A muchos de los defensores de las energías renovables, que durante mucho tiempo se encontraron en un rol de marginados despreciables, les parece que esto es un gran avance. Y como el consenso siempre es más agradable que el conflicto, de aquí también resulta una disposición al compromiso práctico en el que a menudo se […]
A muchos de los defensores de las energías renovables, que durante mucho tiempo se encontraron en un rol de marginados despreciables, les parece que esto es un gran avance. Y como el consenso siempre es más agradable que el conflicto, de aquí también resulta una disposición al compromiso práctico en el que a menudo se rebasa de improviso el límite invisible en que finaliza el hecho de comprometerse y comienza el de verse en un compromiso.
Hermann Scheer, El imperativo energÉTICO, p. 29 [«esto» se refiere al cambio de actitud hacia las renovables de consorcios empresariales, instituciones y gobiernos].
Desenmascarar las mentiras, manipulaciones y falacias de la energía atómica es relativamente sencillo. Mucho más difícil es encontrar una línea de acción común que permita pasar de denunciar a actuar para cambiar lo que impone, el poder en que se sostiene. Buscar una línea de acción implica un ejercicio de pensamiento crítico, lo cual supone adentrarse en un campo en el que se puede ser cuestionado tanto desde el poder atómico (en la medida de la proyección que tenga la línea de acción que les afecte) como desde quienes ejercen la crítica a dicho poder sin proponer acciones.
Las compañías eléctricas pronto fueron conscientes de que era imposible detener el desarrollo de las tecnologías renovables. Después de un breve período de burlas, allá por los años ochenta, calificándolas como un retorno a la prehistoria, cambiaron rápidamente de estrategia. Descubrieron que era inútil entablar una batalla frontal perdida de antemano, porque una parte de la sociedad ya se había percatado de la destrucción ambiental asociada a la energía, y del futuro agotamiento de los recursos energéticos dominantes (petróleo, carbón, uranio, gas). Tampoco se podía sofocar la expansión del tejido industrial que propiciaba el despliegue de las renovables; un tejido que se desarrollaba desigualmente, pero de manera simultánea en varios lugares, y que se alimentaba recíprocamente: los avances en un territorio concreto actuaban de estímulo sobre el conjunto [1]. Conscientes de todo ello, las grandes compañías y sus portavoces integraron las renovables en su discurso y diseñaron la política seguida hasta el día de hoy [2].
Comenzó lo que Hermann Scheer describió brillantemente como «estrategia de conquista y dilatoria» [3]. En la segunda mitad de los años noventa se «consensuó» un axioma universal por parte de los que mandan en cuestiones energéticas: las energías renovables son el futuro [4]. Pero un consenso siempre parte de una situación en la que quienes tienen el poder y la hegemonía negocian lo mínimo inevitable para no poner en peligro su estatus, en un conflicto con otras fuerzas a las que no pueden anular, pero que, por su parte, tampoco pueden imponerse. El consenso no hace desaparecer el conflicto. En efecto, las renovables son el futuro, pero, como también indicó agudamente Hermann Scheer, el conflicto consiste ahora en ubicar dónde está ese «futuro» [5].
Desde el año 2000, coincidiendo con la campaña del «renacimiento nuclear», el lobby atómico impulsó la consigna «el futuro energético es una combinación de nucleares y renovables». En las variables del «futuro» implícitas en la consigna, la energía atómica aparecía calificada, según la retórica al uso, bien como «renovable» en sí misma, bien como «coexistente» con las renovables (en la fisión real y en la ficción de la fusión), bien como una «transición» hacia las renovables, o bien como «complementaria» de las renovables [6]. Sin entrar a analizar todas las falsedades y contradicciones de dichas consignas, lo importante es constatar, a día de hoy, el carácter errático de la respuesta que han tenido desde los que podrían ser llamados sectores sociales que trabajan para cambiar el modelo energético. En un momento y lugar en que el lobby atómico se ha lanzado a una campaña agresiva para garantizar su «futuro», comenzando por alargar a sesenta años el funcionamiento de las centrales, la propuesta de acciones y de denuncias para neutralizar dicha campaña brilla por su ausencia.
La evidencia de que las centrales atómicas son el principal obstáculo para desplegar un modelo energético basado en energías renovables es anterior, incluso, a las mentiras del «renacimiento nuclear». Aun así, en plena campaña de difusión de dichas mentiras (en España se desarrolló entre 2005 y 2011) se realizaron bastantes análisis que demostraron el bloqueo que las centrales atómicas ejercen sobre todo el sistema de generación eléctrico [7]. Por eso, resulta asombroso comprobar hoy como han desaparecido esos análisis del discurso sobre el cambio del «modelo» energético. Y más cuando Fukushima ha demostrado la amenaza atómica global.
