«Hacer es la mejor manera de decir». José Martí «La práctica es el criterio de la verdad». Vladimir Lenin Este martes, 27 de octubre, la Asamblea General de la ONU ha dicho, una vez más y con la mayor contundencia de la historia, que el bloqueo de EEUU contra Cuba debe llegar a su fin. […]
«Hacer es la mejor manera de decir». José Martí
«La práctica es el criterio de la verdad». Vladimir Lenin
Este martes, 27 de octubre, la Asamblea General de la ONU ha dicho, una vez más y con la mayor contundencia de la historia, que el bloqueo de EEUU contra Cuba debe llegar a su fin. Así, esta es la única ocasión, desde hace 23 años, en que ningún Estado se ha abstenido de pronunciarse sobre el tema en Naciones Unidas, siendo los de EEUU e Israel los dos únicos votos contabilizados en contra de la resolución presentada por Cuba, apoyada por 191 países.
Cuando en diciembre pasado se anunciaba al mundo el comienzo de una nueva andadura en las relaciones Cuba – EEUU, sobre la base del respeto absoluto a la soberanía de ambas naciones, Cuba dejaba claro que sólo se podría avanzar por este camino si el bloqueo estadounidense dejaba de existir, los daños causados resarcidos y el territorio de Guantánamo, usurpado también por EEUU a Cuba, era devuelto a su legítimo dueño, el pueblo cubano.
En la intervención previa a la votación en la Asamblea, el representante estadounidense afirmó cínicamente que los datos contenidos en el informe no eran exactos, y, con la prepotencia característica de los gestores del imperialismo, dijo que a Cuba no le iba a servir de nada seguir presentando en dicho foro el informe contra el bloqueo.
Ambos argumentos fueron desmontados por el Ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, quien glosó que el bloqueo es contrario al Derecho Internacional, no sólo por su carácter extraterritorial, sino por contravenir, en tanto medida de guerra unilateral, lo estipulado en las convenciones vigentes sobre genocidio.
En palabras de Bruno Rodríguez, «(…) el bloqueo, en el plano económico, suma daños por valor de más de 121 mil millones de dólares, provoca carencias y privaciones a todas las familias cubanas, afecta a los cubanos que residen fuera de Cuba, además del hecho de que el 77% de la población cubana ha nacido y vivido toda su vida bajo los crueles efectos del bloqueo, y eso no puede contabilizarse. El impacto, el daño humanitario que provoca cada día, cada hora, el bloqueo norteamericano contra Cuba es extremo y no puede tampoco expresarse en cifras. El bloqueo es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todos los cubanos, que no ha dejado de aplicarse ni un solo día desde hace 53 años«.
Lo más revelador, sin embargo, es que superando con creces las limitaciones impuestas por este flagelo, el pueblo revolucionario de Cuba ha sido capaz de lograr conquistas sólo imaginables en una sociedad construida sobre los principios socialistas. Así, la Revolución Cubana, no sólo ha convertido en una prioridad el ejercicio de la solidaridad con y entre el pueblo cubano, sino que también la ha extendido por decenas de países de todos los continentes, a través de su práctica internacionalista. Miles han sido los médicos, los psicólogos, los maestros, los ingenieros o los entrenadores deportivos que han entregado su esfuerzo y sacrificado su tiempo y su vida para mejorar las de otras gentes, en partes del mundo donde siempre los más pobres no podían pensar siquiera en tener a su alcance los derechos más básicos, como la sanidad o la educación.
Es seguro que, de haber dispuesto de los recursos robados por el bloqueo imperialista, el pueblo cubano tendría sobradamente resueltos problemas que hoy son ejes permanentes de sus dificultades y preocupaciones, tales como la vivienda, la producción de alimentos, el transporte interior, la extensión social beneficiosa de avances científicos y tecnológicos, la mayor fortaleza de la cultura socialista, la conservación del medioambiente, el apoyo a los creadores formados por la Revolución o los desafíos de defensa de la soberanía y el socialismo, aspecto especialmente relevante en un contexto de amenaza bélica mundial como el que se vive hoy.
Desde Canarias, una vez más, hoy con la misma firmeza que ayer, exigimos el fin definitivo del bloqueo estadounidense contra Cuba, el resarcimiento de los daños causados a su pueblo durante más de 50 años y la devolución a Cuba del territorio que EEUU ocupa ilegítimamente con la Base Naval de Guantánamo.
Asimismo, apoyados en el ejemplo de la Cuba revolucionaria, no podemos dejar de denunciar que la ONU aún tiene impagables deudas con los pueblos del mundo. La descolonización del Sáhara Occidental, en la que el Estado Español tiene una responsabilidad directa, o la criminal ocupación de Palestina por parte del estado sionista de Israel, que sólo podrá solventarse con el reconocimiento de un Estado palestino con capital en Jerusalén y el derecho al regreso de todos sus desplazados, son algunas de esas deudas.
La independencia de Puerto Rico es otra y pagarla ha de ser causa común de los pueblos que luchan por su definitiva libertad y emancipación.
Reiteramos, igualmente, nuestro respaldo incondicional a las luchas de los pueblos latinoamericanos (Venezuela, Ecuador, Bolivia, asediados por las agresiones, los golpes suaves y las persecuciones mediáticas del imperialismo; Colombia, que lucha por una paz con justicia social).
En fechas en las que conmemoramos los 48 años del asesinato, bajo órdenes de la CIA, de Ernesto Che Guevara, revolucionario cabal y universal cuya obra y guía siguen vivos para esta y para futuras generaciones, reivindicamos aquí sus palabras como faro de nuestra acción internacionalista contra el bloqueo y por la libertad y la soberanía de los pueblos: «Todos los días hay que luchar para que el amor a la humanidad se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo y de movilización«.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de las autoras mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.