán hasta después de las elecciones del 26-M, en una segunda vuelta que podría decantar la balanza de un gobierno que, sea el que sea, tendrá que gestionar la sentencia del juicio del Procés .

En cuanto a Vox, el partido ultra entra con fuerza en el Congreso, con 24 diputados y más de 2’5 millones de votos. Una extrema derecha blanqueada que puede continuar condicionando la agenda política, y que utilizará los atriles parlamentarios como altavoces para difundir su xenofobia y racismo. Por su parte, el PP pierde más de la mitad de sus escaños, con los peores resultados de la historia que sitúan a Pablo Casado en entredicho. Unos populares que tendrán que tomar decisiones contundentes respecto a su dirección, pero que esperarán a después de las próximas elecciones.

Leyendo los resultados en clave catalana, la ciudadanía ha votado por la libertad y los valores republicanos, y para poner freno a la extrema derecha y potenciar el diálogo. En este sentido, el electorado catalán no ha apoyado la línea dura, las derechas y la extrema derecha suman solo 7 de los 48 diputados, fracasando estrepitosamente la candidatura del PP. Por su parte, ERC gana las elecciones generales por primera vez, aglutina el voto útil, impone su estrategia y da el primer paso para convertirse en la fuerza hegemónica de la política catalana de los próximos tiempos. Una victoria que sumada a los resultados de JxCAT -que resiste- dan una mayor fuerza de los independentistas en el Congreso, después de una campaña con sus líderes encarcelados. Sin olvidar que el Front Republicà ha movilizado más de 110 mil votos pero que se ha quedado sin representación por no superar el umbral del 3%.

Los resultados también han constatado que el independentismo suma más con listas separadas que no con una coalición electoral y que la defensa del derecho a la autodeterminación es mayoritaria sumando a los Comuns . Una candidatura que había ganado las dos últimas elecciones y que ha quedado relegada a una tercera posición pero, tal vez, con mayor influencia que nunca. Por su parte, el PSC recupera terreno respecto elecciones pasadas, frena su declive situándose como segunda fuerza y recibe un impulso para encarar los comicios clave de mayo.

Habrá que ver si la tendencia de voto del 28-A se mantiene en las próximas elecciones y, a posteriori, qué gobierno se conforma. Un gobierno con la derecha liberal que amenaza con un nuevo 155 o un gobierno progresista a favor de los intereses de una mayoría, de las libertades y que apueste por resolver políticamente el conflicto con Cataluña.

Jesús Gellida, politólogo e investigador social

@jesusgellida

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.