Un «modelo» energético no surge de una «elección» entre tecnologías, sino que es el resultado de unas decisiones políticas. La opción por una tecnología en lugar de otra que, comparativamente, podría ser mejor en términos de servicios energéticos, seguridad y reducción de costes sociales y ambientales, está determinada por las empresas: mandan los intereses, las inversiones y los beneficios; además, el control de la energía es una parte importante del control social. Desde la dinámica implacable del poder, las tecnologías que facilitan la concentración siempre tienen preferencia ante las que abren espacios de desconcentración en cualquier etapa del sistema energético (producción-distribución-consumo). De aquí la «estrategia de conquista y dilatoria» que explica Hermann Scheer.
Por eso, eludir el conflicto atómico y limitarse a acumular argumentos a favor de las energías renovables y la «transición» energética, sin denunciar el obstáculo que suponen las centrales nucleares a dicha transición, significa aplazarla indefinidamente. Dejar de lado la puesta en marcha de iniciativas concretas para cerrar las centrales atómicas cuanto antes y centrarse en cuestiones como las redes eléctricas, los discursos genéricos sobre la «soberanía» energética, sobre el autoconsumo, sobre el empleo o sobre la «pobreza energética», entre otros campos [8], es complementar la propia agenda de las empresas propietarias de centrales y los miembros del lobby, y su objetivo de mantener el tema atómico fuera de la agenda política y social, es una faceta más del silencio nuclear.
Si el discurso de cambio del sistema energético se limita a cantar las excelencias de las renovables y su superioridad en costes comparativos [9], la evidencia de que la nuclear bloquea el desarrollo del modelo queda oculta.
Y es que social y económicamente se da, además, una situación incómoda; porque las grandes compañías energéticas han asumido las energías renovables no sólo en su propaganda sino también en su práctica empresarial [10]. A finales de 2014, Enel Greenpower (Endesa) poseía 1.710 MW de potencia renovable instalados en España; Iberdrola, 14.652 MW; Gas Natural-Fenosa, 2.088 MW; EDPR (Energias de Portugal Renovables), 2.000 MW; Acciona, 6.000 MW, etc. Sólo estas cinco empresas ya representan un 86% de la potencia total renovable (unos 30.637 MW), pero es que, además, tres de ellas, Enel (Endesa), Iberdrola y Gas Natural-Fenosa, que suman unos 18.423 MW -es decir, un 60% de la potencia renovable instalada-, son también propietarias de centrales atómicas de las que obtienen grandes beneficios, y mejor no entremos en el papel de la banca en todo este entramado empresarial energético.
Por todo ello, pensar en cambios en la situación de devastación social y ambiental causada por el sistema energético sin afrontar el conflicto atómico, es olvidarse de llevar a la práctica el discurso del «modelo» energético alternativo. La cita de Hermann Scheer que abre este artículo adquiere aquí su significado exacto: no eludir el conflicto, romper consensos en que se desdibujan las dos implicaciones de la palabra «compromiso». Buscar formas de participación social que permitan acelerar el cierre de las centrales atómicas es una condición previa para un escenario político que propicie un sistema energético basado en las renovables, y es también una prioridad ética [11].
Notas
[1] Una aproximación a través de la visión «oficial» en internet en http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_renewable_energy_companies_by_stock_exchange y http://en.wikipedia.org/wiki/Renewable_energy_commercialization
[2] Dos ejemplos actuales, uno político: «Soria apuesta por combinar las renovables con la energía nuclear y la fósil» en http://www.eleconomista.es/energia/noticias/4604838/02/13/Soria-apuesta-por-combinar-las-renovables-con-la-energia-nuclear-y-la-fosil.html#.Kku8NnASF4mE2c4 , y otro económico: «Iberdrola y Dominguis se alían para mantener nucleares y renovables», en http://www.elmundo.es/economia/2014/10/28/544e989eca4741197b8b456b.html
[3] Hermann Scheer, El imperativo energético, Icaria Editorial-Fundación Tierra-Eurosolar, colección Antrazyt, 354, Barcelona, 2011, p. 16. La etapa en que nos encontramos, marcada por el protagonismo oculto de graves conflictos energéticos, aconseja una lectura de este libro. Es el resultado de la evolución del pensamiento de Hermann Scheer (1944-2010), dedicado toda su vida, combinando lucidez e inteligencia, al desarrollo de un modelo energético más humano y ecológico.
[4] Los años noventa marcan también el paso de la elaboración de «alternativas energéticas» a la elaboración de «escenarios». El cambio es significativo, aunque no podamos analizarlo aquí. Dos ejemplos: en 1999 incluso una compañía depredadora como Shell (implicada en el asesinato «legal» del poeta nigeriano Ken Saro-Wiva) desarrolla un «escenario» en que se contempla un 50% de energías renovables para 2050 (referencia Eric Martinot: http://www.martinot.info/renewables2050/2014/351 ); también en 2001, la compañía British Petroleum cambia su nombre por BP plc. ( http://en.wikipedia.org/wiki/BP ), jugando con la idea del «Beyond Petroleum» (más allá del petróleo) en su logotipo. Su filial BP Solar fue, desde su creación en 1981 hasta su cierre en 2011, una de la principales productoras de placas solares fotovoltaicas.
[5] El imperativo energético, pp. 17-20.
[6] Véase, entre muchos ejemplos, esta selección: «Iberdrola, EDF y E.on apuestan por las renovables y la nuclear en el Davos de la energía» (29/01/2009) http://www.europapress.es/economia/energia-00341/noticia-economia-energia-iberdrola-edf-eon-apuestan-renovables-nuclear-davos-energia-20090129174554 ; «Endesa y Enel crean un grupo líder en energía renovable» (04/03/2010), http://www.expansion.com/2010/03/03/empresas/energia/1267653795.html ; WNA ( http://www.world-nuclear.org/info/Energy-and-Environment/Renewable-Energy-and-Electricity/ traducido ; Arquitectura sostenible ( http://energiasostenible.info/energias-alternativas/fusion-nuclear-energia-del-futuro/ ); Foro Nuclear ( http://www.foronuclear.org/es/el-experto-te-cuenta/icomo-influye-la-energia-nuclear-en-el-medio-ambiente ), o «La energía nuclear tiene su sitio en el tránsito hacia el 100% renovables» (12/04/2014) Cayetano López, director general del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). https://www.bbvaopenmind.com/la-energia-nuclear-tiene-su-sitio-en-el-transito-hacia-el-100-renovables-entrevista-cayetano-lopez/ , «¿Es posible un futuro 100% renovable?». «En teoría es posible y seguramente se llegará, pero dentro de muchísimo tiempo. Hay que intentar organizar ese tránsito, que durará muchas generaciones, y todas las fuentes de energía, las convencionales no renovables, las renovables, que necesitan recorrer un largo camino, y la nuclear, tanto de fusión como de fisión, tienen un sitio.», o IV International Conference on Nuclear & Renewable Energy, http://nurer2014.org/ , etc, etc.
[7] Dos ejemplos: se denuncian las paradas de los parques eólicos debido a la imposibilidad de detener las nucleares, y se sabe que la energía nuclear impide el desarrollo de las renovables. Les nuclears impedeixen desenvolupar les energies renovables: Josep Puig enginyer UAB-ICTA o http://www.sicom.cat/blog/nucleares-impiden-renovables-2/ también http://www.europapress.es/epsocial/noticia-ecologistas-accion-destaca-incompatibilidad-renovables-nucleares-parada-almaraz-20111024141739.html
[8] En varias campañas actuales el conflicto con la energía atómica desaparece; se habla de los escenarios de futuro energético alternativo, y el discurso se limita a la simple reivindicación de las renovables. Casos: Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Medio Ambiente, Soberanía Energética y Empleo Ya! http://www.nuevomodeloenergetico.org/pgs2/ , en su web hay más de cuarenta foros, y uno solo dedicado a nucleares, con dos noticias del año 2013 (informe de nucleares en Cataluña y ATC); en foros que corresponden a lugares donde funcionan centrales nucleares no hay ni una sola mención: Valencia (última actualización, 8 de mayo de 2013) http://www.nuevomodeloenergetico.org/pgs2/index.php/nodos/valencia/ ; o Extremadura, donde no hay nada.
En Cataluña (tres centrales atómicas en funcionamiento), la Xarxa per la sobirania energètica ( http://xse.cat/ ) define «sobirania energètica» como «El dret dels individus conscients, les comunitats i els pobles a prendre les seves pròpies decisions respecte a la generació, distribució i consum d’energia, de manera que aquestes siguin apropiades a les circumstàncies ecològiques, socials, econòmiques i culturals, i sempre que no afectin negativament a tercers». Hay una única entrada dedicada a la conmemoración del 25 aniversario del accidente de Vandellòs 1.
El autoconsumo es parte importante de un sistema energético basado en renovables pero, al margen de la reacción inevitable y justa contra la apuesta de los poderes políticos por los oligopolios energéticos, implica evaluar limitaciones materiales (recursos no renovables implicados, y Tasa de Retorno Energético de las tecnologías implicadas) con los correspondientes impactos ecológicos, y sociales (cobertura de necesidades que exceden las de los individuos) que no se corresponden con el uso de términos como «sin limitaciones» usado por la Fundación Renovables. Véase http://www.europapress.es/economia/energia-00341/noticia-economia-energia-fundacion-renovables-propone-marco-desarrollo-autoconsumo-limitaciones-20150223135804.html y los documentos originales en http://www.fundacionrenovables.org/2015/02/la-fundacion-renovables-propone-un-marco-de-desarrollo-para-impulsar-el-autoconsumo-sin-limitaciones/ y http://www.fundacionrenovables.org/wp-content/uploads/2015/02/Posicionamiento-de-la-Fundaci%C3%B3n-Renovables-ante-el-Autoconsumo.-Febrero-2015.pdf
Por su parte, el concepto «pobreza energética» no profundiza en la problemática ambiental (¿todo eléctrico?), social y global de la energía, ni en su condición de manifestación de la pobreza económica. Véase Antonio Turiel, http://crashoil.blogspot.com.es/2014/01/pobreza-y-pobreza-energetica.html , o Rodrigo Moretón, investigador del Instituto de Energía Solar, quien al no separar la pobreza energética de las formas de pobreza coincide con Antonio Turiel. «¿A quién enriquece la pobreza energética?» 14 marzo 2015 http://www.aragon.attac.es/2015/03/14/a-quien-enriquece-la-pobreza-energetica/
A nivel político también se elude el conflicto atómico. Un ejemplo en «Resolución pobreza energética, sistema eléctrico y nuevo modelo energético», que sólo hace dos referencias genéricas a la energía nuclear sin entrar en detalles. En Jorge Riechmann, http://tratarde.org/resolucion-sobre-pobreza-energetica-y-modelo-energetica-aprobada-en-el-congreso-de-anticapitalistas/
Todo ello en un contexto en que cada vez está más claro que las energías renovables no se desarrollarán si no se producen cambios políticos y sociales de envergadura. Véase http://crashoil.blogspot.de/2014/08/renovables-y-capitalismo.html
[9] No existe una contabilidad clara de la cobertura de necesidades energéticas que permita un mínimo acercamiento al valor de los «costes comparativos» de las diferentes tecnologías. No se contabilizan ni los costes ambientales o sociales del «ciclo de vida» (las llamadas «externalidades»), ni las subvenciones directas o indirectas a cada tecnología ni, en el caso de la energía atómica, el coste de la «gestión» de los residuos radioactivos de alta actividad en períodos fiscales de 480.000 años, por apuntar sólo unos aspectos. Los criterios sobre un sistema energético sostenible sólo pueden surgir de una combinación de conocimientos ecológicos (mínimo impacto ambiental) y valores sociales (cobertura de las necesidades energéticas básicas), la economía tiene poco que aportar estratégicamente.
[10] Descontado la gran hidráulica. Véase http://www.enelgreenpower.com/es-ES/plants/map/index.aspx ; http://www.iberdrola.es/conocenos/en-cifras/datos-operativos/ ; http://www.gasnaturalfenosa.com/es/actividades/nuestras+energias/tecnologias+de+generacion/1285338592375/eolica.html ; http://www.acciona-energia.es/areas_actividad/eolica/instalaciones.aspx ; http://www.edpenergia.es/institucional/es/edp-espana/ ; globales en: http://www.ree.es/es/publicaciones/sistema-electrico-espanol/informe-anual/avance-del-informe-del-sistema-electrico-espanol-2014 . Para eólica, véase: http://www.aeeolica.org/es/sobre-la-eolica/la-eolica-en-espana/potencia-instalada/
[11] Las diez páginas finales del libro El imperativo energético corresponden al capítulo titulado «Elección de valores: Ética social en vez de economicismo energético», y constituyen una reflexión sobre la irracionalidad que subyace en la aparente racionalidad de los datos económicos.
[Miguel Muñiz Gutiérrez es miembro de la coordinadora TANQUEM LES NUCLEARS, I 100% ESTALVI, EFICIÈNCIA I RENOVABLES, mantiene la página web http://www.sirenovablesnuclearno.org/]
Fuente: http://www.mientrastanto.org/boletin-134/notas/el-futuro-nuclear-renovables